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Como cada lunes, desde hace ya 10 meses tomaba una taza de té junto a un par de galletas como desayuno en la cocina del palacio, mientras hacia un recuento de mi semana anterior y pensando en lo que me deparaba aquella nueva. A pesar de mis malas expectativas, la verdad es que aquella nueva relación laboral no estaba saliendo tan mal como me había imaginado en un principio; es decir, teníamos nuestros desencuentros. Pero de todo lo demás, estaba más que tranquila, adaptándome a mis nuevas obligaciones y buscando la manera de delegar más de una obligación que tenia encima, pues sino en algún momento mi cabeza explotaría con una crisis de migraña con tantos conflictos en mi mente.

Sentí que mi bolsillo del pantalón comenzó a vibrar y en seguida tome mi teléfono y respondí sin mirar mientras daba un nuevo mordisco a mi ultima galleta.

-Al fin contestas Elizabeth, llevo días tratando de comunicarme contigo, estas realmente puesta para una emergencia en estos momentos – escuche una voz realmente disgustada al otro lado del teléfono.

-Tía...podemos tomarnos un momento para dar una buena explicación antes de que continuemos con esta pequeña discusión- trate de mediar cerrando los ojos y bajando bastante mi tono de voz para tratar de calmar las cosas, al no escuchar respuesta lo tome como una afirmación así que continúe- siento mucho no haberme comunicado desde hace ya un par de días, pero he tenido un nuevo cambio en el trabajo del cual aun no me he adaptado del todo; claro que esto no es excusa alguna pero seria un buen punto para poder entenderme, aunque si me he comunicado con mi padre y se me hace muy raro que no le comunicara esta situación, y hasta me temo que no le comento que pensaba viajar este fin de semana a casa, por lo mismo que me he mantenido ausente esperando remediar toda esta situación.

-Ya lo has dicho, nada de eso es excusa alguna, asi no llames, un mensaje basta, pero bueno; si ya este fin de semana vienes podemos ponernos al tanto de ese dichoso cambio laborar, además de que te necesito para que comencemos las compras navideñas, que seguramente también ya lo habías olvidado –sentí un nuevo reproche, esta mujer nunca estaba conforme.

-No tía, no lo había olvidado, por eso mismo planee el viaje... -me iba a quemar en la hoguera por mentirosa, si que había olvidado aquello, pero no entendía porque tanto apuro de compras, si estábamos a principios de octubre, según mi calendario mental; separe unos segundos mi teléfono de mi oído para ver la fecha y por poco y caigo de la silla ¿en que momento habían pasado ya veinticinco días del mes de octubre? ¿en que momento los viví¿ porque realmente que eso no lo recuerdo- debo cortar tía, ya estoy por comenzar a trabajar y no puedo retrasarme, prometo que apenas salga le llamo sin falta, un beso, saludos para todos, nos hablamos –corte sin dejarla responder mientras hacia algunos sonidos de besos y dejaba el teléfono sobre el mesón, cerré mis ojos mientras me masajeaba la sien, ahora sí que tenía que arreglar un viaje de fin de semana de manera inmediata y obligatoria.

Mi relación familiar era muy peculiar, siempre fui independiente en todo, o casi todo lo que me rodeaba, quizás por ser la menor, o por mi carácter siempre trate de obtener la menor ayuda posible de mis padres, y quizás también por eso era un tanto seca con ellos, realmente mi humor y sentimientos eran cambiantes asi como las etapas de la luna; y luego de que mi madre falleció hice crecer aun mas mi caparazón de sentimientos y trate de verme aun mas fuerte de lo que siempre he sido, y bueno como apoyo materno tenia a la hermana mayor de mi madre, aunque a veces teníamos nuestro pequeños choques, pues trataba de sobreprotegerme o tratarme como una niña, cosa que hace ya varios años que no era; trataba de entenderla pues, ella no tuvo hijos, así que le es difícil saber como actuar; y bueno para ella mis hermanos y yo éramos como esos hijos que nunca tuvo. Nuestra relación es como una montaña rusa sin lugar a dudas; y bueno con mi padre era lo contrario, el realmente me conoce, sabe cuando estoy de buen o mal genio, a el pobre siempre le toca batallar con eso, pero ya está acostumbrado, y digamos que gracias a la distancia cuando volvemos a vernos no nos separamos ni por un segundo, y termino convirtiéndome en la nena de papa y el solo busca consentirme y complacerme, aunque nunca perdíamos comunicación, era un ritual de que al menos el me llamara tres veces al día, y cuando no lo hacía, la que llamaba era yo como niña caprichosa reclamado su atención. Y por eso mismo sabia que todos estaban al tanto de como estaba así no hablaran directamente conmigo, y sabía muy bien que mi tía sabia bastante de mi paradero, pero sabía que estaba sentida de que no la hubiese llamado para contarle todos los detalles de mi vida; porque eso si, las llamadas con aquel personaje podían durar de dos a tres horas todas las noches, de lunes a domingos con días feriados incluidos, cosa que no entendía como podías hablar por tanto tiempo si el día anterior también nos comunicábamos y también durábamos la misma cantidad de minutos y horas; pero aun así siempre teníamos algo nuevo que contar o teníamos que terminar alguna conversación que había quedado pendiente de la noche anterior, era algo agotador a veces, y bastante costoso, porque esa llamadas no eran gratis, y a veces no sabía tampoco como ella podía pagar esas facturas telefónicas, pero al final, esa su forma de estar al pendiente de mi y aunque quisiera negarlo, en ocasiones echaba en falta esas llamadas nocturnas.

The Assistant -Prince Harry Of Wales-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora