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[Kim Taehyung, 20 años — Jeon Jungkook, 19 años.]

(2016)

Habían dos cosas que estaban preocupando severamente a Taehyung.

Primero, que Jungkook no hubiese regresado a dormir durante casi dos semanas; y segundo, que debía sacar obligatoriamente un 60% en la calificación del ensayo final o llevaría la materia para el siguiente ciclo.

Era consciente de que el pelirrojo no era un chico fácil de entender, por supuesto que había podido notarlo incluso cuando a penas tenía 16. En la secundaria fueron pocas las veces donde pudo verlo con una expresión en su rostro, al menos una que no gritara: "Te odio como los mil demonios".

Jeon amaba la tecnología, pero en ese entonces no sabía que, lo que más le apasionaba en realidad, era la fotografía. Sí, lo había visto un par de veces muy metido en su teléfono apuntando lugares inexplicables y sin nada en especial, pero lo que más le llamó la atención en esas ocasiones fue verlo sonreír.

Sonreír como el niño pequeño que se negaba a ser, sonreír como un chico orgulloso luego de capturar una buena imagen en su celular. Todavía recordaba el sentimiento que albergó su pecho al presenciar una faceta del muchachito que siempre le pareció tan irreal.

Claro, pero esos momentos donde su mente se salía de lugar eran contadas, porque los recuerdos que más habitaban en su cabeza eran esos donde el menor se le lanzaba encima con el único fin de pelear.

¿No era extraño que siempre le siguiera los pasos en todo lugar? ¿Lo hacía inconscientemente o era porque ocultaba algo detrás? Miles de preguntas lo atormentaron a la edad de 17, pero no fue hasta que cumplió los 20, que pudo entenderlo con claridad.

Jungkook gustaba de él, al menos físicamente era de esa forma. Era imposible no verlo cuando su lenguaje corporal parecía gritar: "En serio quiero quedarme entre tus brazos toda la eternidad". Fue el menor quien dio el primer paso en la adolescencia, fue quien los unió al llegar a la universidad.

¿Pero por qué sentía como si estuvieran atascados en la dura realidad?

Taehyung suspira con molestia mirando hacia el otro lado de la cafetería, donde el chico que hoy le robaba el sueño, parecía divertirse al escuchar las historias que sus compañeros le contaban para lograrlo impresionar. ¿Por qué de repente estaba siendo tan hablador? Y aún más importante. ¿Por qué no giraba a verlo en ningún momento?

Estaba acostumbrado a obtener la atención del menor incluso en las horas de estudio, lo había pillado cientos de veces mirándolo con gran fascinación. Siendo él quien le pidió que lo suyo fuera secreto, ¿no debería tener un poco más de disimulación?

¿En qué momento cambiaron los papeles de repente?

Cuando el pelirrojo dejó de venir al departamento sin excusarse, cuando comenzó a ignorarlo en los pasillos de la institución y, aún peor, cuando comenzó a coquetear con otros chicos sin ninguna razón.

¿Él finalmente se había cansado? ¿Acabaría con lo que sea que tuvieran y ya?

La campana que anunciaba el término del almuerzo se escuchó por los altavoces y todos se comenzaron a parar. Entre ellos, Taehyung recogió sus cosas con gran apuro mientras se aseguraba de no perder de vista a su querido enemigo. Tal y como había supuesto, Jungkook optó por el pasillo menos recurrido para llegar a sus clases de literatura universal.

La mirada avellana se paseó por los alrededores, esperando pacientemente que los demás se dispersaran por las diferentes salidas. 5 minutos pasaron y el pelinegro creyó que la oportunidad se le iba de las manos, por lo que comenzó a pensar en un plan "B" en caso hubiera perdido demasiado tiempo. No obstante, cuando decidió atreverse a tomar el mismo pasillo que el menor, pudo encontrarlo a mitad de camino siendo frenado por un compañero de clase.

Amor u odioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora