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Aries, inconsciente y sentado en el suelo contra una pared, comenzó a despertar. Abrió los ojos lentamente, encontrándose con Gea frente a él la cual lo veía preocupada. La abrazó fuertemente y luego miró dónde se encontraba, viendo que la mayoría de sus amigos estaban allí.
—¿Qué es este lugar?—preguntó.
La habitación estaba repleta de puertas de todos los tamaños y colores, les recordaba un poco a Monster Inc. sólo que sin los monstruos ni la tecnología.
—No lo sé, pero tenemos que salir de aquí antes de que Piscis, Pi, Leo o Scorpio mueran—dijo Virginia, entregándole una carta a Aries.
"¿Quieres jugar? Este es el reto: encuentra la salida antes de que se escuche el primer disparo. Tienes treinta minutos, después de eso será demasiado tarde".
—El reloj ya está corriendo—advirtió Libra, señalando un enorme reloj circular pegado al techo.
Aries se levantó y comenzó a correr por toda la habitación, abriendo puertas. Una daba hacia otra puerta, otra hacia una escalera sin salida, otra hacia un muro y una sólo te hacía pasar de un lado de la habitación a otro. Era demasiado confuso.
—Ya lo intentamos,—dijo Candy—no hay salida.
—¡Leo va a morir!—sollozó Lena, dejándose caer al suelo.
—¿Por qué se quedan ahí parados?—preguntó Aries, sin poder creerlo.—Tenemos que encontrar la salida, romper las paredes si es necesario. Leo, Scorpio, Piscis y Pi están en ese sótano a punta de pistola. Si no hacemos nada, ellos van a morir.
Todos agacharon la cabeza y algunos le dieron la espalda. Aries clavó su mirada en Gea la cual tenía los ojos llorosos y la cara toda lastimada, ella también le dio la espalda.
—Escorpio—le dijo a él y lo tomó de los hombros para que lo mirara.—Escorpio, tu hermana está ahí, ¡¿No vas a hacer nada?!
El ariano miró el reloj viendo que el tiempo había pasado más rápido de lo que parecía. Sólo faltaban tres minutos.
—¡Se está acabando el tiempo!
Comenzó a correr por toda la habitación, abriendo todas las puertas, gritándole a sus amigos que hicieran algo. Sólo quedaba medio minuto cuando abrió una puerta color blanca, creyendo que iba a encontrarse con lo mismo de siempre, pero allí vio a Pi, amarrada a una silla con una pistola pegada a la frente y a Scorpio y Leo pidiéndole a Azcar a gritos desgarradores que le perdonara la vida.
Aries estuvo a punto de entrar, pero cuando dio un sólo paso, el sonido del disparo lo obligó a pestañear y el corazón se le sacudió.
Despertó y se sacó desesperadamente la bolsa que le cubría la cabeza, dando una gran bocanada de aire luego. El moreno de antes le había dando un fuerte golpe en la nuca que lo había dejado inconsciente. Se levantó del suelo tan rápido como pudo y miró a su alrededor. Aún se encontraba en la sala y sus amigos estaban peleando con garras, puños, dientes y sillas contra aquellas personas vestidas de negro.
