Capítulo 3: Limón.

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¿Qué hago aquí? Me pregunté mientras miraba en aquel lugar donde ella misma me citó.

Llegué diez minutos temprano y sólo miraba fijamente la puerta de entrada donde la gente comenzaba a amontonarse, es la hora del almuerzo y siendo fin de semana sabía que era peligroso.

Abby me envió un mensaje por la mañana, sólo me contó que estaba ayudando a su hermana con los preparativos para su cumpleaños dentro de un mes aproximadamente y obviamente debía ir, tal vez no me vendría mal cambiar un poco los ánimos. Lo malo es que para ir a la fiesta debíamos ir vestidos como en la época medieval.

Bárbara Hudson… odio tus ideas extravagantes.

Sinceramente no le encontraba el sentido a ir vestido de manera ridícula para asistir a una gran fiesta de cumpleaños, pero así era ella…

Para mi suerte, su hermana mayor no era tan extravagante como ella, Abby en ese sentido era serena, sus cumpleaños los festeja con desgano.

Cuando cumplió los veinticinco (Es decir su último cumpleaños) se pasó toda la mañana llorando en su habitación porque extrañaba a su hermano (Ella es melliza por lo que se imaginarán es demasiado dependiente de él) y por otra parte simplemente sus cumpleaños la ponían de pésimo humor.

Recuerdo que con Connie le decoramos su casa con globos y carteles, su mejor amiga le decoró uno donde decía con letras de purpurina “Feliz cumpleaños, perra.” y un enorme corazón además tiras de papeles por todos lados.

Abigail a veces era extraña, demasiado sensible a mi parecer pero sinceramente a mí tampoco me agradan mis cumpleaños, las paso siempre con la misma gente y hasta a veces me incomoda un poco. Mi madre por un lado en un rincón con su mejor cara de odio hacia mi hermana y mi sobrina.

Mi madre no soporta a Kim, siempre hemos discutido sobre ello. Mi hermana sólo es una de la consecuencias de mi padre, no tiene la culpa de absolutamente nada pero hacerle entender algo a mi madre es en vano.

Ah, sí, hablando de mi madre… ella no fue capaz de hablarme en toda la mañana para pedirme disculpas y según mi presentimiento sé que no lo hará en meses.

Es una costumbre discutir con ella, dejaba de hablarle por meses y si volvía a hablarle era porque Abigail me obligaba y de hecho he discutido muchas veces con ella sobre ello pero ella jamás lo entenderá y no lo culpo, no todos los días tu madre te trata como basura.

Me siento amargado por pensarlo, pero era la verdad…

Me negaba a creerlo pero cada vez me convencía más sobre ello, que mi madre no me quería tan sólo era un instrumento de poder para usarlo sobre Adam pero al parecer nunca dio efecto. Eso explicaría el por qué no me quiere, porque la única salvación para ella era yo pero no le ha funcionado.

Me dio escalofríos de tan solo pensarlo, Dios mío aun es temprano para tener pensamientos tan negativos pero lo cierto es que me siento de mal humor por ello, debería estar animado pero se me antojaba salir de aquí y dormir en casa todo el día ya que Abigail no está conmigo para consolarme como lo hace habitualmente o simplemente un abrazo de mi sobrina que me llena de vida.

Y para anestesiar aquel dolor punzante que me atacaba lenta y dolorosamente llegó ella, con una sonrisa de oreja a oreja, con su cabello suelto y ondeado meciéndose y todo se me puso en cámara lenta mientras ella empujaba la puerta de vidrio para entrar.

Es preciosa, es increíble, es un ángel caído del cielo.

Simplemente entró aquí y el lugar se iluminó.

Vestida tan simple, con unos jeans y una blusa blanca hecha un nudo dejando ver un poco su ombligo, unas zapatillas blancas y un pequeño bolso negro. A simple vista es una chica básica, simple.

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⏰ Última actualización: Oct 09, 2020 ⏰

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