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— Señorito Taehyung, ¿ya conoció a su prometido?

El mencionado levantó su vista y sonrió ignorando la pregunta.

— Trudy, ¿cuantas veces te he dicho que me llames solo Taehyung o Tae?

— Lo siento... Tae — Sonrió y dejó a un lado la sábana que estaba doblando. — Regresando al tema, ¿ya lo conoció? ¿Cómo es?

— Un perfecto extraño, es un poco entusiasta y carismático, pero tiene un ego muy grande; hay algo en él que no me agrada — suspiro y apoyo su brazo en la mesa del té — En fin, a lo que Jung Hoseok respecta, él está muy lejos de ser mi tipo de hombre ideal.

Trudy se acercó. Tomó el atrevimiento de sentarse junto a él.
Claro, a Taehyung no le molesta. Más que una mucama o compañera, es su única amiga.

— ¿Y cuál es su tipo ideal?

— Bueno, — dudó un poco — alguien sincero...

—Eso fue muy seco.

— ¿Quieres que te eche agua encima? — ambos rieron — Sincero en la extensión de la palabra, alguien a quien no le importe mi estatus o mi apellido, que me ame como Taehyung, solamente.

— Eso es lindo...

— Si. Quiero que el hombre del que me enamore no me mire como un negocio más. Sino, que me cuide y me proteja de todo ese mundo, así descubir uno nuevo juntos. Que quiera formar una linda familia, que juegue con nuestros hijos y me ayude a enseñarles que defender sus ideales no está mal. Quiero que me haga feliz y que él también lo sea. Que sus ojos se vean sinceros y me demuestre todo lo que te acabo de decir con ternura y amor... ¿estas bien?

— ¡Taehyung! — la muchacha se lanzó sobre él sollozando — ¡Veras que lo lograrás! Te mereces esa felicidad que tu madre te ha negado.

— Gracias Trudy.

—... ojos sinceros.

Llevaba unos segundos apoyando en el balcón de la cubierta, solo viendo a su alrededor.
El recuerdo de la conversación con su amiga llegó de la nada y se fue tan rápidamente rememoró que ya no tenía ninguna chance de ser libre otra vez.
Suspiro otra vez. Realmente ha perdido la cuenta de cuántas veces lo hizo desde que abrió sus ojos esta mañana.

Deseando distraer su mente por unos minutos se dedicó a mirar a los hombres a su alrededor.
"No está mal mirar de vez en cuando Tae." Había dicho una vez Trudy.
Altos y bajos, jóvenes y viejos, solteros y casados, finalmente ricos y pobres.
La cubierta de tercera clase. Vistazo fugaz.
Chico pelinegro.
Desvió su vista al notar que él también lo miraba.

"Debió haber estado haciendo lo mismo que yo... Solo mirando" pensó.

Pasó su mano por sus cabellos rojos y al cabo de unos segundos (que le parecieron minutos tortuosos), miro otra vez.
Esta vez el muchacho ya no lo veía. Este reía con otros dos a su lado.
Apoyo su mejilla en su mano mientras se afirmaba al barandal.

— Es lindo.

Cabello negro algo largo, piel clara y ligeramente bronceada (seguramente por trabajar bajo el sol).
Aunque este sentado, Taehyung estudió su cuerpo desde la lejania.
La camisa arremangada del chico le ayudó un poco en la tarea.
En sus manos y brazos resaltan un camino de venas que quizo trazar con sus dedos en cuanto las vio.
Su brazo derecho y sus nudillos tatuados; caliente...
Su pantalón holgado que se ajustaba por la forma en que estaba sentado le dejó saber que tenía muslos trabajados.
Regreso a su rostro; labios delgados y rojizos. La sonrisa que se asoma cuando uno de sus amigos dice algo le recuerda a un conejo. Su nariz contrastaba muy bien con su rostro a pesar de... bueno, no está seguro de su tamaño en este momento.
Sus ojos. Grandes y profundos, parece.
Le parecen atrayentes y...
Sinceros.
Pero ahora estaban sobre él. ¡ABORTEN MISIÓN!

Miro hacia el frente haciéndose el desinteresado, aunque en su mente estaba creando todo un escenario  en donde ese chico llegaba y lo tiraba del brazo y le preguntaba que tanto lo miraba y una historia de amor empezaba.
"Deja de soñar, Taehyung"
Pero le resultó difícil dejar de soñar cuando ese tiron en su brazo en serio llegó.

—¡Por favor Taehyung! ¿Que te pasa?

— Suéltame Hoseok.

— No seas así de orgulloso. — Taehyung se soltó de su agarre y con el sueño fruncido regreso adentro, olvidándose del chico al que anteriormente miraba.
Jung dio una vuelta en su lugar haciendo un mini berrinche -si se puede llamar así-, respiro hondo y siguió a su prometido.





" Vi toda mi vida como si ya la hubiera vivido. Un interminable desfile de fiestas y bailes, yates y partidos de polo.
Siempre con gente intolerante y la misma platica vacía. Me sentía al borde de un precipicio sin nadie que me ayudará. Nadie se preocupaba. Ni se daba cuenta."











Se encontraba sentado al lado de su madre con la mirada perdida en algún sitio de la mesa. Estaban platicando luego de la cena, pero él estaba atrapado en sus pensamientos.
Luego del "asunto del almuerzo" (como decidió llamarlo su prometido), recibió una reprimiendo y una bofetada de su madre. No iba a llorar en ese momento, pero cuando Trudy llegó buscándolo sus ojitos se aguaron y ya no pudo contener sus sollozos.
Ahora escuchaba una platica que se sabia de memoria, en la cual no participaba por dos razones.
La primera, no le importaba realmente aportar nada.
La segunda, su voz seguía rasposa. De por si su voz es grave y profunda, aunque suave y relajante, al punto de llegar a ser hasta dulce. Pero en estos momentos, después de su llanto diario de la tarde, parece como si hubiera tragado mil piedras con bordes con un té de espinas.
O como cuando estas resfriado y te acabas de levantar y tu garganta se siente seca y perezosa, pero a Taehyung le gusta exagerar.

— Taehyung... ¿estas bien? — intervino Jin por sobre la platica — te ves cansado. Ve a descansar a tu habitación.

El pelirrojo asintió, se levantó e hizo una venia, dando a entender que se retiraba. A nadie le importo.






— ¡Trudy! ¡Trudy! — Entro a la alcoba con demasiada prisa y desesperación.
Por lo visto su amiga ya se encontraba en su propia alcoba.

Necesitaba quitarse el traje, sentía que se asfixiaba y que su cuerpo ardía.
Su respiración se entrecortaba y su vista se nublaba.
Llevo sus manos a su cabello y tiró de el. Sintió el agudo dolor en algunas zonas cuando las ebras se desprendían de su cuero cabelludo.
Su cara se puso tan roja como el cherry de su cabello.
Arranco los pequeños guantes que cubrían sus delicadas manos y luego arranco la gargantilla de rubíes que portaba.

Se sentía sucio, atrapado y sin esperanza.
Y el reflejo en el espejo no hacía más que confirmarle sus pensamientos.

"Horrendo. Muerto. Le hacían falta fuerzas. O simplemente... vida."

—TAEK00KLY 🐋

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—TAEK00KLY 🐋

₊˚ପ⊹ 𝙩𝙞𝙩𝙖𝙣𝙞𝙘  ¡ 𝐤𝐯 ! ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora