Chapter 10

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Él responde.
—¿Christine? —Dice medio dormido— ¿Sabes qué hora es?
—¡Necesito que me ayudes! —Grito sin dejar de correr— ¡Llama a la policía y ven a la casa de los sustos!
—¿Qué? Christine me estás asustando.
—¡Austin ayúdame! —Le grito.
Pero escucho un grito bastante fuerte y es de Daniel, me detengo en seco y volteo, las demás chicas siguen corriendo pero veo que Alex logró atrapar a Daniel, veo como se la tira en el hombro y vuelve a la casa.
—No… —Digo.
—¡Hay que volver! —Dice Kelly frenándose también.
—¡No! —Grito— ¡Ustedes corran! Yo volveré.
—¡No te dejaremos volver! —Dice Kim.
Escucho otro grito de Daniel.
—¡Kim! —Grita a todo pulmón.
—¡Entiende que no puedo dejar que las mate! —Les grito a todas— ¡Corran!
Kim se me acerca.
—Yo no te dejaré.
Ya estábamos en las rejas de la casa, prácticamente afuera, todas estaban afuera pero yo no así que tomé las rejas y las cerré, todas se quedaron afuera y yo adentro.
—Yo la salvaré —Les aseguro— Ustedes pueden ayudarme desde afuera.
Y sin darles oportunidad a que digan algo más vuelvo corriendo a la casa, veo mi celular y ya Austin había colgado pero antes de que vuelva a marcar él me llama de nuevo y yo atiendo.
—¡¿Llamaste a la policía?! —Le digo mientras corro.
—¡Sí! —Dice— Ellos al igual que yo ya van para haya.
—¡Apresúrate! —Le digo.
Cuelgo la llamada y meto el celular en mis botines altos rosados que me llegan hasta las rodillas, sigo corriendo y llego hasta la puerta principal de la mansión, entro enseguida pero la puerta no se cierra para mi ventaja.
—¡Daniel! —Grito a todo pulmón mientras me adentro en la casa— ¡Daniel grita!
Pero no se escucha nada…
Hasta que escucho su voz…
—Sabía que volverías por ella —Dice Alex en la oscuridad de una manera retorcida— Era la única que no había llegado hasta el límite así que pude alcanzarla.
—Si porque si hubiera llegado más haya hubiera vuelto para decirte que rompiste las reglas del juego —Le aclaro mientras me acerco a la escalera— ¡Daniel grita! —Grito de nuevo.
Pero no hay respuesta de parte de Daniel.
—Está amordazada —Me informa Alex— Por eso no puede gritar —Añade y se queda en silencio un momento— ¿Qué tal si jugamos a otro juego? Ya que como no podemos seguir con las escondidas pues otro.
—Adelante, jugaremos a lo que desees con total de que sueltes a Daniel —Le aseguro.
—¿Qué te parece a encontrar el tesoro? —Propone.
—¿Y cómo se juega?
«Creo que ya tengo una idea»
—Tendrás tres oportunidades para encontrar a Daniel —Se ríe sádicamente— Si te equivocas de habitación más de tres veces perderás el juego y las mataré a ambas. Encuentra a Daniel y podrán irse, no la encuentres y morirán.
—¿Si sabias que estás siendo algo egoísta e injusto? —Le pregunto— Tienes que darme una pista.
—Tú ganas porque a pesar de todo me sigues gustando —Se ríe de nuevo— En el tercer piso… Está en alguna habitación del pasillo que está a la izquierda… Es una habitación que yo no conocía…
Eso claramente es un acertijo con una pista…
—Buena suerte…
Y se calla.
Al menos tengo una idea de dónde empezar así que subo todas las escaleras hasta el tercer piso, decido sacar mi celular y encender la linterna pero veo un mensaje.
Mensaje de Austin.
—Estoy cerca, tus padres también van en camino. Solo aguanta Chris.
Decido no responder para no perder tiempo y comienzo a ir al pasillo de la izquierda, donde las chicas y yo estábamos cuando estábamos buscando la habitación que daba a las escaleras que dan al tejado.
Alumbro con la linterna de mi celular y empiezo a buscar, pongo el oído en cada puerta para ver si escucho un ruido adentro y que Daniel esté adentro pero todo está en silencio.
—Solo tienes diez minutos —Dice de pronto Alex— Se me acaba de ocurrir.
—¡Esa mierda no es justa! —Le grito a todo pulmón.
Sinceramente quiero echarme a llorar pero eso no ayudará en nada así que continúo buscando, intento acelerar el paso pero no escucho ni una mierda y las puertas se me acaban, solo me quedan dos y cuando llego a una y pego mi oído en ella escucho algo dentro y la abro enseguida, entro en ella y alumbro toda la habitación.
