twelve

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"No puedo dormir esta noche
Estoy despierta y confundida
Todo esta bien, pero estoy herida"- Demi Lovato, Nightingale.

Nayla estaba sentada con sus audiculares, contra un arbol, suspiró, ultimamente, suspiraba y pensaba muchísimo, mucho más que lo normal.

Se habia quedado sola, ¿o ya lo estaba? Estaba enojadísima con Skylar, Harry no era más que un patán, y Lustin, bueno, ni siquiera contaba como algo. Sus padres estaban lejos, no tenia tios, ni primos,  ni abuelos.

Un pequeño pero hermoso azulejo aterrizó a su lado.

-Can you be...my nightingale?-pequeñas lagrimas salían de sus ojos, se sentía sola, sin rumbo.

Las personas del parque la miraban con extrañeza, pero no le importaba, cerró los ojos y siguió llorando.

Lustin no le había vuelvo a hablar luego de eso, en cambio, la citó a un bar, nayla esperó allí 2 horas y luego se fué, decepcionada y triste, él la había dejado plantada.

Nayla suspiró y siguió llorando, miró a los niños que eran felices mientras jugaban en el parque de al lado, observó a los padres de los niños y de repente se acordó de una triste escena de su vida.

"-Nayla, lleva a tu Scott a los juegos.-dijo su mamá sonriente y nayla la admiró, vaya que su mamá era linda.

Nayla siempre habia querido ser como su madre cuando creciera. Agarró de la mano a su hermanito y lo llevó a los juegos, pero allí conoció a una niña y dejo a su hermano de 5 años por allí.

Jugaba tranquilamente con su amiga, cuando de repente escuchó el chirrido de un auto y los gritos de su madre.

-¡Scott!- grito desesperada.

Nayla se dió vuelta, y todo pasó en camara lenta.

Scott en el piso, con charco de sangre a su alrededor.

Su madre llorando.

Su padre llamando a la ambulancia.

Y comenzó a llorar, sollozando como desesperada, todo eso era muy fuerte para una niña de 8 años.

Scott murió esa misma noche, y nayla quedó marcada, de por vida"

Y ahí fue cuando comenzó a llorar como aquel día, si ella no se hubiera descuidado con esa jodida niña, quizá estaria jugando con su hermano, o haciendo skateboarding con el, tendria 15 años, lo llevaría a Mc donalds y serian felices, pero por ella aquello nunca pasaría.

Y lloró, lloró como una pequeña niña perdida en el supermercado, y eso era lo que era, una gran niña perdida.

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Me largue a llorar con este capítulo bue puta bida

Sam, xoxo.

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