Cuando era más chico solía juntarme con los chicos de mi barrio e íbamos a alguna plaza a pasar el rato. Charlábamos de nuestras primeras relaciones, de nuestros problemas personales, nos contábamos todo. Peter era uno de mis mejores amigos. Solíamos pasar mucho tiempo juntos incluso llegamos a dormir y bañarnos juntos. Siempre fuimos muy confidentes el uno con el otro y la pasábamos bien a nuestra manera. Incluso hasta cuando no decíamos nada nos entendíamos.
Más o menos, cuando teníamos quince años nos fuimos de campamento los dos solos a un predio que se llamaba “El cortijo.” Era un lugar enorme, con varios árboles pero a su vez era bastante descampado. Nosotros nos divertíamos siendo aventureros y gracias a que internet todavía no era tan popular todavía teníamos imaginación. En el medio del terreno baldío armamos nuestra carpa para acampar en ese lugar. Llevamos todo. Estábamos muy preparados y como ya habíamos hecho el mismo campamento el año anterior ya sabíamos que cosas eran infaltables y que otras no eran tan necesarias.
El primer campamento que hicimos me emocionó tanto que durante todo el año planee cosas para hacer en este. En la noche a mí me agarraba más miedo que a Peter porque uno en el medio de la nada y en la oscuridad, escucha hasta los pestañeos del otro. El cortijo estaba lleno de insectos a la noche que chocaban con nuestra carpa y hacían bastante ruido. Eso era lo único que no me gustaba de toda la experiencia en sí.
La segunda noche, preparamos nuestra cena la cual era súper básica como para que dos chicos de quince años estén listos para preparar: pan lactal con picadillo. Estábamos tranquilos porque sabíamos que no estábamos solos y verdaderamente la estábamos pasando muy bien.
Uno de los planes que se me habían ocurrido a mi es que en el medio de la noche, antes de dormir hagamos una ronda de secretos. Cada uno tenía que decir un secreto que nadie sabía. Primero contaba uno, después el otro y después otra vez hasta que se acabaran los secretos. A mí me parecía una buena forma de estrechar cada vez un poco más la relación aunque ya éramos como hermanos prácticamente.
La ronda de secretos la empecé yo para romper el hielo. Era una pavada ahora que me doy cuenta pero a él le había pasado lo mismo, yo le conté que la primera vez que me pregunté cómo sería una vagina me la imaginé como un pene pero para adentro. Ahora lo pienso y me rio. Él me contó que una vez había robado plata del diezmo de la iglesia a la que iba y así fuimos contándonos los secretos uno a uno hasta que nos empezó a agarrar sueño.
-Bueno, creo que ya fueron suficientes secretos por ahora, ¿dormimos? –Le pregunté.
-Okay, si ya es tarde aunque me gustaría aprovechar para contarte algo más. –Me dijo.
-Sí, escucho. –Le contesté casi durmiendo.
No fue de malo pero la verdad no lo escuche al principio porque todos los secretos anteriores eran bastante malos. Hubo algo que me despertó por completo. Peter estaba con la voz temblorosa y lloraba a su vez lo cual me descoloco por completo porque Peter siempre estaba pensando en chistes y cosas graciosas, de hecho me parece que esa fue la primera vez que lo escuchaba así. Cuando me desperté estaba diciendo
-…Y ahora la droga se me está volviendo un vicio. Compro drogas con plata que robo. O sea, todo está mal ¿entendés?
Sorprendido aún más por lo que acababa de escuchar solo traté de calmarlo porque estaba empezando a asustarme y le dije que yo lo iba a ayudar a dejar de hacer esas cosas.
Jamás pensé que después probaría por “joder” y terminaría siendo un consumidor más. Pero volvamos al campamento. En ese momento mi cabeza estaba todavía dormida pero sabía que mi amigo estaba mal. Cambié un poco de tema para que se distrajera y lo logre. No sé en qué momento me habré dormido pero esta vez me despertó un estruendo muy fuerte. Sonó como la explosión de un cohete. Me desperté y no veía nada en la oscuridad. Tarde un rato hasta que recordé que no estaba en mi casa sino que me encontraba en una carpa en El Cortijo.
-Peter! –Dije en voz baja para no alarmarlo.
Como no me contestó pensé que quizás lo había soñado y no hubo ninguna explosión.
-Peter! –Dije otra vez para sacarme la duda y quedarme tranquilo, estiré mi mano para moverlo un poco y me di cuenta de que no estaba. En ese momento tuve un mal presentimiento, agarré mi linterna y dudé en salir porque tenía mucho miedo. Mi mejor amigo estaba en algún lado ahí afuera y podría estar en peligro. No había tiempo para tener miedo. Salí de la carpa rezando para poder encontrarlo. Alumbré a todo mi alrededor para ver si se veía algo pero nada. Todo oscuro. No sabía si había soñado o no el estruendo pero me pareció que venia del lado izquierdo de la carpa por eso caminé en esa dirección y lentamente alumbraba mi camino.
Habrán pasado dos o tres minutos y yo seguía sin encontrar a Peter. Tampoco podía empezar a llamarlo porque pensaba que quizás había delincuentes, o quien sabe qué clase de gente. Hice unos pasos más y vi un cuerpo tirado en el suelo. Primero me asusté porque pensé que era un animal pero después miré con atención y me di cuenta de que era una persona tirada. Quizás Peter había arreglado con los demás chicos de la plaza para asustarme pensaba y de hecho lo habían logrado porque estaba muy asustado.
Peter era quien estaba tirado en el piso con un orificio de bala que le iba de la sien del lado derecho y salía por la parte superior de la cabeza. Ahí mis piernas se debilitaron y caí arrodillado al lado del cuerpo de mi mejor amigo. No pude hacer nada en ese momento, mis sentidos se bloquearon y ni siquiera pude gritar. Mi mejor amigo, mi confidente, mi hermano se había quitado la vida por una presión generada por las drogas. Yo me quedé sin mi mejor amigo y cuando retomé la conciencia lloré.
Solo me dediqué a acariciarlo y a pedirle perdón por no haberme dado cuenta a tiempo. Parte de su muerte era mi culpa, parte de mi inocencia era culpable de la muerte de Peter. El arma estaba tirada al lado de él. La vi, la agarré y me la puse en la cabeza. No lo pensé solo quería estar con él. Con mi mejor amigo que jamás voy a volver a dormir sin antes pedirle perdón. Gatillé sobre mi cabeza y aparecieron los de seguridad del lugar.
-Arriba las manos. –Me gritaron y yo pensé mientras alzaba mis manos “Arriba esta ahora Peter, el no merece estar ahí.”
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Próximo capitulo: Lunes a las 00hs
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CRECER
FanfictionCRECER es la historia de Zayn Malik. La historia se sitúa en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. Los recuerdos de la vida hacen que Zayn busque una identidad en ABA (Arte de Buenos Aires.) CRECER habla de temas que son sensibles para la s...