Capítulo 09

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Me desperté sobresaltada, tuve una pesadilla, una horrible pesadilla, al quitarme las sábanas me di cuenta que estaba toda transpirada, vi la hora y son las 3:24am, me dirigí al baño y me desvesti para darme una ducha. Una vez ya bañada salí a la cocina tratando de no hacer ruido, todas las luces están apagadas así que literalmente acaricie sensualmente la pared buscando el interruptor para encender la luz pero en vez de tocar un interruptor toqué algo que se removio debajo de mi mano, solté un chillido y cuando encontré el interruptor lo toqué y vi que ese "algo" era una cucaracha.

Me acerqué a matarla pero antes de aplastarla esta mostró sus alas y empezó a volar, y yo como la chica valiente que soy corrí de nuevo escaleras arriba pero me tropecé y volví caer escaleras abajo. Por suerte no me pasó nada pero escuché unos pasos que provenian del piso de arriba.

-Mierda! ¿Que hago? ¿Que hago?.-susurre mientras veía donde me podía esconder.

Decidí esconderme debajo de las escaleras ignorando la cantidad de polvo que hay.

Escuche que los pasos eran pausados, la persona se dirigía a la cocina pero justo en ese momento empezó a entrarme polvo en la nariz. Por favor no estornudes, por favor no estorn...

MALDICIÓN!!

Estornudé!!

Escuché como los mismos pasos se acercaban a las escaleras pero se detuvieron. No me moví durante unos segundos y los pasos ya no se escuchaban. Salí de mi escondite lentamente viendo para todos lados y no vi nada.

-Misión cumplida.-digo dándome palmadas en mi hombro. Pero cuando di cuatro pasos algo pesado cayó sobre mi.

-Alto ahí ladrón!.-gritó alguien amarrando mis manos en mi espalda. Y me coloca algo en la cabeza que me impide ver.

-¿Que es lo que pasa aquí?.-dijo Cain con voz somnolienta.

-Entró un ladrón a la casa y yo lo detuve.-dijo Eros encima de mi espalda.

-A ver, amarralo a la silla.-dijo Cain- yo llamaré a los chicos y a mamá.-y escuché sus pasos subir los escalones. Minutos después se escuchan varios pasos bajar las escaleras.

-A ver quien es el desgraciado.-dijo la voz de Kilian. Yo solo me removia en la silla.

-Quítale el sacó de la cabeza.-dijo mi madre y seguido arrancan el saco de mi cabeza.

-Hola.-digo con una mueca.

-Aida?.-preguntó Eros.

-No, soy Pinocho, ¡¿Que no ves soy yo, pedazo de idiota?! Desatenme! Me duelen las muñecas.-digo removiendome.

-Oh por Dios! Desata a tu hermana.-le dijo mi mamá a Cain quien me desató enseguida.

-No negaré que tienes un buen amarre, Rizos.-digo viendo mis muñecas rojas.

-Oh hija, déjame ver tus muñecas.-le enseño mis muñecas a mi mamá- con un poco de crema dejarán de dolerte.-seguido se va a la cocina

-¿Te duele mucho?.-preguntó Kilian.

-Solo me arden un poco ya que no estuve mucho tiempo amarrada.

-Ya volví.-dijo mi madre y destapa el tubo de la crema. Me de un pequeño masaje en las muñecas- listo! Por la mañana ya no te doleran.

-De acuerdo, iré con morfeo.-digo y me dirijo a las escaleras pero una mano me detiene.

-Como sea, hasta... Dentro de cuatro horas.-digo subiendo las escaleras.

...

-¿Mami?.-dije con voz de niña.

-Tranquila amor todo está bien, todo estará bien.-me susurró la voz de mi madre.

Lies ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora