Jadeaba ferozmente sin soltar el kunai que tenía en su mano derecha, sentía como algunos de sus mechones de cabello se pegaban en su sudorosa frente. Inomi había hecho un tiempo para ella, la Yamanaka adoraba entrenar con ella, aún no entendía el porque, pues ella se ve tan fresca como una lechuga, era obvio que no era rival para la peli-morada.
- Izu ¿Te puedes levantar? - preguntó la mayor desde la rama de un árbol del campo de entrenamiento de la aldea.
La pequeña Uchiha algo exhausta se levantó, soltó un profundo suspiro, pensando de que esa manera controlaría su respiración, alzó su kunai hacia su amiga, sus ojos eran determinados, podía sentir su vista rojiza.
- Te has hecho fuerte - susurro la Yamanaka orgullosa, se había tomado la molestia de llevar al límite a Izumi, su amiga era determinada ella quería lograr controlar su kenkei genkai.
- Es gracias a tí - agradeció - te agradezco Inomi, puedo mantenerme despierta tres minutos más de lo usual.
La oji-azul sonrió y con impresionante velocidad fue a ella para darle un combo cargado de chakra, afortunadamente el Sharingan de Izumi lo previo y pudo esquivarlo, más su energía había bajado, por lo que muy pronto no podría seguirle el ritmo. Ambas niñas empezaron una batalla de Taijutsu, la Uchiha se enfocaba en esquivar las patadas y combos de la Yamanaka, era difícil de contraatacar, aún no podía sincronizar bien ofensa y defensa, es por ello que aplicaba más defensa.
En eso la Yamanaka aparto la mano izquierda de Izumi y concentro su puño en el estómago de ella, pero ante el impacto su amiga Uchiha uso el jutsu de sustitución. Inomi sonreía, Izumi había mejorado notablemente en tan solo una semana, su amiga era una prodigio, aunque ella no se diera cuenta del gran progreso que ha hecho.
La castaña apareció detras de un árbol respirando de forma agitada - Inomi..creo...que .. llegué a mi.. límite - le informó para proceder a caer en estado de inconsciencia, antes de que llegara al suelo la chica alcanzó sostenerla.
- Lo hiciste bien, aplicaste un jutsu de sustitución y duraste 5 minutos más de lo habitual con tu sharingan - le dijo aún sabiendo que no la escucha.
La peli-morada miro el cielo estrellado, habían estado entrenando por tres horas, ella había ido por Izumi a la academia luego de haber completado sus deberes como matriarca. Camino por las desoladas calles de la aldea con la chica Uchiha en sus brazos, la espesa oscuridad que sentía detrás de ella, le daba miedo, pero sabía que no había nadie, estaba sola, ella lo hubiera percibido, pero su intuición le advertía del peligro que se acechaba a las sombras, probablemente nadie lo sabría, pero Inomi le tenía miedo todo aquello en que no había luz, era una tontería, pero sentía que sí se dejaba llevar por las sombras, estás la consumiría, ella lo sabía.
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Shisui Uchiha era un ninja prometedor, un prodigio nato, nueve años y ya era un jounin, de apoco su nombre sonaría por el mundo Shinobi, probablemente no existiera ningún ninja que este a su altura o eso la gente creía, pero el chico sabía que la única que podía hacerle frente era su compañera de misión, Inomi Yamanaka y había un candidato prometeder en cuanto lo podría superar y hacerle frente en poco tiempo sino es en solo meses, su amigo Itachi Uchiha.
Era divertido, le gustaba tener personas con quién no poder contenerse en su entrenamiento, podía explotar su potencial, pero a pesar de tener un gran talento, era terriblemente infeliz, Shisui no conoció a su madre, ella había muerto dándolo a luz a él y su padre tras la terrible guerra había quedado postrado en una cama, había perdido una pierna, sufre de constantes fiebres y a veces delirios, ahora mismo, el ayudaba a vestirlo, para poder ir a la casa de su abuelo y de su tía Hazuki, estaban invitados a cenar, porsupuesto, su padre como todo Uchiha era orgulloso y dada su condición no era usual verlo por las calles, pero odiaba con todo su ser que su hijo tenga que ser responsable de él.
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Hasta Que SU Corazón Deje De Latir.
FanfictieEran niños, pero fueron tratados como adultos, ambos llevaban vidas diferentes resultaba irónico que la vida los pusiera en un camino, siendo que sus destinos eran diferentes. Itachi cargaba una gran responsabilidad sobre sus hombros, su destino que...