Capturado

Jade Del Recuerdo

Que mala suerte, por que esto le sucedía a Shang Qinghua a unas semanas de su boda lo envían a las ruinas de la mansión "Chu" para buscar un objeto mágico.

La familia Chu formaba parte de una de las tramas originales, quien diría que terminarían siendo exterminados por un grupo de demonios que anhelaban el control sobre el pueblo que este clan resguarda a y al  no haber sido ayudados por Luo Binghe, quien tuvo un encuentro con la única hija del Jefe del clan Chu terminaron de una forma horrible.

Ahora Shang Qinghua tenía que buscar entre las ruinas el llamado Jade del recuerdo, el escritor sabía perfectamente que ellos lo poseían siendo una reliquia familiar y muy preciada que muy poca gente conocía.

El jade del recuerdo de color verde opaco y un tamaño no mayor al puño de un niño de 5 años no llamaría la atención de nadie, así que debería seguir por esta zona, olvidada entre escombros y cenizas de aquella fatídica batalla.

Mientras buscaba en los escombros Shang Qinghua no dejaba de maldecir a su propia mala suerte, mentalmente se decía que él debería estar abrazando a su rey no aquí buscando aquel Jade.

Un par de horas después por fin lo encontró, estaba cubierto de polvo y cenizas que lo hacían parecer una simple piedra, no dudo en limpiarla con las mangas de su túnica, efectivamente este es el Jade del recuerdo, bien ahora que ya lo tiene en sus manos es momento de regresar al pico An Ding.

Mientras eso sucedía alguien de ojos azules lo observaba a través de un espejo, una sonrisa maliciosa era esbozada por aquel demonio. Cuidando de su futura presa, vigilando cada movimiento y deseoso de poseerlo ¡Ya casi es momento!.

Alzó su mirada para ver enfrente de él a su jefe quien sostenía una poderosa espada y con aquel espejo que sostenía abrirían un portal que los llevaría directo hasta ese débil humano.

- Por la lealtad que has demostrado en todos estos años, te daré lo que deseas, si quieres poseerlo... Iremos por él -  Dijo aquel otro demonio.

Ya de regreso en su pico Avión disparando al cielo se dejó caer en su cama "que acogedor" pensaba. Estaba tan cansado que al escuchar que tocaban a su puerta se abstuvo de maldecir en voz alta, no quería ver, ni hablar con nadie, es mejor si se va, esas palabras estaban en su cabeza hasta que escucho una voz familiar.

- Hermano avión, se que estas adentro ¡Ábreme! - Shen Qingqiu se desespero de esperar alguna respuesta por parte del autor, así que casi derrumbó la puerta por la fuerza que aplicó.

-Hermano pepino, quiero descansar déjame dormir - Shang Qinghua dejo caer su cabeza contra la almohada.

- Te vas a casar en una semana, deberías estar planeando tu boda no durmiendo - Frunció el ceño y continuó - Además, hermano avión ¿Qué cosa fuiste a buscar? - Ya saben el chisme no termina hasta que se cuenta todo.

-El jade del recuerdo- dijo con su cara aún contra la almohada.

Aunque es poco conocida, los rumores dicen que este jade es capas de proyectar los recuerdos del portador, pero también de sus antiguos portadores eran siglos los que el jade contenía, historias de venganza, amor, odio, sufrimiento se contenían dentro de este pequeño objeto.

- Hermano avión, ¿Será capaz de proyectar nuestros recuerdos donde estábamos en nuestro mundo? - Shen Qingqiu tenía esa duda, bueno, ahora también Shang Qinghua quién se levantó de golpe sacando aquel objeto de entre sus túnicas.

Extendió su mano, transmitió un poco de energía espiritual y espero por unos momentos.

Ambos se quedaron atónitos al confirmar que efectivamente podían ver sus recuerdos de su vida pasada.

Shen Qingqiu quería probar con algún recuerdo de su familia, pero antes de poder hacerlo Liu Qinghe irrumpió en la casa asustando a ambos.

- Toma, Mu Qingfan lo mando como regalo de bodas- dijo extendiendo su brazo.

Cuando Shang Qinghua tomó la bolsa vio un atuendo rojo, quien lo diría Mu Qingfan había cumplido su palabra de buscarle la vestimenta que usaría el día de la boda. Este era de tradicional color rojo, los bordados dorados que simulaban pequeños copos de nieve... ¡Hermoso!

Maravillado por aquel obsequio sonrió y decidió mostrárselo a su rey, si él sabía que era de mala suerte ver el traje de la novia antes de la boda, pero los demonios no tienen esta tradición ¡o si! Como sea su rey debía verlo.

Rápidamente se dirigió al castillo donde su amado rey estaría esperando por su regreso.