Oneshots e historias cortas sobre Illidan y Maiev. (Y otros)

La sonrisa que todo empezó.

Autor: La Rosa.

Resumen: Illidan siempre amó su visión espectral, especialmente cuando le permitió echar un vistazo a lo que escondería a la mayoría de las personas. Y su caso favorito es Maiev.
Como siempre, estaba parada quieta en su silla, luciendo como una mezcla perfecta de alguien escuchando atentamente la reunión mientras parecía que no le importaba en absoluto. Y para cualquiera sin una visión espectral como él, ella era solo la mujer con armadura, nada más.

Pero Illidan podía ver más allá de esa armadura y le encantó.

*****
Illidan siempre amó su visión espectral, especialmente cuando le permitió echar un vistazo a lo que escondería a la mayoría de las personas. Y su caso favorito es Maiev.

Como siempre, estaba parada en su silla, luciendo como una mezcla perfecta de alguien escuchando atentamente la reunión mientras parecía que no le importaba en absoluto. Y para cualquiera sin una visión espectral como él, ella era solo la mujer con armadura, nada más.

Pero Illidan podía ver más allá de esa armadura y le encantó.

Debajo de su casco, cuidadosamente escondido, una sonrisa crecía mientras se mantenía quieta. Era una pequeña sonrisa, casi una sonrisa y, lentamente, comenzó a morderse los labios inferiores. Illidan sabía que probablemente no estaba escuchando la reunión y, en cambio, se perdió en su mente.

Solo podía preguntarse qué tipo de pensamiento la hacía sonreír. Hasta donde él recordaba, su propia muerte no había sido suficiente para que ella sonriera, ni siquiera una sonrisa de victoria.

Él seguía mirándola, ya no escuchaba, solo quería que la reunión terminara y finalmente podía preguntarle. Porque esta vez, quería saber.

La reunión llegó a su fin y la sala se vació lentamente, Illidan se tomó todo su tiempo para irse, sabiendo que Maiev siempre era el último en irse. Mientras observaba a Velen y Khadgar finalmente salir, dejándolo solo a él y a Maiev, la llamó rápidamente, llamando su atención.

"¿Qué quieres Illidan?" Preguntó, suspirando en voz alta.

"Solo una pregunta." Le dijo a ella.

Suspirando aún más fuerte para mostrar cuánto la molestaba, solo movió su mano para decirle que continuara.

"Quiero saber qué te hace sonreír en esas reuniones".

"No sonrío". Fue su única respuesta.

"Sí, lo haces", respondió. "Mi visión espectral me permite verla".

En ese momento, su vista, desafortunadamente, no fue lo suficientemente buena como para decirle si ella se había vuelto completamente blanca o si era solo un fuerte sonrojo. Pero una cosa clara, no había esperado que él pudiera ver a través de ella de esa manera.

"Estás mintiendo ¿verdad?" Preguntó con una risa nerviosa.

Illidan finalmente se dio cuenta de que había descubierto un secreto que Maiev probablemente quería mantener hasta su muerte, pero Illidan no iba a dejar que sucediera, su curiosidad era demasiado fuerte.

Se acercó a ella y ella se puso aún más nerviosa. Bajó la voz y no pudo reprimir su sonrisa.

"Vamos dime."

Trató de retroceder, pero una mesa la bloqueaba e Illidan la vio buscando por todas partes en la habitación, tal vez buscando una salida, pero al mismo tiempo, algo le decía que ella le diría.

"Dime y dejaré de molestarte". Dijo, su voz aún más baja.

Finalmente lo miró e Illidan juraría que estaba viendo algo nuevo en sus ojos e incluso si no podía señalar con el dedo lo que era, lo estaba amando.