Chapter 11

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Los hombres me escuchan y sacan a Daniel de allí que aún se encontraba amarrada y amordazada, la liberaron y se la llevaron, un guardia se acerca a Alex con su arma sin seguro dispuesto a disparar pero obviamente no lo hará hasta que retroceda y yo quede en la azotea.
—Alex —Le dice el oficial— Retrocede.
Pero él no cede.
—¡No! —Grita— Ella perdió y debe morir.
Y me suelta…
Antes de caer un guarda se apresura a llegar a la orilla y yo logro tomar su mano, quedo guindando solamente sostenida por una mano de un oficial.
—Tranquila Christine —Me dice el guardia.
Intento mantener la calma pero no puedo evitar recordar cada momento de mi vida… Todo lo que he vivido pasa por mi cabeza como si fuera una película de treinta minutos, mi hermano, mi madre gritándome desde el piso de abajo preguntando donde dejó las llaves, mis amigos en la fiesta… Mi padre… Todo pasa por mi mente, los últimos años en la universidad, las tardes con Matthew en su casa, las salidas con Austin al parque para pasear en bici…
Me arrepentiré para siempre de haber subido al auto de ese extraño…
Miro hacia arriba y el oficial me sostiene fuertemente pero mi mano se está cansando.
—¡Dame tu otra mano! —Me pide y extiende la de él para que logre tomarla.
Y lo logro, ya al aferrarme y sostenerme bien de ambas manos él tira de mí como puede y logra hacerme subir, llego hasta el tejado y me acuesto en el suelo un segundo de boca arriba para coger algo de aire, mi respiración es agitada y mi pulso está acelerado.
—¿Está bien señorita Grammer? —Me pregunta otro oficial.
Él me ayuda a levantarme.
—Sí pero necesito atención medica —Le informo.
—No se preocupe.
Y veo como uno de los guardias arresta a Alex.
—Te dije que no había perdido —Es lo último que le digo antes de abandonar la azotea con el oficial.
Me sacan de esa casa espantosa y el primero que se me lanza encima es Austin, me abraza muy fuerte y no puedo evitar comenzar a llorar en su hombro, detrás de él estaban mis padres que sin duda van con nosotros y nos abrazan a ambos para mi sorpresa, todos me rodean y no puedo parar de llorar.
Me obligo a separarme de ellos y entrar en la ambulancia donde todas las chicas estaban.
—Eres nuestra salvadora —Dice Kim con una sonrisa resplandeciente y alegre.
—Sin ti no hubiéramos llegado hasta aquí —Asegura Kelly.
Después de ese día retomé mi vida normal.
Conocí a las familias de cada chica a la que salvé, el hijo de Kelly se alegró en verla tanto que no dudó en dejar a su padre y mudarse con su madre, la desaparición de Kelly hizo que su ex esposo —El padre de su hijo— Se diera cuenta que en realidad la amaba e hizo que me casaran de nuevo.
Daniel me presentó a su padre y sin duda me agradeció mucho por haber ayudado a su hija y haber vuelto por ella.
Emma volvió sana y salva a su casa, su hermano mayor se alegró tanto por su llegada que ahora no la deja tranquila, se volvió sobreprotector pero es porque no quiere perderla otra vez.
Mery volvió con su familia, me presentó a cada uno y su hermanito menor, se volvieron más unidos y prometió que cada Halloween ella iría con su hermano a pedir dulces y que mutuamente se protegerían.
Kim volvió con su esposo, el muy pobre estaba desconsolado por la desaparición de su esposa pero me agradeció y me llamo Heroína por haber ayudado a su esposa a escapar, supe que volvió a quedar embaraza no mucho tiempo después.
Asistí al funeral de Alexa y me culpé mucho por no haber ayudado a Alexa a escapar, nunca imaginé que Alex lograra matarla, la veía muy ruda y segura de sí misma que juré que no le pasaría nada y según las chicas nunca le pasó, ella sabía escabullirse de Alex y siempre lograba hacer que él no la pillara.
Y en cuanto a mí.
Conocí a un nuevo chico que entró en la universidad, es realmente guapo, atento y cariñoso conmigo, se mezcla muy bien con mis amigos y le agrada a mis padres. Han pasado meses desde el accidente y supe que Alex sería encarcelado con cadena perpetua ya que no era la primera vez que lo hacía, al parecer en Washington hizo lo mismo con muchas chicas, llegó una como yo que logró escapar pero solo ella entre veinte mujeres logró salir de esa pesadilla, estuvo desaparecida cuatro años y después de ese tiempo logró escapar, Alex ya estaba registrado y había una orden de búsqueda y captura para él pero logró salir de Washington y llegó a Houston con una nueva identidad, su nombre real era Ronald Sanderdon, era psicológicamente inestable y escapó de un centro de rehabilitación de Florida pero mis padres —Por ser adinerados— Se encargaron de que él fuera a la cárcel y pagara por todo.
Varios años después terminé la carrera de medicina que tenía y ahora soy médico y estoy estudiando psicología, ayudo a la gente y salvo vida, justamente lo que quería, después de eso fui el orgullo de mis padres y de mis amigos, en la actualidad aún conservo comunicación con las chicas.
Con Kim.
Mery.
Emma.
Daniel.
Y Kelly.
Mi novio —El mismo chico de la universidad— Ahora es mi mano derecha en mi puesto de médico en la clínica en la que trabajo.
Sinceramente me arrepiento de ser una adolescente loca y subirme al auto de un desconocido.
Una persona puede tener dos destinos cuando hace algo como lo que yo hice.
Uno de esos destinos es el mismo que yo tuve, pasar por un infierno y que tal vez logre matarte y también está el otro destino que es que el desconocido no sea malo y cumpla con lo que te ofreció que en mi caso sería cumplir con su aventón y haberme dejado en mi calle pero no siempre es así.
Actualmente el primer destino es más usado, múltiples asesinos en serie usan ese modo soperandi, otros simplemente te drogan y te meten en el maletero del auto, ningún desconocido es del todo bueno, siempre tienen una mala intención así aunque no lo terminen demostrando.
Por eso personalmente te aconsejo.
Nunca confíes o aceptes algo de un desconocido.
Podría resultar ser Alex…
O alguien peor…

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