iv. Cambio de planes.

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Capítulo cuatro: Cambio de planes.

Capítulo cuatro: Cambio de planes

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Maxine Davis

Camino junto a Ariel a la cafetería como hemos estado haciendo durante las últimas semanas. Él es uno de mis pacientes, es un adolescente latino que tuvo una pequeña lesión en su tobillo al jugar fútbol en su escuela. Su recuperación va muy bien, y estamos practicando que vuelva a caminar con normalidad.

—¿Te duele?—cuestiono cuando llegamos a nuestro destino.

—Menos que la vez anterior—me sonríe orgulloso.

—Dentro de unas semanas ya estarás completamente bien, Ariel—le palmeo el hombro levemente.

Caminamos hacia una de las mesas cercanas y lo veo hacer muecas de dolor cuando intenta caminar sin cojear. Ya le he dicho que aún no está listo para caminar con normalidad, pero aún así es bueno que intente hacerlo de a poco, o sino su tobillo olvidará cómo hacerlo.

—Bien, aquí está bien—le ayudo a sentarse en una de las mesas al aire libre.

Con cuidado tomo su pierna y la coloco sobre una de las sillas mientras le pongo hielo. Él maldice audiblemente pidiéndome que retire lo frío de su tobillo, a lo que hago caso omiso poniendo los ojos en blanco.

—Va a doler un rato hasta que tu piel se acostumbre al contacto frío, tontin—lo tranquilizo mientras termino de acomodar su pierna.

—Joder, esto es horrible—echa su cabeza hacia atrás.

—Eso va a enseñarte a no hacer trampa en un partido—contesta su madre que aparece con una bandeja de comida para ella y otra para su hijo.

Yo sonrío al recordar cómo ella regañaba a su hijo el día en que éste me contaba cómo se había producido su lesión. Esta misma apareció ya que Ariel intentó quitarle la pelota a su contrincante de manera sucia, por lo que se dobló el tobillo al pisar la pelota.

La jugada perfecta ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora