Capítulo 3

460 20 0
                                    

Mi hermano, al ver que estaba mirando hacia la persona que estaba detrás de él, se giró y pasó la mirada del uno al otro sin comprender la situación. Había mucha tensión en el aire y para poner fin a ese momento, dije:

—Hola David. Es todo un placer verte de nuevo.

Me acerqué a darle dos besos como saludo esperando que mi hermano no hubiese captado el leve tono de ironía que desprendían mis palabras.

—Hola Luna, también me alegro de verte —me dijo él cortésmente.

¡Dios mío! Ya casi había olvidado el efecto que tenía esa voz en mí. Era profunda, grave y con un ligero toque ronco que hacía que mis piernas temblaran. No podía creer que me afectara de esa manera aún y lo atribuí a la sorpresa de oír su voz de nuevo después de tantos años sin haberla escuchado.

—Bueno, pues vamos a entrar —dije con una voz más segura de lo que esperaba.

Fuimos hasta el salón y entonces me acordé de que tendría que lidiar con mi hermano sobre el tema de Jacob. En ese momento, quería que la tierra me tragara, seguro que mi hermano no iba a ponérmelo fácil y se enfadaría, conociéndolo como lo conocía. No servía de nada dar rodeos, porque mi madre tarde o temprano no podría mantener su boca cerrada y acabaría hablando sobre eso además de que, según la misión que nos habían encomendado, Jacob y yo teníamos que hacernos pasar por novios. Así que cuanto antes mejor.

—Hermanito, tengo que presentarte a alguien. Estos son Alex García, mi mejor amigo, y Jacob Black, mi… novio —dije señalando a cada uno mientras los nombraba.

La última palabra la dije en forma de susurro pero mi hermano la escuchó claramente y fulminó con la mirada a Jacob.

—¿Tú eres novio de Luna? —empezó acercándose amenazadoramente a Jacob aunque era unos centímetros más bajo que él— No creo que ella sea lo suficientemente mayor para tener novio y además no me agradas ni un pelo.

—¿¡QUÉ!? —exclamé yo indignada— ¡pero si tengo 18 años, ya soy una adulta y ni siquiera conoces a Jacob como para saber si te agrada o no!

—Me da igual Luna, eres mi hermanita y no me gusta que tengas novio. ¡Será mejor que aún no la hayas tocado porque cómo le hayas arrebatado su virtud te voy a castrar! —le advirtió a Jacob.

No podía creer lo que estaba pasando delante de mis ojos. Tenía una relación estrecha con mi hermano, cada día nos llamábamos o nos enviábamos mensajes y sabía que siempre me vería como su hermanita pequeña a la que proteger, sabía que se iba a enfadar pero se estaba pasando un poco. O más bien demasiado.

—Te has vuelto completamente loco —dije yo intentando tranquilizarme—. Lo  que yo haga o con quién lo haga no es asunto tuyo. Sé que lo haces con buena intención pero conozco a Jacob casi desde el primer día en que llegué a Estados Unidos y sé que nunca me haría daño a propósito así que cálmate y respira.

—Lo intento —respondió mi hermano respirando hondo y visiblemente frustrado— pero podrías haberme dicho algo sobre esto ¿no? Me ha pillado totalmente por sorpresa, es normal que reaccione así. Por cierto, ¿desde cuándo hace que estáis saliendo?

—No hace mucho. Unos dos meses —contesté.

—Supongo que lo tendré que aceptar. La verdad es que puede que me haya pasado un pelín —dijo suspirando.

Me sentía culpable porque por una parte mi hermano tenía razón. No le había avisado ni nada parecido, pero se encontró conmigo abriendo la puerta de nuestros padres y por si eso fuera poco, en menos de cinco minutos se enteró de que había traído a mi “novio” cuando nunca le había mencionado nada de eso, ni siquiera que me gustaba alguien. Iba a pedirle perdón y decir que tenía algo de razón cuando preguntó:

Cruel rechazoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora