M:
No hemos hablado mucho desde el sábado, pero aquí estoy otra vez, convaleciente.
No porque hayas dejado en claro que ya no querías verme, sino porque de verdad estoy muriendo.
No es una enfermedad del alma, como había supuesto en un arranque de vehemencia artística a la que me he abandonado mucho los últimos días.
Se trata de un cuerpo que ya estaba pudriéndose desde hace mucho, desde antes de conocerte.
Lo siento si jamás te lo dije, no suelo ser muy claro en esos aspectos de un asunto tan personal como lo era mi condición.
No quería causar en ti lo que había causado en algunos. Y tampoco quería que la razón de tu compañía fuera la de otros muchos. Lo lamento.
-P
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Ojalá supieras cuánto te quiero
Short StoryP es como cualquier otro hombre enamorado. M es una mujer de la que cualquier hombre como P se enamoraría. Ahora bien, una mujer como M jamás se enamoraría de un hombre como P. M es de esas princesas que terminan siempre enamorándose del dragón. ...