Narra Urso
Me sentía muy bien al poder tener contacto con él, me senté y seguía con el sobre mí, recargué mi cabeza en su hombro y lo seguía abrazando, él me empezó a acariciar el cabello, tanto tiempo sin sentir unas caricias, si que es difícil estar viviendo de esa manera.
- Tu cabello es muy suave - Me dijo Ariel mientras yo estaba caído en el trance de sus caricias.
- ¿Cómo un perro? - Pregunté.
- ¿Un qué? - me regresó la pregunta, pues claro, él es un Tritón, no conoce nada de esto.
- Ven conmigo, yo te enseñaré - Lo sujeté fuerte y me levanté de la arena, pues iba a ser su primera vez caminando, como el bebé que es - Te voy ayudar a caminar - dije mientras trataba de soltarlo suave.
- Tengo miedo - dijo nervioso, se veía muy claro en su mirada destellante.
- Yo siempre te cuidaré - le regalé un beso en la frente - Confía en mí.
- Está bien, lo haré - me mostró una tierna sonrisa, mi niño tan bello. Lo bajé completamente y le tomé sus manos tan pequeñas y blancas.
- Yo te voy a guiar, tu sígueme - empecé a caminar extremadamente lento para que él encontrara su balance, sus pasos eran muy chicos pero eran grandes simbólicamente - Si que vas bien - solté una risita y seguí caminando de reversa, pero aumenté muy poco la velocidad, pues se debía de acostumbrar, y caminé más rápido.
- Urso siento que me voy a caer - dijo con un miedo así que lo abracé.
- No te preocupes nene, yo estaré a tu lado para apoyarte siempre - Se colorearon sus mejillas como las rosas y se le escapó una risita traviesa. Me puse a su lado y le agarré la cintura y me miró a los ojos algo confundido. - Es para que no te sientes inseguro, cuando te sientas listo, me dices para soltarte.
- Pero... Yo no quiero que me sueltes - dijo aún mirándome.
- Si como sea - dije tratando de sonar indiferente, aparte mi mirada y seguí caminando con él a mi lado, el tiempo pasa rápido, llegamos a un castillo y Ariel me detuvo, la luz de la luna si que estaba muy bella, lo ignoré y seguí caminando, hasta que encontré mi objetivo, un perrito.
- Ariel, esto es un perro - ayudé a que Ariel se sentara en las grumosas arenas y yo me agaché para llamar al can y se acercó a mí, le acaricié sus orejitas peludas y suaves, el príncipe me veía con ojos de asombro, pues nunca había visto a una criatura así de hermosa y terrestre - ¿Quieres abrazrlo? - le cuestioné a la pequeña realeza, asintió levemente con su cabeza, tomé en brazos al cuadrúpedo y lo coloqué en su regazo, el de inmediato comenzó a tocarlo.
- Es... Es muy lindo - dijo hipnotizado por el animal.
- Como tu - mencione muy levemente.
- ¿Dijiste algo? - preguntó aún acariciandolo.
- Ni nada... Todo bien.
- ¡Copito! - escuché la voz de una señora y me levanté.
- Creo que ya te vas nene - dije mientras intenté tomar al nene pero Ariel no quería soltar.
- Despidete niño, ya se va a sy casita - Ariel me hizo un puchero.
- Pero, pero, quiero tenerlo un ratito más - me miró a los ojos y no evité que mi sangre fluyera por mis mejillas, mientras abrazaba a Copito, con esa mirada mata a cualquiera y más desde mi punto de vista... Que me parta un rayo.
- Otro día venimos nene - dije evitando verlo a los ojos.
- ¡¿Copito?! - se acercaba la señora.
- Bah, está bieeen - suspiró y abrazó al perrito y éste le regresó un ladrido y se fue corriendo a su dueña.
Le acaricié el cabello al pelirrojo.
- ¿Vamos a casa? - le cuestioné mientras seguía acariciandolo.
- Está bieeeen - soltó un bufido y le tomé de sus manos para ayudar a levantarlo y me sonrió. - Muchas gracias Urso - Me agradeció mientras se levantaba.
- Si, da igual - me puse a su lado y sujeté de su cintura firmemente para irnos a nuestros hogares en el mar.
La luna nos iluminaba nuestro camino y sentía que Ariel me echaba una que otra miradita, así duró nuestro camino y nos volvimos a topar al castillo inmenso.
- Es grande, ¿Verdad?
- Si, yo diría que es igual que mi hogar - me respondió Ariel, bah, no recordaba que es un princeso. Iba a seguir caminando pero el se detuvo y miró al cielo.
- ¿Te sientes mal o pasa algo? - poniéndome frente a él y mirándolo fijamente, sin dejar de soltarlo.
- ¿No crees que el ambiente es muy.... Rosa? - dirigió su vista a mis ojos, sus ojos tan frescos y tiernos me hacían perder mis sentidos, por eso evitaba verlos directamente. - ¿Estás bien? - me cuestionó, y la verdad no podía resistir, le di un beso y me iba a separar, pero el me abrazó y trató de seguir mi paso torpemente, decidí abrazarlo también y el movió sis manos hacia mis mejillas. Vi una piedra enorme a un lado de nosotros y lo acorralé, paré de besarlo - Por favor, haz lo otra vez - me tomó de la mano. - ¿Puedes? - No pude negarme, pegué nuestras manos entrelazadas a la pared mientras con mi otra mano tomé suavemente de su cuelloy se lo acaricié con mi pulgar, coloqué mi pierna entre las suyas. Me detuve después de varios minutos y le di besitos en la mejilla. Lo agarré de sus piernas y lo cargué, por instinto las enredó en mi cintura y nos fuimos de ése lugar, no paraba de regalarme pequeños besos en la mandíbula y me abrazaba fuertemente con sus piernas y sus brazos.
Llegamos más lejos y me detuve en donde nos encontramos, me metí al agua hasta que llegara a mi cintura le quité el collar y me lo puse, lo solté y él se convirtió en Tritón y mis piernas se convirtieron en tentáculos, lo acompañé a su residencia discretamente.
- Me divertí mucho hoy - me dio un beso en la nariz y se marchó, yo procedí a lo mismoz pues era mas allá de la madrugada. Entre uno que otro suspiro, el tiempo se marchito y llegué a mi hogar, esta noche si quería soñar con él, no ae si fue por la pócima o por qué, pero, me siento, ¿Rosa...?
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El Tritón (La sirenita version yaoi) (B-L)
RomanceQuiero verlo otra vez, pero, ¿que pasa si mi padre lo descubre? aunque ya han pasado varios días del incidente, creí amar al príncipe, pero al lado de alguien más, pude crecer de manera sentimental. Es un fanfic de la sirenita peeo versión yaoi, esp...