Capítulo 3

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Richie había esperado que esa reunión no hubiese sido tan aburrida, todos en ese lugar parecían aparentar algo que no eran, demostraban ser finos, elegantes y con vidas perfectas.
Richie se preguntaba si eso era una reunión casual o un concurso de quién puede fingir mejor.

- ¿Qué edad tienes? - habia preguntado el niño, Richie era la única persona con la que aquel pequeño podía hablar, al menos este no lo había hecho sentir como si le estorbara.
- Tengo diecisiseis, pronto cumpliré diecisiete y me iré de este pueblo al cumplir los dieciocho - habia dicho Richie, lo había dicho de la mejor manera, pero aun así había sonado mal.
- Yo tengo once y cumpliré doce , pero mi madre dice que soy bastante maduro para mi edad.

Esta vez Richie se había detenido a observarlo a detalle, tenía razón, el menor tenía un gran orden, hasta en la manera en como vestía, hablaba bien y con cordura, no parecía tener doce años, pero esa edad tenía.

-Pues si, te ha educado bien y te alimenta bien por lo que veo - habia reído Richie haciendo referencia a que igual parecía saludable.
-Muchas gracias... Ehmm olvide tu nombre - había dicho Eddie, frunciendo el ceño por tratar de recordarlo.
- ¡De nada peque! Y mi nombre es Richie, bueno me dicen Richie, puedes decirme igual si quieres quieres - habia sonreído amablemente.

Eddie tomó la mano de Richie y lo llevó lejos de aquellos mayores que fingían su felicidad, lo llevó a su lugar privado, para que ambos pudiesen tomar el té juntos, porque Richie le caía bien.
Richie simplemente lo siguió, después de todo, ¿qué tenía que perder?, eso y que no había nada mejor que hacer.

- Muy bien, Richie te presentaré a mi amigo - había dicho el menor.
Richie quedó perplejo, ¿acaso había otro niño ahí y él no lo había visto?.

- Te presento al señor Smigles, él me acompaña a todas partes.

Richie sonrió, ¿se podía ser mas adorable?, quizás.

Richie no había hablado casi nada en su sesión de té privada, estaba sentado bebiendo de aquella taza observando la vida que le pasaba frente a sus ojos, la vida que emanaba aquel pequeño niño de pequitas, Richie no formaba parte de la vida, simplemente estaba de paso, intentaba buscar la manera de permanecer en la vida, aferrarse a ella, pero no parecía poder lograrlo, no parecía capaz de hacerlo, y no, no lo era.

Pronto de tanto viajar en sus pensamientos vio como aquel pequeño cayó rendido, el sueño y agotamiento habían acabado con él, así que lo tomó en brazos y fue en busca de la madre del pequeño para preguntarle dónde podía dejarlo descansar cómodamente.

-Dámelo, lo llevó a su habitación - había dicho Sonia, cuando vio a su hijo dormido en las manos de su invitado.
-No se preocupe, yo lo llevo, solo indiqueme como llegar, la anfitriona no debe dejar solos a sus invitados - habia dicho Richie, siendo cortes con la mujer.

Richie subió las escaleras, tal y como Sonia le había explicado, entró a aquella habitación, no se había equivocado, el niño era ordenado, demasiado, no había nada fuera de su lugar, o bueno si había dos cosas.
Una de ellas era Eddie, que estaba fuera de su lugar.
Aunque Richie aún no lo sabía, Eddie estaba fuera de su lugar, su lugar nunca había sido aquella casa, aquella habitación, el lugar de Eddie era un lugar mas cómodo, un lugar....
Por otro lado otra cosa que estaba fuera de aquel lugar en esa habitación era Richie, él no pertenecía ahí y nunca podría permanecer.
Lo dejo acostado en su cama y se quedó observandolo perdidamente.
Por un momento Richie deseo no haber asistido a esa fiesta de té, porque Richie Tozier se perdió aquel día y ya jamás pudo regresar y tampoco quiso encontrar su camino de vuelta.
Richie era consiente, se perdió en esa habitación, entre juegos, libros, risas...
Pero le gustaba estar perdido, no quería que nadie lo rescate.




(les pido me disculpen si hay alguna descontinuada, espero no sea demasiado, pero estoy tratando de que no la haya, en caso de que si, no se preocupen estoy leyendo ambas historias para arreglar lo que este mal).

Los quiero mucho ❤️

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