El conjunto de vivencias colorean tu corazón hasta alcanzar una gama determinada, el cual, definirá todos tus pensamientos, sentimientos y preferencias. Para poder comprender el color, debemos entender de dónde proviene.
¿Qué es lo que reside en el...
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Pareja: IchiRuki Temática: Fluff, Comedia Ideas: Todos hemos apostado algo una vez, aunque sea la razón, pero cuando la apuesta depende de los sentimientos de alguien más, de las acciones de alguien más ¿Que haces?¿Cómo lo logras?¿Serás lo suficientemente ingenioso?
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Miro al suelo desconcertada, repitiendo en mi cabeza por milésima vez lo que había hablado con Yoruichi. No sabía en qué momento de la historia me quedé dormida como para fastidiarla tanto, solo sé que estábamos en casa de Urahara comiendo, bueno, Soi Fong, Ururu y yo comíamos, ella engullía los platos a toda velocidad cuando de momento una extraña idea le pasó por la cabeza.
—Hagamos una apuesta— me miraba directamente a mí con sus ojos felinos y una sonrisa que me recordaba al gato de Alicia en el país de las maravillas.— Claro, si te sientes capaz de poder ganarla... Mmmm no, mejor no, no creo que te interese... Ganar un conejo
—No, espera— sentí aparecerse en mis ojos dos corazones, quería, necesitaba ganar— Dime al menos de que trata.
—¿Y si consigues que Ichigo se te declare?— en ese preciso momento se me llenó la cara de colores. ¿Que era ese tipo de juego?. Negué repetidas veces con disimulando mi vergüenza dispuesta a dar un largo argumento del porqué esa propuesta es ridícula.— Ya veo... Bueno, se lo propondré a Inoue-san.— dijo con fingida inocencia y yo automáticamente dejé caer la mandíbula.— Tal vez quiere hacer conejo asado con queso, ya sabes como es.
—No no, ya lo intentaré— el simple hecho de pensar que Inoue la tiene demasiado fácil me enfrió los huesos, ella es tan grande en comparación conmigo, además, el pobre Usagi-san.
—Tienes hasta los primeros días de otoño... Hablemos de lo que me darás cuando pierdas.
Por aquel entonces estábamos en verano, pero ahora observando las hojas naranjas desprenderse de sus árboles anunciando la muerte de la época más calurosa, estoy segura de que ya era el momento. El viento es una mezcla de frío que huele a hojas secas, las mismas que crujen a nuestro paso de camino al parque. El otoño ya ha llegado puntual como un recordatorio. Me encanta pensar en él como una etapa de reflexión: para florecer necesitamos desprendernos de lo que ya está seco, sanar y esperar sin importar cuan frío sea el invierno posterior, en lugar de las hojas naranjas crecerán hojas verdes y brillantes que esconden los capullos.
