𝐈𝐍𝐍𝐎𝐂𝐄𝐍𝐓 ➳ Jeancarlo León (En Edición)

Capítulo 3

; 𝙲𝙰𝙿𝚒́𝚃𝚄𝙻𝙾 𝚃𝚁𝙴𝚂 ;

| 𝙿𝚁𝙴𝙲𝙸𝙾𝚂𝙰 𝙼𝚄𝙹𝙴𝚁 |

La buena postura que tenía León me resultaba atractiva, con su traje muy bien arreglado y su mirada levantada, dispuesta a mirarme. Sus manos eran bastante grandes a lado de las mías, unas manos que dejaban ver sus venas sin esfuerzo resaltando entre su piel. Me remuevo en mi lugar sintiéndome incómoda por mirarlo tanto, tal vez ya haya notado de cómo lo estoy observando, pero no puedo dejar de hacerlo. Es como si mi cabeza tratara de guardar cada detalle de él.

Sus manos tomaron una bonita tetera de porcelana sirviendo leche en su café, sus movimientos tan sutiles y sin perder esa elegancia la cual no parecía esforzarse pues resultaba ser muy natural de él. Sus ojos cayeron en mí, dedicandome una mirada tan profunda e intimidante que me hizo ponerme aun más nerviosa de lo que ya estaba. Tome mi taza tratando de ignorarlo pero me resultaba imposible, podía seguirla sintiendo, podía sentir como ardía en mi piel y encendía aquella chispa en mi pecho haciendo retorcer a mi estómago, o era eso o posiblemente el café me había caído mal.

— La noto nerviosa.. ¿Esta bien?—Su tranquila voz despertó aquel sentido en mi cabeza haciéndome salir del trance en el que estaba. Levante de nuevo mi mirada notando su rostro completamente relajado y como sus labios se envolvían en esa taza blanca.

— Me resulta intimidante— Las palabras salieron de mi boca antes de siquiera poder detenerlas. Quite mi vista de su rostro mirando de nuevo mis manos las cuales no paraban de tocar aquella porcelana blanca.

— ¿Así? ¿En que sentido?—Ahora su voz sonaba más profunda, despertando algo dentro de mí, vibrando y haciendo gritar dentro de mí. Su cuerpo se inclinó más a mi, si no estuviera la mesa impidiendo su acercamiento seguro estaría sintiendo sus labios rozar los míos.

—La manera.. En que me mira— Mordí mi labio ligeramente, no podía detener mis palabras, parecía que aquel hombre simplemente me hacía sacarlas, decir lo que pienso sin darle tantas vueltas. Me gustaba pero.. Me aterraba.

En su rostro se dibujo una sonrisa, una sonrisa que me derritió a mis adentros. Seguramente piensa que soy estúpida, sí, de eso no lo dudo.

— Me gusta mirarla, _____.

De tuve mis movimientos y volví mi mirada hacia él, estaba vez con una expresión confusa. ¿Había escuchado bien? O era una broma de mi conciencia —¿Disculpe?

Soltó una rosita y volvió a su lugar dándole de nuevo un sorbo a su café— Su padre me comentó que usted estará en un torneo de voleibol en dos días, ¿Es verdad?— Sus dedos tomaron las orilla de la envoltura de galletas, abriendolas y llevándose una a sus carnosos labios.

— Lo es.. —Mi voz apenas si se había escuchado, me resultaba difícil emitir un sonido que no fuera o se escuchara como un jadeo, si seguía mirando aquellos movimientos tal vez haría uno, justo aquí, justo ahora.

Asintió sin dejar de verme, limpio sus labios con la servilleta para después colocar uno de sus brazos en la mesa recargandose en el —¿Le molestaría que la fuera a ver en su torneo?

Abrí mis ojos como platos, ¿En verdad quería verme jugar? ¿Y si no soy buena? ¿Y si fallo— Para nada— Mi inconsciente grito y golpeaba varias veces su pequeña e inexistente frente.