Parte 7

485 45 4
                                    

Narra Ariel

Después de lo que sucedió ayer me siento extraño, siento como si... quisiera ver a Urso, sin embargo, necesito ver aquel muchacho que me encontré en aquel barco, ¿es señal de que debería ir a verlo?, de sólo pensar en él, me da nervios todo. Me escabullí del palacio, y procuré muy bien de que nadie me siguiera, si alguien me descubría, yo estaría más allá de algún problema, en fin, puse mi mente en blanco y traté de nadar hasta donde yo había dejado aquel muchacho de cabello negro como la noche, el trayecto si estuvo lejos, pero no importa todo por verlo a él, y finalmente cuando menos pensé, ya había llegado a mi destino. Me escondí en unas rocas y me senté a esperar, al pasar unos cuatro minutos, lo vi llegar, el tiempo si que había pasado muy lento, sin embargo lo pude ver, se veía como si estuviera buscando a alguien, ¿A quién buscará? vi como se sentaba lentamente en la arena, me acerqué un poco más, pero no pude ser cauteloso, mi cola chapoteó en el agua salada por accidente y él se dio cuenta.

- ¿Hay alguien ahí? - preguntó mientras se acercaba en mi escondite, mi corazón se aceleró del nerviosismo y me quedé pasmado que ni me dio tiempo para poder huir de aquel sitio - Entonces... ¡SI ERES REAL! - exclamó alegre y trató de acercarse a mí pero me alejé porque tenía miedo. -No te preocupes ángel, no te voy a lastimar - dijo mientras me acarició la cabeza y ahora si me dejé.

- E-esta bien - le regalé una sonrisa.

- ¿Gustas sentarte a platicar?

- Quisiera, pero no puedo... - repliqué algo triste.

- ¿Por? ¿Acaso no te sientes bien o algo así? - preguntó algo preocupado.

- No es por eso, es un secreto, tal vez te espantes...

- Dime por favor, juro por mi vida que soy muy valiente.

- Lo sé, pero no tengo tanta confianza en mí... tal vez, si me esperas un poco más a conocerme...

- Está bien, tómate tu tiempo necesario - dijo mientras colocaba una mano sobre mi mejilla, sus manos si que son grandes y cálidas, me sonrojé y puse mi mano sobre la suya, me sentí tan bien, es como si, hiciéramos un click muy profundo, que nadie lo pudiera entender, pasamos horas y horas platicando, el cielo se tornó dorado con un inicio amoroso, él me hizo su promesa de qué no caminaría más allá de las rocas, para no descubrir mi secreto, y yo le prometí que todos los días a la misma hora, él me podría encontrar ahí, nunca antes había tenido promesas y secretos, y mucho menos con un humano, pensé que éste tipo de cosas nunca lo lograría, sin embargo, si lo pude hacer.

- Ya me tengo que ir - dije mientras miré al sol.

- Espera, antes de que te vayas, dime tu nombre.

- Me llamo Ariel, ¿y tú?

- Yo soy Eric - Dijo sonriente.

- Bueno, ahora si, ya debo de irme.

- Espera - Me tomó de mis cachetes y me plantó un beso en mis labios, me puse demasiado rojo - Adiós, chico de mis sueños - se fue caminado tranquilamente, y ya que se fue, yo me retiré de ahí, que beso tan cálido y suave, me dejó muy bobo, nadé y nadé hasta llegar a mi dulce hogar, estaba tan hipnotizado que ni el tiempo pude notar pasar, ¿Qué será esto?


Narra Eric.

Mi tarde si que pasó volando, al lado de ése chico misterioso parece que estás en las nubes, estoy feliz por que al fin sé que es real y además que ya conozco su nombre, aparte, que charlamos bastante tiempo, me siento renovado, mi madre me dio la vida, la vida el destino. y el destino me regaló este muchacho. No pude evitar mis impulsos de querer besarlo, era tan amable y tenía el rostro de un ángel, y sus labios se sentían como si descansara en un campo de algodones, regresé a mi castillo más que feliz, esta noche si que voy a descansar muy bien y plácidamente, y con la seguridad de que mañana nos volveremos a encontrar para poder juntarnos.

Ignoré a mi entorno, nomas cené y me fui a mi recamara, tomé un baño y me acosté en mi cama y volví a la tarde de ese día, él si que brilla, desearía amanecer colgado de sus labios, pasarla con él desde el anunciamiento del sol hasta la sonata de los magos disfrazados de aves, más pensamientos cursis rondaron por mi cabeza en la noche que no podía poder conciliar el sueño, no fue hasta la madrugada que por fin mis parpados se pudieron pegar.

El Tritón (La sirenita version yaoi) (B-L)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora