10-"Amor en su máximo esplendor"

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capítulo 10 "Amor en su máximo esplendor"

—Gracias—. Sonreí. Me dirigí a la puerta del departamento y cuando abrí los ví, mi pulso se aceleró, y lo último que escuché fue a Ron llamarme...

Abrí los ojos lentamente y me senté en el sofá, no tenía idea cómo había llegado hasta allí, pero lo que me preocupaba era quienes estaban frente a mí, mirándome con ojos muy abiertos

—Amor, Roma ellos son...— No lo dejé terminar, yo sabía quienes eran, incluso sin haberlos visto antes, sabía que ellos estaban ahí por Román.

—Creo que sé quienes son—. Respondí.

—Mamá—. Me llamó Román desde su habitación, ambos miraron de donde provenía la voz de mi hijo.

—Yo voy con él—. Dijo Ron. Estuvimos mucho tiempo mirándonos, sin decir nada.

El matrimonio adulto me miraba minuciosamente, como si esperaran fallas en mi , no podía negar que Román tenía un parecido con el hombre, su mirada prácticamente idéntica. La señora comenzó a hablar.

— Amelia y Roberto, nos dejaron muy pronto, nosotros somos los abuelos del pequeño Román, intentamos contactarnos con ustedes.— La interrumpí.

—Nos dijeron que sus abuelos estaban muertos ¿tiene alguna explicación de ello?—. pregunte.

—Estábamos asustados, ambos somos mayores, no queríamos interferir en la vida de nuestro nieto—.Sonreí con ironía.

—Disculpe, pero no lo puedo entender—. Seguía incrédula a que ellos aparecieran

—Ya se durmió Ro—. Dijo Ron entrando en la sala.

—Gracias Ron—. Dije, él se sentó en el asiento a mi lado.

—¿Y bien, cómo están?—. Preguntó Ron con suma amabilidad.

—Bien, ambos estamos bien, no queremos invadir su mundo -- .Escuché hablar a la señor.

—Eso es tarde, ustedes están acá—. Respondí.

—Sabemos que nuestra llegada es difícil de asimilar—. Habló el hombre, lo veía sumamente sereno.

—Si me permite serle sincero, para ambos su llegada nos ha dejado impactados—. Respondió Ron.

—Nos gustaría conocerlo, sabemos que ustedes son sus padres ahora, y lo han sido durante todo este tiempo, pero es nuestro nieto también—. Volvió a hablar la señora.

—¿Cómo es su nombre?—. pregunté.

—Mindy—. Respondió.

—Mindy, mi intención no es ser grosera, pero ese niño es mi bebé, no quiero que entren en su vida para lastimarlo, porque no lo voy a permitir, él tiene tios, abuelos, una familia, y no me gustaría que su llegada lo lastimara—. Respondí con angustia, Román era mi niño, no quería que nada le pasara.

—Asi como lo dijo Roma, Román es nuestro hijo, desde ese accidente nos tenemos los unos a los otros, es un niño alegre, simpático y sobre todo tiene muchas personas que lo aman.

—Nosotros lo amamos—. Interrumpió Mindy.

—No digo que no, solo que no queremos que entren en la vida de nuestro hijo y luego desaparezcan. Porque eso sería muy difícil de afrontar para un niño de su edad—. Comentó Ron.

—No, queremos formar parte de su vida, no vivimos acá, pero aún así queremos que él tenga conocimiento de nosotros, de su familia, de personas con su misma sangre—. Mindy siempre atenta.

RománDonde viven las historias. Descúbrelo ahora