Domicilio

7.- Ira, huir

"Entonces, ¿has enviado a Takase para seguir nuestro tema?"

La investigadora morena colocó su mano izquierda en sus caderas mientras miraba a su camarada con una mirada en blanco. Ella pensó que enviar al hombre calvo que no tenía la habilidad de acechar a una misión delicada era una idea muy ridícula.

"Sí, Yasuhiro-san. ¿Tienes algún problema con eso?"

Akigawa Ritou, el hombre de cabello oscuro con ojos muertos, respondió con una actitud relajada. Se sentó en su silla reclinable con las piernas cruzadas una sobre la otra, colocando los pies sobre su escritorio. Tenía una paleta en la boca mientras removía el líquido marrón en su taza con un agitador de plástico delgado. Yasuhiro miró al hombre con disgusto.

—Ah, qué poco profesional.

"¿Qué estás planeando? ¿Por qué no contrataste a alguien en su lugar?"

Dejó de remover su taza de té y la miró con desinterés. Se sacó la piruleta de la boca con un pop y la agitó frente a él.

"Si contraté a alguien, nuestros fondos seguirán desinflando. Solo estoy siendo ahorrativo. No se preocupe".

"¿Y si fallaba?"

Akigawa sonrió maliciosamente mientras dejaba de agitar el caramelo en el aire. Su sonrisa envió escalofríos por su espalda mientras ella retrocedía. Su reacción lo hizo sonreír más y luego colocó la piruleta en su boca.

"Entonces las cosas se pondrán bastante interesantes".

Se escuchó un crujido cuando mordió la piruleta entre los dientes, separándola del palito de plástico blanco que tenía en la mano. Bajó los pies de la mesa y dejó las piernas colgando en el aire. Se agarró al borde de su escritorio en busca de resistencia y lo empujó con la mano, haciendo que su silla reclinable girara sobre su eje.

"¡Whoo ~! Esto nunca será aburrido ~"

"Akigawa, deja de hacer eso."

"Buuu ~ No eres mi mamá."

Gimió como un niño mientras seguía girando con los brazos extendidos. La mujer exhaló un suspiro y recogió los papeles esparcidos por el suelo de baldosas. ¿Quién necesita mucho papel en esta ciudad de tecnología avanzada? Bueno, quien sabe. Ella se encogió de hombros del pensamiento de su mente mientras seguía archivando los papeles.

De repente, el teléfono de la oficina sonó y los sorprendió a ambos. Yasuhiro perdió su agarre sobre los papeles y cayeron al suelo, mientras que Akigawa, quien estaba realmente sorprendido, voló de su silla, con la cara en el suelo. La morena hizo todo lo posible por no reír mientras el pelinegro gruñía en silencio. Se sentó en el suelo blanco y se frotó las manos en el rostro agotado. La sangre le corría por la nariz y se la secó con cuidado con la manga de su bata de laboratorio.

"Kirie, deja de reírte y contesta el teléfono por mí."

"Sí, sí."

Se acercó a su escritorio y tomó el teléfono para contestar la llamada, colocando el teléfono en su oreja izquierda.

"Uh, ¿hola?"

"¿Eh? ¿Yasuhiro-san? ¿Dónde está Akigawa-san?"

Era Takase, el hombre calvo con gafas. Sin embargo, no sabía por qué llamó. Probablemente sobre la misión.

"Él está ... aquí. Pero dijo que yo contesto el teléfono por él".

"¿En serio? Entonces dile que ya encontré nuestro tema."

Su conjetura fue correcta. Bueno, eso fue lo único que me vino a la mente, ¿verdad? Ella le respondió tan brevemente como pudo para acelerar la conversación.