06

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____ saludó a Marty mientras este daba marcha atrás y salía del patio. Había pasado una tarde muy agradable poniéndose al día de los últimos cotilleos a pesar de que se había sentido muy desilusionada cuando Harry había permitido que Marty se la llevara a comer.

¿Y qué había esperado? Se había comportado de un modo muy arisco desde la cena con su madre. ____ sabía que se había extralimitado. Era solo una empleada y no tenía ningún derecho a entrometerse entre Harry y su madre, aunque la hubiera besado dos veces hasta hacerle perder el sentido durante la última semana.

Una vez más, se previno contra aquellos besos. Harry no había salido con ninguna mujer desde que llegó a Kadoka. Probablemente ella le parecía bien porque era la única mujer que ocupaba sus días.

Sin embargo, por lo menos parecía haberle gustado un poco y por eso, ____ todavía estaba intentando reunir el valor suficiente como para decirle que estaba dispuesta a dejarle… disfrutar su cuerpo si él lo quería.

El tiempo había enfriado mucho y soplaba un viento muy fuerte. Estaba empezando a nevar. Mientras llevaba sus compras dentro de la casa estaba temblando. Sin embargo, volvió a salir para ir al granero. No podía esperar a ver al nuevo caballo.

—Hola —dijo, al darse cuenta de que Harry estaba con el animal—. ¿Cómo está?

—Se está acomodando bien, pero la pata no tiene muy buen aspecto.

—Déjame ver —pidió ella, introduciéndose en el establo. Entonces, levantó la pata del animal para observar el absceso—. Si lo sujetas, se lo iré recortando para dejar que empiece a drenar. También debería tomar algún antibiótico.

—He comprando un poco de camino —replicó Harry, tirándole un frasco—. Me imaginé que querrías empezar con él enseguida.

—Gracias.

—Lo hice por el caballo —le espetó él.

Como parecía que todo lo que decía lo molestaba, ____ decidió guardar silencio. Trabajó en silencio durante un rato, murmurando suavemente al caballo para que se tranquilizara. Después de un rato, se incorporó.

—Estaba segura de que era un absceso. Podrás empezar a trabajar con él antes de que te des cuenta.

Harry musitó algo que ella no pudo entender. Acabó de limpiar al caballo y le puso la primera dosis de antibiótico. Sin embargo, cuando se dirigió a la casa, se encontró a Harry a su lado.

El viento ululaba mientras Harry abría la puerta del granero. Ella se refugió detrás de él pero justo entonces un giro caprichoso del viento hizo que Harry soltara la puerta y que se cerrara justo sobre ella.

La puerta le golpeó justamente entre los pechos y la inmovilizó contra el marco. Demasiado aturdida para darse cuenta de lo que había pasado, ____ intentó respirar, pero no pudo. Algo le oprimía el pecho. Abrió la boca para gritar, pero no pudo emitir ningún sonido. Los brazos no le respondían, aunque, de todos modos, no le habría servido de nada. El viento debía estar soplando a más de cien kilómetros por hora y la puerta era, además, demasiado pesada.

Harry abrió la puerta y la tomó entre sus brazos, gritando órdenes a los jornaleros que habían aparecido.

—¡Cerrad esa maldita puerta!

Rápidamente, la llevó a la casa mientras ella trataba desesperadamente de llenarse los pulmones de aire.

—Dios, cariño, lo siento… Dios… —susurraba él. La había tumbado sobre una alfombra y estaba empezando a desabrocharle los botones de la chaqueta—. ¿Puedes hablar? ¿Cómo te encuentras?

Un Amor DistintoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora