El tiempo pasa rápido, ya ha pasado un mes desde que Yell va a clases sola.
— ¿Por qué ya no te vienes a casa con Phill, hija?
— ...Creo que...ya no nos llevamos bien.Nadie se acerca a conversar con ella y soporta las burlas de aquellos jovencitos que se hicieron llamar "amigos" durante diez años de su vida, quienes al ser bastante conocidos dentro de la escuela y teniendo influencia sobre otros alumnos se encargaron de esparcir con los demás rumores y mentiras sobre Yell, cosas como un supuesto ataque sin razón donde Yell "los burló, escupió y amenazó", inventando además que Yell poseía ciertos conocimientos de brujería; le han quemado cuadernos, han arruinado su ropa, y 28 mañanas le han lanzado sal a la entrada.
Entre sus situaciones miserables, le nace el deseo de ser invisible.Hoy también piensa ir al parque, como ha estado haciendo desde ése día, de seguro conversará un rato con las orugas y hormigas, y como hace buen clima, tiene ganas de llevar un frasco para hacer burbujas. El deseo de que termine la jornada escolar es tan grande como un animal anhela salir de su jaula.
Por suerte los días no son infinitos; el colegio terminó y Yell inmediatamente se echó a correr a la salida; como un pájaro que fue liberado momentáneamente.
Pero Phill junto a otros chicos se atravesó en su paso, Yell dubitó sobre si continuar su camino porque le estaban tapando el paso, pero Phill abrió su puño y Yell pudo ver que tenía una oruga en la mano, este la lanzó al suelo y la pisó grotescamente, luego dijo agudizando la voz ridículamente — "Mejor sola, total puedo hablar con los gusanos" JAJAJAJA.
Luego de la escena los chicos se marcharon de inmediato, Yell sentía el estómago revuelto y un sentimiento muy feo y nuevo al que no le conocía nombre, obligándose a sí misma, como si no fuese ella quien manejaba sus propias piernas, se echó a correr.
¡Ya no quiero más, no puedo!
Gritaba dentro de su cabeza, mientras apretaba los dientes y ocultaba su rostro con las manos, aguantando las ganas de llorar y de patear lo que se cruzara. Logró contenerse hasta llegar al parque que la había acogido aquella tarde en que todo comenzó, se sentó en un banco para descansar y calmarse durante unos minutos, respiró profundo enjugándose las lágrimas, continuó calmando su respiración durante quince minutos. Sacó de su bolso un envase de burbujas y mirando a los pájaros que picoteaban y saltaban de un lado a otro empezó a arrastrar contra el viento el pequeño aro con líquido, haciendo hermosas, simples y coloridas burbujas.
//Nota: En éste mundo las burbujas son diferentes, no son como las típicas burbujas que caen y se revientan en unos segundos; éstas burbujas duran más tiempo en el aire, así como duran más tiempo sin reventarse//
Yell rió suavemente al ver las caras de los pájaros al no entender que eran ésas cosas transparentes y redondas.
— ¿Qué haces?
Yell estaba realmente muy concentrada.
—Niña de pelo rojo.
— ¡¿Eh?! — Yell se dió vuelta sorprendida en menos de un segundo; un chico de piel blanca, cabello gris blanquecino e iris negras la observaba con ojos curiosos.
— ¿Qué haces?
— Estoy...estoy jugando con las burbujas... — respondió nerviosamente aunque pareciera bastante obvio, y se quedó quieta expectante de si acaso sería alguien que la siguió desde el colegio para molestarla.
El chico se acercó y apuntó el envase — ¿Ésto?
— Sí...
Yell seguía quieta, a ratos mirando de reojo al chico a su lado, quien se veía incluso más expectante que ella, Yell con una sonrisa de nerviosismo tratando de no hacer contacto visual con él trataba de entender qué quería.
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Metallic Gray (Editando)
Fantasi❄ ⌛ ⌚ ~Que el tiempo haya durado tanto sin agotarse, no significa que sea eterno~ Yell vive en un mundo algo diferente al nuestro. A sus 15 años conoce a un joven de apariencia tan extraña como su manera de actuar, y establece una inesperada amistad...