—¡Daniel! —Grito.
Pero no hay nadie.
—¡Ufff! —Dice Alex riéndose— Te quedan dos oportunidades.
Ahora sí que quiero llorar…
Continúo con la última puerta y sin tomar las medidas de escuchar la abro, tiene lógica que esté aquí pero al alumbrarla no hay nadie.
—¡Solo una! —Puntualiza él mofándose de mí entre risas.
Ya no hay puertas…
Y solo me queda una oportunidad…
Comienzo a desesperarme y volver en mis pasos para volver a escuchar cada puerta.
Hasta que recuerdo.
«En una habitación que yo no conocía»
Él tomó medidas en toda la casa.
Le puso barrotes a las ventanas para que no pudiéramos escapar, bloqueó cada puerta trasera, aseguró que las habitaciones no tenían una salida de escape, se aseguró de que solo se entraba por la puerta principal y se salía.
¿Qué habitación él no conocía?
Sin duda no conocía donde me metí gateando por el muro y allí encontré a las chicas pero esa habitación está en el pasillo de la derecha, no en el de la izquierda…
Tampoco conocía la habitación que lleva a las escaleras que dan al tejado…
¡No la conocía!
Ya sé dónde está.
Voy directo a la habitación que da a las escaleras y cuando empiezo a subir lo oigo.
—¡Perdiste! No estaba en esa habitación.
—¡Te equivocas! —Le aseguro— Esta habitación da a otro lugar así que ya gané.
Y comienzo a subir lo más rápido que puedo, llego hasta el tejado y veo a Daniel arrodillada en el suelo amordazada y completamente amarrada, comienzo a desamarrarle las manos pero ella comienza a chillar y a moverse y no entiendo por qué lo hace hasta que lo escucho.
—¡Te dije que perdiste! —Grita Alex a mis espaldas.
Volteo a tiempo y tomo el brazo que tenía él en el aire, tenía un cuchillo que sin duda iba a usar contra mí, es más fuerte que yo pero logro hacer que suelte el cuchillo y cae muy lejos, intento correr hasta él para tomarlo y usarlo pero él me toma de la cintura y me carga para luego tirarme como si fuera una pelota, choco contra un muro y caigo al suelo de boca abajo, el impacto hizo que se me fuera completamente el aire, me quedo unos segundos en el suelo tratando de coger aire pero se me complica… Me levanto un poco pero Alex se me acerca y me patea en las costillas, eso hace que menos pueda conseguir aire.
—¡Te dije que habías perdido zorra! —Grita con furia.
—Claro que no —Insisto, mi voz apenas es un susurro— La encontré.
Él vuelve a patearme en las costillas y se me va más el aire.
—¡Dije que perdiste! —Continúa gritando— Eres una maldita zorra que no obedece las reglas y por eso te mataré.
Vuelve a patearme de nuevo pero ya no puedo, no puedo moverme de verdad, todo mi cuerpo me duele y mis pulmones no logran encontrar aire, me complico para respirar…
Alex me toma de los hombros y me obliga a levantarme, me toma del cuello y me acerca a la orilla, estamos en la parte delantera de la casa… Escucho a lo lejos unas sirenas y veo las luces cuando iluminan el rostro de Alex lo que significa que ya llegaron.
—Estás acabado... —Le aseguro con el poco aire que me queda.
Alex presiona más mi cuello y me levanta un poco más, todo mi cuerpo guinda de la mano que Alex me tiene en el cuello, comienzo a sentir como todo mi cuerpo se va poniendo caliente, como si estuviera en un horno pero segundo después se va poniendo frío, no entra mucho aire a mis pulmones y lentamente estoy perdiendo el conocimiento.
—¡¡¡Christine!!! —Escucho que alguien grita.
Reconozco su voz al segundo, es Austin que seguramente estará viéndome ya que un helicóptero que está encima de nosotros alumbra a Alex y a mí con un faro de luz gigante.
Todo mi cuerpo está guindando de la mano de Alex lo que significa que ya ni mis pies tocan el tejado, si Alex me suelta caeré en el suelo de concreto de la entrada y moriré…
—¡Alexander Castle! —Dice una voz masculina desde un megáfono que viene del helicóptero— ¡Retroceda con la chica despacio!
Pero él no cede.
Veo que a sus espaldas entran varios oficiales armados.
—Sálvenla —Les pido con el poco aire que me queda y mi voz apenas es un susurro— ¡Sálvenla!

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