✨CAPÍTULO 6✨

1.8K 246 83
                                    

La luz que traspasaba el vidrio de su ventana molestando su sueño. No quería despertar. No quería ir a la escuela y tener que verlo.  Sabía que al verlo se sentiría demasiado avergonzado y enojado consigo mismo. Se suponía que lo odiaba y que era completa e indudablemente heterosexual, pero después de haberse masturbado pensando en el cuerpo de un hombre, en el lindo y delicado de cuerpo de Louis, esas dos suposiciones estaban en duda. Su mente no tenía claro lo que estaba pasando. Y es que, desde que conoció a Louis su cabeza era un lío de pensamientos.

Caminó hacia el baño para darse una necesitada ducha. Aún habían restos de semen en su ducha, y eso hizo que sus mejillas se encendieran de vergüenza y enojo. El fue estúpido al permitirse eso. Se sentía enfermo al recordar lo sucedido.

Cuando estuvo completamente listo para ir a la escuela fue a la cocina a buscar algo para comer en el camino. Marie, Rose y Gemma estaban tomando su desayuno. Todo se veía rico, pero él ni de loco comería algo preparado por las manos de esas mujeres.

"¿Quieres comer antes de irte?" Preguntó Rose, levantándose de la mesa para tomar un plato.

"No." Caminó hasta la frutera y tomó una manzana. Ese sería su desayuno.

"¡Que tengas un buen día!" Gritó Gemma y se despidió con la mano.

"¡Adiós, hijo!" Gritó Marie. Harry salió de la casa sin dirigirles la mirada.

Se encogieron de hombros y continuaron con su desayuno. Amaban a Harry, pero no permitirían que su actitud arruinará su rico desayuno.

✿✿✿

Estaban en clase de literatura, su profesor hablaba acerca de los autores más importantes del realismo mágico.

¿Magia? Un poco de magia era lo que necesitaba en su vida. A veces solo quería que una hada madrina se acercara a él como en Cenicienta y le solucionara todos sus malditos problemas. Pero vamos, la realidad era muy distinta y no había nadie que le resolviera sus problemas con una barita mágica. Él era el único que tenía el poder para resolver sus problemas, pero cuando tus fuerzas y ganas de luchar estaban agotadas era difícil encontrar una salida. Últimamente tenía más problemas de los que quería y uno de esos problemas era Harry. Ese estúpido se había convertido en un problema para él desde que lo conoció. Él removía recuerdos que Louis había intentado olvidar.

A veces sólo quería volver a ese momento que lo rompió y haber hecho las cosas de manera distinta. ¿Qué habría pasado sí todo aquello no hubiera pasado? Tal vez, y sólo tal vez, el no viviría con tanto remordimiento, ira, odio y miedo dentro de él.

Sin ser consiente pequeñas lágrimas se acumularon en sus ojos.

"¿Joven Tomlinson?" Llamó el profesor de literatura. "¿Se encuentra bien?"

"Si…" Respondió inseguro, pero dejando notar ese tono frío que utilizaba siempre. "Voy a salir." Y no, no fue una pregunta, fue una afirmación. El profesor se limitó a señalar la puerta.

Los amigos del ojiazul estaban preocupados por él. Y aunque no quisiera admitirlo también el ojiverde. Por eso, Harry se levantó de su asiento y camino hacia la puerta. Aún no sabía que intención tenía. No tenía idea de lo que haría al salir de ahí.

"¿A dónde va, joven Styles?" El rizado  se encogió de hombres.

"Por ahí." Respondió.

"Styles, sí sale por esa puerta tendrás un boleto directo a la dirección." Advirtió el profesor.

"Mire me importa una mierda su boleto a la dirección." Caminó hasta la ventana del salón y salió por ahí. Antes de irse metió su cabeza. "Debería ponerme un diez en su materia. Recién estaba hablando de saber interpretar las palabras." Y sin más, se fue, dejando al profesor y a sus compañeros con la boca abierta.

Los pasillos estaban solos, ni una tan sola alma deambulaba por ellos a excepción de él. Entró a los baños al suponer que el ojiazul estaría ahí. Y supo que no se equivocó cuñado escuchó unos sollozos casi silenciosos salir de uno de los cubículos.

Su corazón se encogió, no sabía el porqué se sentía tan mal al oír a Louis de esa manera. Decidió sentarse en uno de los lavabos y esperar ahí hasta que Louis saliera. No podía sólo irse y dejarlo de esa manera.

"¡¿Porqué?!" Escuchó el quejido de Louis. "¿Porqué no puedo ser normal?" Esa vez fue más bajo, casi un susurró, pero él lo escuchó perfectamente. Los pequeños sollozos continuaban, pero poco a poco iban disminuyendo hasta que terminaron.

Su cara era un desastre. No quería verse al espejo y saber lo miserable que se veía. Su vida era un miserable show de actuación. Tenía que actuar como alguien que no era para mantener feliz y entretenidos a sus espectadores. Poco a poco perdía la fuerza para seguir fingiendo.

Caminó lentamente hacia los grifos, pero su corta caminata se vio interrumpida por unas botas cafés que invadieron su vista. Sería su fin. El imbécil lo escuchó llorar como un bebé y sabía que tomaría eso para burlarse.

"¿Qué haces aquí?" Preguntó acercándose al grifo para lavarse la cara.

"No sé... Bueno, yo... No, no lo sé." Divagó. La realidad era que el no sabía porqué o qué lo hizo quedarse ahí. Caminó hasta donde se encontraban las toallas de papel y tomó algunas para pasárselas a Louis.

"Gracias... Supongo." Limpió su cara y luego tiro el papel a la basura.

"De nada... Supongo." Respondió con una diminuta sonrisa. "¿Te encuentras bien?"

"No finjas que te importo."

"Claro que no me importas, pero quiero saber qué pasa para luego burlarme de ti." Dijo seriamente. Sus ojos delataban un brillo en sus ojos, de diversión, tal vez. "Tengo mucho material. ¿A qué te refieres con que no eres normal?"

"Uh..." Bajó su cabeza. Si Harry lo supiera sería su fin.

"¿Me dirás?" Preguntó acercándose un poco más al cuerpo de Louis.

"¿Porqué estás siendo amable conmigo?" Louis estaba verdaderamente nervioso. Harry estaba muy cerca de su cuerpo y él tuvo que levantar un poco se cara para poder verlo bien.

Porque ayer me masturbe pensando en ti, y por alguna estúpida razón me importa lo que te pase, me duele verte llorar y quiero arreglar lo que sea que cause tu llanto. Claro que no diría esa mierda. Louis lo tacharía de un enfermo.

"No lo sé." Se limitó a decir.

"Entonces... Vete." Dijo Louis sin mirarlo. La cercanía de Harry lo hacía sentir seguro y su suave fragancia lo tranquilizaba. ¿Cómo se sentiría estar entre sus brazos? Se preguntó en ese momento.

"No me iré... Quiero saber qué es lo que te sucede." Insistió sin alejarse del cuerpo de Louis. "Yo no veo algo imperfecto o anormal en ti." Dijo, y era la verdad. Cada parte de Louis era perfecta y no podía negarlo. No se arrepintió de haberlo dicho, era un hijo de puta, pero no un maldito mentiroso. "Tengo cuatro pezones." Dijo como si nada. La espontánea y suave risa de Louis hizo vibrar a su corazón. Y sin darse cuenta el estaba sonriendo.

"Eso es realmente raro." Dijo cuando logró calmar su risa.

Los dos dejaron escapar unas pequeñas sonrisas. ¿Esas sonrisas significaban el fin de una guerra sin sentido? No la sabían. Pero si sabían que aquella felicidad que inundaba cada célula de su cuerpo era algo que no sentían hace mucho tiempo. Ocho años para ser exactos.

¿Cuál es el colmo de un homofóbico? |l.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora