Capítulo 2

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     —¿No vas a comer?
     —Claro— dije sin pensar. Por un momento me olvidé que estaba en esta mansión—. Voy enseguida.
     Me senté con la señora a comer. Estábamos solas, en un comedor inmenso. Comíamos un gran banquete, que seguro, no comeríamos ni cuarto.
     —Perdone, sé que me dijo su nombre, pero, ¿Quién es usted? ¿Por qué se interesaría en una chica de la calle?— me mataba la curiosidad saberlo.
     —Me conmoviste— repuso, casi cortándome la palabra—. Pudiendo darte techo y de comer, no podría evitarlo. Me siento muy sola en esta casa gigante, y también deseaba compañía— argumentó, con una risita sosegada.
     —Entiendo— declaré, mintiendo. Seguía sin comprender por qué estoy con ella.
     —Perdón por interrumpirte antes cuando jugabas, pero no quería que se enfriara.
     —Igual es mucho.
     —¿Jugamos?— volvió a decir, cortándome el diálogo—. Me gusta jugar, pero no termino por comprender ese juego.
     —Bueno— dije con desgano—. El juego es raro. Los personajes aparentan tener vida por sus respuestas bien formuladas a lo que les dices.
     —Genial, mejor.
     Me senté con ella a jugar, aunque solo permitía controlar un personaje, el mío. El juego había comenzado hace rato cuando la prendí. Me encontraba en un extraño espacio en el que nunca había estado. Residía Asiel, acostada en una hamaca, con comida en el piso. Las estadísticas de ella marcaban hambre, por lo que la desperté y le hice comer. La música que sonaba de fondo era fúnebre, como de muerte. Esta situación, me había hecho acordarme de un personaje que afirmaba amar calabozos como estos.
     —Hola, ¿qué hace una chica tan bella como tú en una caverna tan fea como esta?— era el diálogo de una mujer arepera que se me acercaba. Pensé que era alguien malvada con quien debía enfrentarme, pero, se sentó a mi lado—. No eres de por aquí, ¿cierto?
     —No tengo casa, solo podía refugiarme aquí. Mi compañero todavía no aparece—, estaba preparada para matarla.
     —Hace mucho tiempo, este territorio no conocía el pelear— decía mientras se levantaba—. Vivíamos de manera sencilla, la tranquilidad reinaba como el viento que está en todas partes. Sin esperarlo, fuimos invadidos por despreciables, que llegaron con el fin de expandir sus riquezas. Nunca supimos que éramos ricos, y ahora que se sabe, se ha convertido en nuestra maldición— me enseñó un mapa del continente, habían cinco países divididos por un gran río—. Tiene forma de corazón, su nombre es LFYAL. El nombre hace referencia a Loyal y Royal, donde Lealtad y Fidelidad se imponen como prioridad. La parte inferior es «Vindemia», perteneciente a la lengua que adoptamos. El norte es «Columbia». El este «Palo». El oeste «Carao». Y el suroeste, «Delmar».
     No supe en un inicio qué responder, acababa de caer en cuenta que la marimacha que me hablaba, era la chica con quien había jugado ajedrez, y que me estaba contando de forma resumida la historia y geografía de este mundo.
     —Bueno, esto ya lo sabemos todos, es parte de nuestra vida.
     —¿Y por qué lo cuentas?
     —Pienso que tú podrías liberarnos a todos de este error. Mi nombre es «Leisa», un gusto.
     —¿Error?— era la asistente en persona.
     —Defensora Asiel.

La Leisa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora