Conviviendo con un vampiro (JackStabo - Historia completa).

Capitulo 15

• Capitulo15

Gustabo estaba curioseando el enorme apartamento de Conway, era "un apartamento lleno de lujos y bastante bonito," pensaba el rubio, pero se estaba aburriendo de tanto esperar, así que sacó su teléfono de la sudadera que le prestase Horacio en el Vanilla Unicorn, que por suerte, había guardado este en uno de los bolsillos, por lo que sin mas dejó un mensaje a su amigo:

"Hola guapo. ¿Qué haces? Yo aquí aburrido, esperando a que el abuelo me traiga mis maletas de garaje central. Aunque también fue a comprar de paso algunas cosas...o eso me dijo."

"¡Hola puerco! estaba duchándome, ya terminé ¿Cómo que te estas aburriendo, el abuelo no tiene tele o internet?"

"Pff...si que tiene, pero ahora que me dejó solo me estoy aburriendo, al menos cuando él está lo paso bien...muy bien."

Silencio por un par de minutos hasta que de nuevo sonó un mensaje.

"¿GUSTABO?¡Mentiroso! ¡Me prometiste que no dejarías que te profanasen el siempre sucio!"

"Joder tío, todo sucedió muy rápido, una cosa nos llevó a la otra y eso... lo siento bb. ¿Estas enfada'o?"

"¡SI, estoy MUY enfadado y no te voy a perdonar! ¡Eres un desgracia'o! A no ser que quedemos y me cuentes todo lo que sucedió con pelos y señales."

Gustabo sonrió, sabía que Horacio era como un gato, la curiosidad le podía.

"Esta bien, total aquí me estoy aburriendo mas que un vibrador sin pilas, quedamos en 10 minutos frente el gimnasio. No me seas cabrón y no te rías si cuando me ves parezco un puto monaguillo. Conway fue a por mi ropa solo puedo tomar 'prestado' algo de la de Jack."

"Uuuy ya le llamas por su nombre de pila 'Jack', debió ser bueno el polvo que echasteis."

"Corrección: LOS polvos..."

"¡No jodas, que estuvisteis toda la noche de mambo! Vístete y ve echando leches, aunque sea de perraco que es lo que eres, un perraco. Tienes que contarme absolutamente TODO, ¡Nos vemos marrano!"

"Venga te veo allí en un rato ¡Guarro!"

Tras eso cerró la pantalla del móvil, dejando el teléfono sobre la mesilla del dormitorio de Conway, se puso a rebuscar en uno de los armarios del enorme vestuario de este.

" ¡Joder abuelo, que solo tienes putos trajes de Armani! Y ropa de marca. ¡Que cabrón el viejo!"

Por fin encontró lo mas sport del vestuario, una camiseta negra de Tommy Hilfiger, la cual tuvo que recoger las mangas para que no le tapase casi todas las manos, un pantalón azul jeans vaquero doblando la parte de abajo de las perneras para no pisar el pantalón y pegarse un guarrazo y además se puso un cinturón negro de cuero de Calvin Klein con una hebilla plateada, el pantalón le quedaba dos tallas mas grandes, luego unos calcetines y sus zapatillas deportivas blancas de Adidas medio desgastadas, que es lo único que tenia suyo.

"No me puedo ir así."

Buscó por la casa hasta que dio con un block de notas y una estilográfica en el escritorio de una de las habitaciones, Gustabo preferiría dejarle un mensaje de texto o voz pero no tenia el numero de Jack.

"Papuh, no te enfades si no estoy en casa cuando regreses, fui a dar un paseo con el puerco de Horacio un rato. No me fui en pelotas aunque no lo creas, tomé prestada una poca ropa tuya, prometo no ensuciarla mucho.

Besos en el siempre sucio.

Tu niño: Gustabo."

Dejó la nota sobre la cama, ni siquiera se llevó el teléfono antes de salir del apartamento, Gustabo era algo despistado en ocasiones.

Era casi medio día y parecía bastante soleado, caminaba con una mano en el bolsillo y la otra suelta mientras silbaba, sentía la tentación de tomar "prestado" un auto para llegar antes, aunque tampoco estaba tan lejos. Conway vivía cerca de la playa con unas vistas impresionantes y el gimnasio quedaba relativamente cerca, un paseo de unos 20 o 30 minutos como mucho.

***

Horacio estaba esperando fuera del Gimnasio, de hecho se había retrasado un poco "jugueteando" con su comisario bombón, como decía amorosamente a Volkov, había tomado su auto Mini en color rosa y lo había aparcado cerca de la playa frente a una tienda de ropa y máscaras.

Llevaba mas de una hora esperando y aunque Gustabo a veces podría entretenerse, era raro que tardase tanto. Le habría dejado algún mensaje o algo para decirle que se retrasaría, de hecho, Horacio le había mandado dos mensajes y no había respuesta, por lo que decidió llamar al teléfono de su amigo.

***

Conway llegó con la maleta de ruedas, la mochila de deportes del rubio colgada al hombro y una bolsa de papel en una mano con algo de comida y bebida que había traído para el chico.

Tras abrir la puerta notó demasiado silencio, eso no era algo habitual en Gustabo, a no ser que se hubiera quedado dormido porque se hubiese aburrido. Conway dejó las cosas de Gustabo en un lado del salón y la bolsa de comida sobre la mesita de cristal frente al sofá, buscó por la casa hasta llegar al dormitorio sin encontrar al chico. Sus ojos se toparon con una hoja sobre la cama, la agarró con una mano leyéndola y sonrió.

"Impaciente, no es capaz de esperar un par de horas." pensó.

En ese momento comenzó a sonar una melodía de teléfono, Jack vio que era el del chico, parece que al marcharse se lo había dejado olvidado. Aunque no quería violar la privacidad de Gustabo, agarró el teléfono al ver que la llamada que aparecía en pantalla era de Horacio, siendo imposible que le llame, si estaba con este.

-Horacio...-Apenas logro decir, interrumpido por el de cresta.

-¡Eh, tu no eres Gustabo! ¿Dónde esta mi amigo? -Gritaba exigiendo Horacio.

-Claro que no soy Gustabo capullo, soy Conway ¿Cómo es que le estas llamando si se supone que esta contigo? Eso me dejó en una puta nota. -Preguntó sin disimular su preocupación, todas las alarmas le decían que algo malo pasaba con su rubio.

-Conmigo no está, llevo una hora esperándole y si me dice que no está con usted, me esta empezando a preocupar, viejo. Algo le ha sucedido a nuestro Gustabo, no suele tardar tanto aunque se despiste en ocasiones. -

Los nervios y la preocupación habían invado al hombre que pasó una de sus manos por sus negros cabellos con nerviosismo. Tratando que no le notase el otro chico muy preocupado, su mente le decía que todo iba mal y algo terrible sucedería.

Fue cuando su mente hizo clic recordando las palabras de su amigo ruso:

"Creo que él está en la ciudad, Conway."

No podía ser, no otra vez. Su mente, su corazón y todo su cuerpo le contradecían, solo podía ser él y de ser así, Gustabo estaba en gran peligro.

-Horacio, voy a buscar a Gustabo y te prometo que le encontraré aunque sea lo último que haga en mi puta vida. -Tras decir eso cerró el teléfono y lo tiró sobre la cama cabreado.

-¡¡¡Roy, hijo de puta, si le tocas un solo cabello a Gustabo te torturaré de mil formas diferentes y te mataré, lo juro!!! -Conway no podía evitar sentir la ira creciendo en su interior a la vez que un miedo terrible por el echo de pensar de que Gustabo estuviese en manos de ese maldito hijo de puta.