Mierda, mierda, mierda, salté sobre unas bolsas de basura que estaban en el callejón, vi al hombre dirigirse sobre el tráfico matutino y tire blasfemias cuando el tacón de mis botas trato de doblarse, pero seguí corriendo, no podía ser, estaba corriendo para atrapar a un jodido asesino y yo venía en tacones. ¿Qué carajos te pasa mujer?, tome aire y seguí corriendo sin perderlo de vista, su chaqueta negra con toque eléctricos verdes me dejaban verlo a la perfección en la ciudad ajetreada de Bogotá, un taxi trato de tocar mi cuerpo, pero lo esquive antes de que terminará con mi persecución. Volví a buscar la chaqueta y lo vi girando sobre la esquina de la 100, así que mi mente hizo un recorrido de la calle y sabía que si cruzaba por una pequeña tienda que se encontraba en toda una manzana completa podría agarrarlo. Así que seguí corriendo, pasando por la pastelería que tenía el acceso a las dos calles más transcurridas de la ciudad, alguien me grito cuando derrame café sobre su cuerpo.
- ¡Policía! – grité rápidamente – muévanse – las personas haciendo que hacían fila y entraban se alejaron, dándome el espacio perfecto para correr, sonreí cuando vi pasar al chico de la chaqueta frente a mí, pero un cuerpo que conocía lo derrumbo – que golpe – deje de correr y camine hacia los dos hombres que estaban en el piso; el chico de chaqueta verde gritaba que lo soltarán, cosa que no iba a suceder, mi compañero le leía sus derechos mientras que lo dirigía a la patrulla. Se pararon y una camioneta llego.
- ¿Qué carajos te pasa Ponce?, ¿no puedes manejar un carro para perseguir a un tipo? – rodé mis ojos y me incline hacia una pared tratando de calmar mi respiración, cuando vi que alguien traía mi auto, sonreí, camine rápidamente y abrí la puerta trasera viendo mis adorados tenis. Me senté y los cambie, dándole un respiro a mis pies - ¿estás sorda? – mire a mi compañero mientras que cerraba la puerta trasera de mi carro.
- Cálmate Franco, me estabas rastreando, así que, sabias que si paraba lo habría perdido. Pero no fue así, porque lo hemos capturado – tomé las llaves de mi carro de las manos del policía que lo había traído – gracias. – le dije, giré hacia Franco - ¿alguna otra recomendación?. – sonrió antes de acorralarme contra la puerta del piloto de mi carro.
- ¿Iremos a nuestra cita?. – sonreí y lo empujé mientras entraba al carro, prendiéndolo.
¿Crees que saldríacon alguien que me acaba de gritar frente a una multitud de personas?, sueña. Idiota.– abrió sus ojos y lo perdí de vista cuando arranque rápidamente hacia laoficina.
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Tus Trazos
Romance"La tinta que recorre tu piel me ha traído a ti" - Tus Trazos #6 en Persecusión #15 en Persecusión