Vainilla Latte

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La fascinación y la delicia de contemplar algo que siempre había estado a una distancia que lo torturaba, era como estar en el éxtasis de alguna sustancia nunca conocida.

Ver a la que creía su amor imposible sentada al lado de Jimin fue como un balde de agua fría para el castaño, que sin creer del todo lo que estaba sucediendo, terminó por sentarse en el lugar enfrente de ella.

—Taehyung, ella es mi compañera de laboratorio, Choi YuBin—la presentación fue acompañada de una sonrisa por parte de la pelinegra, quien haciendo una leve inclinación, dejó al moreno sin palabras. Tenía la esperanza de que el reconocimiento hacia su persona se reflejará en sus ojos, sin embargo, parecía que nunca lo había visto, como si fuera un desconocido. No iba a mentir, aquello había dolido lo suficiente para no darse cuenta del brillo  en ojos ajenos a penas divisar el cuerpo delgado pero formado de su mejor amigo.

—Por fin llegan—el reproche molesto, hizo que Taehyung volteara a ver hacia la entrada del lugar, y aguantando las ganas de toser, miró con asombro a su amiga, quien mostraba con altanería su, ahora, cabello negro con unos cuantos mechones naranjas.

—Tuvimos unos cuantos contratiempos—la absurda excusa dejo a todos atónitos, pues la sinvergüenza de la mentira fue acompañada con una sonrisa sacarrona por parte del más alto, quien sentándose en la última silla libre, arrastró a Soohe hasta hacerla caer en sus piernas.

La vida era tan cruel que, cuando menos te lo esperas, te coloca en un laberinto sin salida.

Había algo en todo aquello que empezaba a molestarte a Kim Taehyung, las razones parecían infinitas, pero podía centrarlas en la atención que YuBin le tenía a Jungkook, aún cuando éste la mantenía en la delgada figura que sostenía entre sus brazos; y por supuesto, la cercanía de Soohe con el tatuado era el punto de ebullición.

Ni siquiera el sabor del vainilla latte dejó que ese sentimiento amargo que empezaba a marearlo, se fuera. Podía asegurar que era su bebida favorita, pero justo ahora, viendo el beso depositado en el cuello de su amiga, y los celos por parte de la que creía que podía conquistar, hicieron que el sabor dulzón fuera sustituido por uno agrio.

Kim Taehyung podía ser dulce como el vainilla latte que bebía sin falta todos los días, pero en esos momentos, en donde todos tomaban alguna bebida fuerte, no podía evitar sentir excluido.

No More|kth, jjk (Coffee #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora