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Publicado el 14/12/2020
Reescrito el  06/09/2023
Número de palabras: 1280

...

Su estómago rugio hambriento, por lo que decidió sacar su cena enlatada del fuego para comenzar a comer.

Habían pasado días desde que se había encerrado en la bodega del centro comercial, tal vez más de una semana, el tiempo dentro era algo confuso. Había escapado de casa hace mucho tiempo, desde que comenzo la infección, luego, se unió a un grupo de sobrevivientes, del cual se tuvo que separar al poco tiempo, y ahora, solo y sin esperanzas, estaba en ese lugar, esperando que los infectados que rondaban el Mall finalmente llegaran hacia el y lo mataran.

La cena comenzo a saber salada, pues sin darse cuenta había comenzado a llorar, sus labios temblando mientras la vista se le nublaba.

—Extraño a... Penny —Murmuro con débiles sollozos. Simplemente ya no lo soportaba.

¿Porque el? Solo era un niño cuando comenzó esto, y se refería al comienzo, la primera maldita prueba de la mierda que consumió a su familia. Dos años pasaron desde esa prueba, el primero fue bien, relativamente normal, pero el segundo los síntomas se mostraron, y ahora... Ya era muy tarde.

Aunque sonidos extraños lo sacaron de su momento depresivo. Pasos fuera de la puerta, ¿Era eso posible? Estaba casi seguro de que el piso de esa zona se había derrumbado.

Quería morir, pero el solo pensamiento de que un infectado entrara le aterro por lo que se aferró a su bate, y se colocó detrás de la puerta en silencio, intentando reprimir los jadeos y la respiración agitada.

Un minuto. Dos minutos. Cuatro...

Estuvo a punto de salir cuando la puerta finalmente se abrio, y una figura alta se hizo paso dentro de la habitación.

La adrenalina hizo su efecto, y solo escucho el cuerpo caer inconsciente al suelo, y el bate ahora manchado de sangre.

—Oh mierda, ¿mate a alguien?

...

Al despertar, Richard se tocó la cabeza, podía recordar el golpe, por lo que soltó un pequeño gruñido, aunque la herida ya había cerrado. Se sentó con cuidado en el suelo, haciendo tronar su espalda mientras buscaba su arma, pero no la encontró, por lo que rápidamente entró en pánico.

—¿Donde esta? ¿¡Donde esta!? Oh Dios, Dios, Dios, Dios, ¿que voy a hacer? ¿¡Donde esta mi arma!? ¡Fue un regalo de papá! —Gritaba con preocupación mientras buscaba por el suelo.

En una esquina, escondido y sin hacer el más mínimo ruido, se encontraba Georgie, quien solo veía a un infectado gritar y balbucear incoerencias. Si tenía mucha suerte, se iría sin buscarlo, y si no... Bueno, tenía dos armas ahora, uno de los dos tendría que morir allí.

—¿¡Richard!? ¡Llevas mucho tiempo allí dentro! ¿¡Necesitas ayuda!? —Grito Mousy desde el primer piso, luciendo unas robóticas piernas nuevas.

—¡Mousy! Dios, este sitio es jodidamente oscuro, ¿¡Tienes algo para iluminar o así!? —Grito Richard alarmado, saliendo de la bodega y asomándose por el balcón.

—... ¿Las luces no funcionan?

—¡Claro que no, ¿no crees que hubiera sido mi primera opción?!

—Uhg bien, señor quejumbroso... Creo que hay una linterna en la sala de al lado... ¿Necesitas ayuda?

—Yo... ¡No, no te preocupes, estoy bien! —Grito Richard, yendo a buscar rápidamente la linterna.

Zombie (Piggy - Richard x George) [REESCRITO] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora