Capítulo 7.

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Capítulo 7.

Campos:

Dije las últimas palabras con un nudo en la garganta, de alguna forma estás frases habían penetrado en mí y por una pinche razón que yo desconocía había comenzado a llorar.

¿Qué chingados me pasaba?

No era un chico de poesía, es más me aburría, sólo había tenido unos cuantos encuentros con este género literario hace ya un par de años, Sofía era una poeta por excelencia, y el día que enterré a Sofía, junto con ella enterré cualquier interés por la poesía.

No poesía para mí.

-¿Te sucede algo? – Andrea se separó de mí y levantó su mirada.

Ni yo sabía mucho lo que me estaba pasando, en el momento que había comenzado a recitar la poesía, a acercarme a Andrea y a tocarla, pedazos de memoria de Sofía habían llegado a mi cabeza, y se habían instalado ahí durante todos esos minutos, las palabras que ella solía decir y el brillo en sus ojos al momento de leer los versos se habían clavado en mi mente.

-¿Andrés? – Andrea tomo mis manos entre las suyas y me sacó de mis pensamientos.

-¿Si? Perdón. – Aparte mis manos de las suyas y limpie mi rostro que aún seguía húmedo de las lágrimas. –Discúlpame, me tengo que ir.

-Pero… - No dejé que terminara la frase, le di un beso rápido en la frente y salí de inmediato de ahí, estaba bastante consciente de que Lupita, y el resto de los presentes estaban al tanto de lo que estaba pasando, pero no podía seguir enfrente de ellos, no podía estar enfrente de Andrea.

Afuera el ambiente era frío y con bastante aire, me arrepentí de no haber traído un suéter o algo más caliente que la camisa sencilla que estaba usando, a unos pasos de llegar a mi coche escuché que alguien gritaba mi nombre.

Andrea.

-¿Y que, me piensas dejar así nada más? – El aire hacía que su cabello se moviera sin control, y el frío hizo que sus mejillas adquirieran un color rosado.

-Lo siento Andrea, pero no puedo seguir con esto. – Las palabras salieron de mi boca sin pasar por el filtro de la razón, me di la vuelta y seguí caminando rumbo a mi carro.

-¿Seguir con qué Andrés? ¿Con la poesía o con nosotros? – gritó.

Me detuve en seco, ¿Qué era con lo que yo no podía seguir?

-Contesta. – Agarro mi brazo con mano firme y me hizo voltear, noté que estaba a punto de soltar unas lágrimas, algo dentro de mí se endureció, pensaba que yo ya había dejado atrás mis demonios y que me había arreglado.

-No lo sé. – fue lo único que pude responder, sentí un dolor en el pecho, una opresión, no podía seguir con esto, no podía seguir engañándome a mí mismo, amaba a Andrea, pero Sofía seguía incrustada en mí, ella seguía en mi mente aunque me lo negaba a mí mismo, ella me impedía seguir, me impedía actuar.

-Andrés. – Andrea se acercó y tomo mi rostro en sus manos, acercó su cara a la mía y por un segundo nos quedamos viendo directo a los ojos, sentí como el frío desaparecía, pero aun así el calor que yo sentía en mi corazón no le pertenecía a ese calor. No aún.

Puse mis manos por encima de las suyas y poco a poco las quite de mi rostro.

-Lo siento, realmente lo siento. – Fue lo único que pude decir, me separé de ella, llegué a mi coche, entré y lo encendí, Andrea se había quedado parada abrazándose a sí misma con sus brazos, quería salir y abrazarla y suplicarle perdón pero algo dentro de mí me lo impedía, no quería vivir sin ella, pero tampoco podía vivir con esta culpa que sentía en mí, cruzamos miradas por última vez, ella asintió levemente, y así partí y me alejé de ella.

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