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-Soy Nakamura Tami, desde hoy seré su compañera de clase, espero que podamos llevarnos bien.

La mayoría de los alumnos guardaron silencio ante la presentación de Tami, observaban cada detalle de su cuerpo, cabellos y ojos.

Para Suguro la apariencia de la chica era extraña, podía sentir un aura totalmente distinta a los demás que se encontraban en el salón y eso lo intrigaba... Además ¿Por qué unirse a mitad de año? Eso aumentaba lo extraño que Tami era para su punto de vista y ella lo noto, le miró a los ojos y le sonrió con inocencia logrando que Suguro se sonrojara levemente.

-Oh, Tami-chan ¿Podríamos ser amigas?

-Moriyama no estamos aquí para hacer amigas.- le contesto Kamiki apoyando su rostro en su mano.

-No estoy aquí para hacer amigas, solo estoy aquí para ser una exorcista.

Lilith escuchaba divertida la conversación de las tres chicas y sobre todo las reacciones que Tami realizaba, sabía más que a la perfección que su amiga estaba haciendo un enorme esfuerzo por controlar su temperamento y no golpearlos con fuerza.

Después de un rato la demonio hizo que Tami se sentará al lado de Kamiki, quizás esas dos se llevarían bien y también estaría algo alejada de Okumura, sabía más que a la perfección que no tomaría mucho tiempo para que su amiga se diera cuenta de la naturaleza de él mayor de los hermanos.

Una vez que todos tomaron su respectivo asiento, Lilith explicó los demonios que los exorcistas podían invocar para que les ayudarán en batalla y lo que necesitaban para que estos les obedecieran en todo momento.

Hizo que los alumnos uno por uno demostrarán que demonio podían invocar, Kamiki fue la primera en levantar la mano para decir que aquel ejercicio ya lo habían realizado con el maestro anterior.

-Pues yo no lo he visto y si yo no lo he visto, es porque no lo han realizado.

Con una sonrisa repartió a todos los estudiantes los papeles, todos los varones ni se molestaron en hacer el ejercicio, ¿Para qué gastar energías si sabían que no pueden invocar a un demonio?

Tanto Shiemi como Kamiki hicieron lo que Lilith había pedido, la segunda chica deseaba pasar a la siguiente lección y no perder más tiempo de lo necesario en aquello que ya habían realizado.

Lilith miró a Tami con su característica sonrisa, con todos los años de amistad que ambas poseen, les es totalmente fácil saber lo que está pensando la otra, por lo cual muchas veces no necesitan decir ninguna palabra.

La de cabellos plateados se mordió el pulgar, mancho los dos papeles que le habían entregado, cerró sus ojos para concentrarse un poco más y dijo la primera oración que se le vino a la cabeza.

-El miedo no existe en mi interior, mis enemigos temblaran ante mi voz. Arrodillence y obedezcan mis órdenes que serán sagradas para ustedes e inspiren el respeto que merezco.

Bastaron unos cuantos segundos para que dos lobos aparecieran, de sus patas salían varios rayos, se dieron la vuelta para ver a Tami y le hicieron una breve reverencia para luego acercarse a ella para que les hiciera cariño, en un susurro le preguntaron a quien debían exterminar.

-¡Eso es increíble!

Moriyama miraba a los dos lobos bastante impresionada, se acerco un poco a ellos y estos le gruñeron, Rin tomo del brazo a la rubia para alejarla de ellos.

-Oye, nosotros somos tus compañeros, no pueden reaccionar así.

-Si pueden hacerlo, ella se acerco sin previo aviso.

Rin frunció el ceño bastante molesto, se acerco a ella dispuesto a tomarla del cuello de la blusa, pero antes de que él se acercara un poco más Lilith aplaudió captando la atención de los dos demonios.

-Bueno, bueno.... Es mejor volver a sus asientos, por favor que sus familiares desaparezcan para poder continuar con la clase.

Okumura chasqueó la lengua, miró a Tami a los ojos por unos cuantos segundos más para luego obedecer lo que había dicho la profesora. Moriyama fue la primera que se despidió de su compañero, después Kamiki negó con la cabeza por lo sucedido y se fue a sentar una vez que dejó marchar a los dos demonios y la última en sentarse fue la de cabellos plateados ante la mirada de advertencia de Lilith, pero eso era algo que no le importaba demasiado.

Una vez que la clase terminó, Lilith permitió que todos salieran del salón menos Tami. La tomo de la muñeca, la empujó con fuerza contra la pared más cercana.

-¿Acaso eres una idiota?- le gruño molesta la rubia- Debiste traer a otra clase de demonio.

-¿Y que piensen que soy una débil? ¿Una de esas chicas que si se le rompe una uña hacen un gran escándalo? Pues no, primero muerta.

-Tienes que aprender a controlarte, te encuentras de pie en una cuerda demasiado delgada ... Si se corta no podré salvarte.

Tami frunció el ceño y la empujó con fuerza, casi toda su existencia ha sobrevivido sola y no necesita ahora que alguien se preocupe por ella.

Aunque en el fondo agradece que Lilith se muestre preocupada por ella, pero no lo iba a decir de forma abierta.

Se miraron a los ojos durante algunos segundos, ambas intentaban controlarse y no golpear a la otra. Pero al final terminaron por darse un abrazo y se susurraron algunas amenazas que algunas veces se hacían.

-Oye Okumura, ¿Conoces a esa chica?

-¿Por qué debería conocerla Suguro? Primera vez que la veo.

-Posee un aura bastante similar a la tuya.... Algo no cuadra con ella.

-¿No crees que le estás dando muchas vueltas?- Shima se unió a la conversación calmado- Por mi es bueno que haya venido, ahora tenemos a tres hermosas chicas en el curso, ¡Es emocionante!

-Pero ninguna de ellas te va a tomar en cuenta Shima- Konekomaru se acomodó los lentes mientras decía aquello con voz sería.

Los demás chicos comenzaron a reír, lo que había dicho el de lentes era algo cierto, la posibilidad de que alguna de las tres chicas le tomara en serio era algo bastante reducida.





Lo único que podían hacer era esperar.


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Seductora amenaza.  [Rin Okumura x Oc]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora