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Elio abrió los ojos y miro hacia el mini reloj que había traído de su casa, este marcaba las 8:15, se levanto de la cama agarro la carta de Hermione y tomo a Hedwig se la ato en la patita y la dejo salir, sin antes decirle dónde llevarla, después tomó la ropa que estaba arriba de su baúl y fue hacia el baño.
Toco la puerta y se escuchó un "ocupada, ya salgo" de Ginny, así que solo se apoyo en la pared a esperar, a los minutos sale la mini pelirroja, quien le dice buenos días y baja hacia el comedor. Entró al baño se tomo una ducha, hizo su rutina mañanera y salio del baño. Va hacia la habitación de Ron a dejar el pijama sobre su baúl y despertó a Ron saltando sobre su cama, el chico cayó al suelo quejándose, cuando estaba por gritarle, vio que el chico le hacía señas para que se calle. Ron extrañado obedece y observa lo que hace el castaño. Este se acerca a la cama donde el azabache de ojos verdes dormía plácidamente y se tira sobre él, Harry se levanta de golpe y empuja el peso que tenía sobre el hacía el piso.
Elio cayó boca bajo y se puso a chillar mientras que maldecia a Potter por tirarlo, Harry preocupado por el estado de su girasol, tomo rápido sus lentes de la mesita que estaba a su lado y bajo de la cama agarrando al chico, como podía ya que Harry no era una persona con la suficiente fuerza como para tomar el cuerpo del niño, y lo sentó en su regazo mientras le acariciaba el cabello al castaño, que tenía su cabeza enterrada en el cuello del otro, mientras con su mano derecha sostenía su nariz. En cambio Ron reía sin parar ya que el karma le había llegado a su amigo
La señora Weasley aparece en la puerta y extrañada ve la escena que hay frente a ella. Su hijo nota la presencia y trata de explicarle lo que paso, pero falla ya que seguía riéndose. Molly entendió Elio, cama, lanzó, Harry, naríz.
-Elio cielo ¿te duele mucho la nariz?- pregunta la matriarca de la familia Weasley.
Elio se quita unos centímetros del cuello de Harry y asiente con un puchero. La mujer se acerca a ellos para ver bien la nariz del niño y ve la cara del azabache, quien estaba embobado mirando al chico que seguía con un puchero en sus labios. Ella ríe y se sienta en el suelo alado de Harry y toca la nariz del castaño, gracias a Merlín solo fue un golpe, nada grave. Toma la mano del chico, lo ayuda a levantarse para llevarlo a la cocina y ponerle hielo en la nariz.
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Elio temblaba y sudaba del miedo, Harry desapareció hace más de media hora y no aparecía. Lo buscaron por todo el callejón diagon, hasta encontraron a Hermione quien al escuchar que su amigo desapareció y vio el estado de Elio se quedó junto a el buscandolo y tratando de que el águila no se muerda lo poco de uñas que le quedaban.
Elio empezó a desesperarse y quedarse sin aire, Harry no aparecía y Hermione no sabía que hacer para calmarlo, ya había intentado de todo, pero el chico todavía no lograba calmarse. Hasta que Merlín oyó sus plegaria y ahí estaba Harry acompañado de Hagrid, el guardabosques y amigo de ellos que vivía en Hogwarts, saliendo del callejón del que tenía prohibido entrar. Estaba lleno de polvo y sus gafas estaban rotas. Elio respiro profundo y corrió a abrazarlo, sin importar lo sucio que estaba el azabache Se separó de él y dejo que Hermione lo saludé, mientras el saludo a Hagrid y le agradeció por traer a Harry al callejón diagon.
Los señores Weasley se acercan a ellos, Molly apenas ve a Harry lo abraza y solloza en su hombro y por último le limpia la ropa, mientras tanto el señor Weasley le repara las gafas.
-¿Saben a quien me encontré en una tienda? A los Malfoy- dice Harry mientras van hacía el banco para encontrarse con la madre de Elio y de paso a sacar dinero.
-¿Y compro algo Lucius?- pregunta Arthur con acritud.
-No, quería vender.
-Asi que está preocupado, ¡Ah, me gustaría atrapar a Malfoy por algo...!
-Ten cuidado, Arthur, esa familia es de temer, no vayas a dar un paso en falso- le dice Molly a su esposo severamente.
-¿Así que crees que no estoy a la altura de Lucius Malfoy?- dice Arthur indignado, pero tan pronto como lo dijo se olvidó del hecho ya que vio a los padres de Hermione que estaban esperando para que les cambien el dinero.
-¡Pero ustedes son muggles!- exclama con fascinación el señor Weasley después de la presentación de Hermione. -¡Tenemos que tomar una copa! ¿Que tienen ahí? ¡Ah, están cambiando dinero muggle! ¡Mira Molly!
A los segundos de decir eso, se escucha el sonido de unos tacones en todo Gringotts, ese sonido es tan conocido por Elio que se da la vuelta emocionado encontrándose con su madre caminando hacia ellos. Mérida, la madre de Elio, desfilaba con un porte elegante por el pasillo del banco, con su traje color negro y rayas blancas que iba ceñido a su cuerpo. Ron como siempre que veía a la madre de su amigo pasar quedó boquiabierto, Hermione y Harry al ver a su amigo rieron bajito, Hermione le dió un golpe en el brazo para que despierte de su ensueño.
-¡Mami!- exclama Elio quien si no fuera porque Hermione lo sostuvo de su ropa hubiera ido corriendo junto a su madre.
-Hola cielo- dice la mujer al llegar donde estaban las dos familias. Elio se suelta de Hermione y abraza a su madre. Mérida se separa de él y le da un beso en la frente. Saluda con un abrazo a los patriarcas Weasley, se presenta a los Granger con un apretón de manos amable, le da un beso en la frente a Ron que sigue con la boca abierta, abraza unos segundos a Hermione, y a Harry lo apreta tan fuerte en sus brazos mientras le da besos en toda su cara. Los amigo del azabache se ríen de él al verlo rojo de la vergüenza.
-Ma, deja al pobre, mira ya está rojo- ríe Elio Ella ríe y suelta al niño Potter, quien al ser liberado se posiciona al lado de su girasol. El castaño saca su pañuelo del bolsillo y limpia el labial de su madre que está por toda la cara del niño.
