Capitulo 5.

605 24 12
                                    

Capítulo 5:

Él:

El beat de la música hacía que mis pies se movieran coordinadamente, las luces de colores ya no me parecían tan extrañas y exóticas como al principio, y por extraño que pareciera ya no me disgustaba la masa de gente que se movía en este lugar, todos parecíamos estar disfrutando de la música y de nuestros pasos de baile. Eran casi las 12.00 AM, e increíblemente me encontraba en el antro de moda de Lodz, algunos compañeros míos habían organizado esta salida nocturna y aunque al principio me había negado a participar, Gizela me había convencido.

-Deja de estar amargado y de encerrarte en tu casa. Sal, diviértete por un momento J. Omar. – Me había dicho cuándo se había enterado de mi negativa al plan.

-No estoy amargado. – Le había contestado. – Simplemente no me apetece, no soy hombre de fiestas.

-¿Y cómo sabes que no lo eres? – me preguntó mientras salíamos del salón de clases y nos dirigíamos al jardín de la escuela como ya era nuestra costumbre.

-Lo sé, me aburro, así de extraño soy. – Le sonreí y era verdad lo que decía, solía aburrirme muy rápido en las fiestas, no en todas, pero si en la mayoría y por eso muchas veces prefería quedarme en mi casa.

-¿Sabes qué es lo que pienso? – Me tomo del brazo y seguimos caminando. Había escuchado que la mayoría pensaba que nosotros éramos más que amigos, y la verdad era que entre Gizela y yo no había nada que no fuera amistad, aunque por alguna razón me gustaba qué pensarán así.

-¿Qué?

-Que no has ido a la fiesta correcta, eso es lo que pienso. Mira, vamos anímate, si te aburres pues nos vamos y ya. – Se detuvo y me miró sonriendo, esperando una respuesta, odiaba que hiciera eso, no le podías decir que no a esa cara. Me quedé viendola por unos segundos con cara seria pero me rendí enseguida y terminé aceptando.

-Okay, está bien, pero con una condición. – Gizela puso los ojos en blanco. – Si me aburro, nos vamos.

-Va. – Había contestado y nos habíamos ido a buscar algo de comer.

Horas después aquí estaba yo, bailando, increíble. Mis compañeros de salón se movían por la pista como expertos, varios ya se encontraban alcoholizados por lo que hacían muy bonito espectáculo no solo bailando sino también tratando de ligar. Había bailado ya un buen rato, me encontraba bastante agitado y un poco sudoroso por lo que preferí irme a la barra y pedirme algo para refrescarme. En cuanto me entregaron la bebida y di el primer trago sentí el alcohol quemar mi garganta, normalmente no tomaría pero ya que había decidido salir un momento al mundo nocturno quería tener toda la experiencia.

-¿Pasándola bien? – Gizela me sacó de mis pensamientos, no me había dado cuenta que se había acercado a la barra. Antes había bailado un rato con ella pero luego se desapareció un buen rato.

-¿Dónde estabas? – Le pregunté, traía su pelo sudado y se había quitado su chaqueta por lo que ahorita solo cargaba con una camisa de tirantes que enseñaba una piel lisa y blanca, muy propia de Polonia.

-Con unos viejos conocidos. – Se acercó a mí y tomó mi bebida dándole un buen trago. -Uf, poniéndote en ambiente eh. – Me sonrió y me regresó mi vaso.

Gizela se recargo en la barra y cerró los ojos, me quedé mirándola tratando de descifrar que era lo que estaba pensando. Hay ocasiones en las que me gustaría saber que está pasando en su cabeza, pero hay otras en las que prefiero no saber. La música seguía con un buen ritmo y la gente seguía bailando y tomando, parecía como que si nadie se cansara de alzar los brazos y moverlos hacia varios lados, he de confesarlo, me estaba divirtiendo y mucho.

#SHIPDonde viven las historias. Descúbrelo ahora