M:
¿De verdad... te parezco tan miserable? No debí hacerme falsas ilusiones, no debí haberte dicho, no debí, debí seguirlo evitando más, por Dios, no debí...
No había pensado nunca en lo miserable que debo ser, hasta hoy, para provocarte tanta lástima. No, M, no, tú no serías como los demás, tú no te comportarías igual que todos.
¿Por qué no puedo enojarme contigo? ¿Por qué siento que todo es mi culpa, que lo arruiné todo? ¿Por qué... no dejo de sentir la respiración acelerada a pesar de que ya no te tengo en frente? ¿Por qué no dejo de sentirme vulnerable aunque ya no me estés tocando ni yo a ti?
¿Por qué no dejo de llorar si se supone que debería de estar feliz?
Lo busqué por tanto tiempo que más que un sueño era un grabado tallado en mi cabeza, un anhelo sordo de mis dedos. ¿Será porque sé la razón que te impulsó?No quería que la primera vez que te besara tuviera a mi enfermedad como excusa. Pero te agradezco por recordarme cuál es el verdadero valor que tengo, M. Al menos si se le puede llamar valor.
-P.
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Ojalá supieras cuánto te quiero
Short StoryP es como cualquier otro hombre enamorado. M es una mujer de la que cualquier hombre como P se enamoraría. Ahora bien, una mujer como M jamás se enamoraría de un hombre como P. M es de esas princesas que terminan siempre enamorándose del dragón. ...