La Gran Guerra que involucro a Shinobis de continentes enteros termino después de varios meses, gracias a que él Tercer Hokague hizo un tratado de armisticio con la aldea oculta de la roca que fueron los mayores factores de la guerra.
Claro que con la conclusión de la guerra, las gente del pueblo sentía un descontento hacía su Hokague, Hiruzen Sarutobi, lo consideraban un blando ante las decisiones que había tomado durante su mandato, así que él hombre renunció a su puesto, cediendo el puesto a Minato Namikaze considerado el héroe de la Tercera Gran Guerra Shinobi.
Con el cuarto Hokague al mando, poco a poco la aldea de la hoja se iba recuperando.
Itachi con apenas cuatro años tenía un sueño... eliminar los conflicto del mundo y aquél sueño solo lo lograría sí se convertía en el ninja más poderoso del mundo.
Probablemente si se lo contaba a un adulto se pondría a reír en su cara y creería que jamás lo lograría, que era imposible, pero para Itachi de cuatro años de edad era un sueño valioso y estaba más que dispuesto a cumplirlo, incluso si debía entregar su vida.
Para eso, desde que llegó de la guerra no ha parado de entrenar, su rutina era sencilla, se levantaba excesivamente temprano para un niño de su edad, desayunaba, iba a entrenar, volvía a su hogar para almorzar, iba a entrenar, por último llegaba a su casa a cenar y esperaba que su padre se desocupará para preguntar dudas que le surgían durante el entrenamiento.
Itachi con sus cuatro años era un genio, un prodigio, sus conocimientos ya eran la de un Genin, lo único que le impedía de seguir su camino para convertirse en un ninja lo más pronto posible era su edad.
A la academia ninja no ingresas a menos que tengas seis años recién cumplidos, por lo que el pequeño niño tendría que esperar dos largos años para comenzar con sus estudios básicos de ser un Shinobi.
(........)
Dormir, era lo único que hacía desde que llegó de la guerra, por increíble que parezca se sentía terriblemente cansada todo el tiempo, ya había pasado un tiempo desde que todo había acabado y habían alcanzado la supuesta paz.
Su madre cuando llegó junto a su padre la estrecho en un fuerte abrazo, la mujer estaba preocupada por ella, por sobretodo enojada y con justa razón.
Izumi se había ido sin decir nada, sin dejar ni siquiera una nota. Su madre Hazuki la había buscado por toda la aldea, si no fuera por sus vecinas, lo mas probable es que la mujer se hubiera ido en busca de Izumi hasta el campo de batalla, su madre hubiera terminado muerta si eso sucedía.
La niña se sintió en esos momentos culpable y rogó perdón a su madre, le prometió tanto a su padre y su madre que pensaría mejor la próxima vez y no sería tan imprudente. Eso pareció calmar a sus progenitores un tiempo.
La actitud de Izumi cambio, seguía siendo una niña tranquila y sonriente o eso trataba de aparentar, pero no engañaba a sus progenitores, ellos sabían que Izumi fingía y valla que para ser una niña de cuatro años fingía muy bien.
Hazuki creyó que sería una excelente Kunoichi en cuanto a lo que es trabajar en el arte del espionaje.
La actitud que delató a Izumi fue, que ella no ha vuelto hablar como solía hacerlo antes, siempre hablaba mucho, no paraba hasta que tenía que dormir, pero ya hace meses que se limitaba hablar lo justo y necesario sin quitar esa amabilidad y bondad que radicaba en ella.
Niels, el padre de la pequeña decidió que la llevaría a dar una vuelta por el pueblo, hace días que su hija no salía de la casa y eso le estaba preocupando.
- Izu, ¿Me acompañas a dar un paseo? - le pregunto a su hija que estaba acostada abrazando un pequeño oso de peluche que le regaló para su cumpleaños número 2.
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Hasta Que SU Corazón Deje De Latir.
FanfictionEran niños, pero fueron tratados como adultos, ambos llevaban vidas diferentes resultaba irónico que la vida los pusiera en un camino, siendo que sus destinos eran diferentes. Itachi cargaba una gran responsabilidad sobre sus hombros, su destino que...