Bell y Diez Caballeros

Celos

—no, no lo hice yo, pero tampoco quise intervenir —
Cuando me dijo eso solté la respiración, vuelvo a la habitacion y me le acerco molesta —y de nuevo vuelves a ser el presidente... ese mismo Adrein que no me agrada—

—eso fue antes de tu pelea, no puedo hacer nada por el
—si, si puedes, y si no lo haces tu lo haré yo..—
—porque querrías salvarlo el tipo no hace mas que odiarte, que te ocurre con el, ¿te gusta?, ¿sientes algo mas por el?— dice tomándome de los hombros

—¿porque tienes que actuar asi siempre?, tus celos son...—

Me suelta y voltea a otro lado apenado —perdón—

Me acerco a el y lo hago verme a los ojos —tu no eres asi, ey, ¿quieres contarme qué pasa?

El cierra los ojos —lo siento—

Pega su frente a la mía, y yo tomo sus mejillas con ambas manos, le planto un pequeño beso en los labios, —te creo si no fue tu culpa, pero vamos remediarlo ¿cierto?

—no se como lo logras...—
—¿el que?, ¿hacerte cambiar de opinión?, puedo ser muy persuasiva
—y mandona — dice sonriéndome dulcemente

Me muevo y su toalla queda enredada en mi cinturón del uniforme llevándome la toalla conmigo y la puerta se abre

«carajo»

—lo siento— dice Kyle desde la puerta y yo quiero que la tierra me trague ya que tengo a Adrien desnudo y yo tengo la toalla en los pies

—no es lo que parece— digo extendiendo mis manos
—solo venia por lo que me pediste Presidente

Adrein toma la toalla y se la coloca de nuevo y yo estoy casi roja como un tomate y camino a la puerta
—Mike, espera — agrega Adrien quien no parece importarle en absoluto lo que acaba de suceder

—hablamos luego— salgo de alli ese quiza ha sido el momento mas vergonzoso de mi vida

Eso fue mas que vergonzoso, estaba mas que acalorada.