Yuna Hatake | KAKASHI'S DAUGHTER,, pausada

❝ʙʀɪʟʟᴏ ʀᴜʙɪ́❞

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ＲＥＭＩＮＤ ;
ｔｗｏ

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    YUNA MIRÓ mal a su progenitor cuando se dió cuenta que no le estaba prestando la mínima atención.

—¿Otōsan?—masculló la niña molesta—, ¿me estás presentando atención, otōsan?—el mayor miró por sobre su libro a su hija para después asentir vagamente—, ¿qué es lo que te acabo de decir?.

—¿Qué quieres una muñeca?—preguntó dubitativo el peliplata. Ante esa respuesta Yuna empezó a enrojecer de furia.

—¡Claro que no!—le gritó—, ¡si de verdad me prestaras un poco de atención sabrías que no me gustan las muñecas!—el mayor rodó su único ojo visible y bajó su libro.

—No hagas berrinches, Yuna—la pequeña dejó escapar sus lágrimas, frustrada por la poca atención y cariño que su padre le demostraba.

—¡No estoy haciendo un berrinche!—exclamó mientras pisaba con fuerza el suelo y bajaba sus brazos de forma agresiva hacía los costados de su torso—, ¡sólo quiero saber porque no me prestas atención!, ¿acaso no me quieres?—la menor cayó de rodillas al suelo—, ¿no soy suficiente para ti?, ¿o es que acaso querías un niño? ¡dime que es lo que tengo que hacer para que me quieras!—las amargas lágrimas de la niña se deslizaban por sus mejillas mientras que sus ojos azules parecían volverse más oscuros.

El mayor suspiró para después arrodillarse frente a su primogénita y revolver sus cabellos.

—Sólo deja de ser tan exagerada,Yuna—la niña apartó la mano de su padre de su cabello para después proceder a correr hacía la salida de su hogar sabiendo que el mayor no iba a buscarla... él nunca iba a buscarla.

La niña corrió hecha un mar de lágrimas hacía fuera de su casa, pero esa no había sido la mejor opción.

—Mocosa—un ANBU apareció frente a la niña, asustandola—, Danzō-sama solicita tu presencia—el enmascarado hizo el ademán de agarrar a la niña pero ella fue más rápida y dió la vuelta dispuesta a correr lejos aunque el ANBU no se lo permitió, la cargó y la posicionó sobre su hombro.

—¡No, no!, ¡déjame!—la niña empezó a patalear y removerse intentando soltarse del enmascarado, las personas que estaban a su alrededor simplemente ignoraban la escena, dejando a la niña a su suerte.

Yuna intentó de todo, desde morder el hombro del hombre que la cargaba hasta jalarle el cabello, aún así nada resultaba y ya estaba empezando a darse por vencida.

Había empezado a llorar de nuevo, cosa que al parecer se iba a hacer muy rutinario en su vida. Quería irse ya, no quería ver a nadie, ella tenía miedo de lo que ese tal "Ganzo" pudiera hacerle. Su miedo empeoró cuando vió a un horrible viejo acercándose a ella.

—Bájala y vete—el ANBU obedeció sin rechistar, cosa que no le gustó del todo a la menor, no quería quedarse sola con una momia.

El mayor la miró y se acercó unos pasos hacía ella, pero antes de que pudiera hacerle algo otro viejo apareció donde estaban, logrando que la niña empezara a llorar de alivio.

—¡Sandaime-jiji!—la peliplata corrió hacía el Hokage y se aferró a su capa—, ¡esa momia me mandó a raptar, Jiji!—en ese momento a la niña no le importaron sus modales y señaló sin pudor alguno al Shimūra.

El jefe de la aldea miró mal a su ex-compañero de equipo para después proceder a llamar a uno de sus ANBU's más leales para que se llevara a la menor.

Lo último que Yuna vió fue como un brillo color rubí traspasaba la tela que cubría el brazo de Danzō.

(Sin gif de Danzō porque lo odio, ahr)