• Capítulo 1. "Nuevo comienzo"

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Oficialmente nos habíamos mudado a Corea del sur. Mis padres decían que era lo mejor para todos, pero...si me preguntan, sólo es bueno para ellos y sus estúpidos negocios. En fin, ellos nunca escuchan lo que tengo que decir.

Al menos en mi querida Venecia, tenía a mi amiga Catalina, con la que me podía desahogar cada que mis oscuros y tristes pensamientos me comenzaban a agobiar.

—¿Qué haré sin ella a mi lado?—solté un largo suspiro de frustración.

Mis pensamientos no me dejan dormir, llevo horas mirando el techo de mi nuevo cuarto. Ya casi amanece, en poco tiempo sonará la alarma y un nuevo día comenzará...

—¿Que me esperará?—esa pregunta resonó en mi cabeza.

...
Al parecer me he quedado dormida, pues la suave voz de mi nana me ha despertado.

—Buenos días, Hanna.—murmuró amable.

—¿Qué traes ahí nana?—investigué, mientras me tallaba los ojos con mi mano derecha.

—Traigo el outfit que su madre quiere que use en el desayuno de hoy.

—¿Y por qué es tan importante el desayuno de hoy?—indagué sentándome lentamente en la cama.

—Es un desayuno de negocios, tus padres planean firmar un contrato millonario con la familia Jeon. Y tú, como futura heredera de la empresa, debes estar presente y dar una buena impresión. Tú madre sugirió que uses un maquillaje suave pero elegante.

—No lo puedo creer.—suspiré frustrada, tapando mi rostro con la almohada.

—¿Qué sucede joven Hanna?—interpeló mi nana algo preocupada, sentándose a mi lado.

—Es que me molesta que no me avisen de estás cosas. Odio despertar y enterarme que un puto sábado, tengo que estar presente en un desayuno, vestida casi como una princesa, intentando dar una buena impresión a personas que ni siquiera conozco.—quité la almohada de mi rostro, para observar a mi nana.

—No es tan grave, preparé tu pastel favorito, con chocolate y fresas, para que estés un poco más a gusto durante el desayuno. Además, eres una joven muy hermosa y dulce, darías buena impresión incluso así como estás, en pijama.

—Gracias nana, no sé que haría sin ti.

Ella sonrió.

—Ahora vamos, levántate. Ponte el vestido y los zapatos, vuelvo en diez minutos para cepillar tu suave cabello, cómo cuando eras pequeña, ¿quieres?

—Me encantaría, siempre me relaja mucho que me peines. Te quiero nana.

—Y yo a ti Hanna.

Mi nana salió del cuarto.

Realmente amo a esa mujer, es la más buena del mundo y la única que piensa en mí. Ella parece mi madre.

Me levanté, puse algo de música para motivarme, lavé mi rostro y mis dientes.

Observé unos segundos el vestido, era muy hermoso y elegante.

Mi madre siempre había tenido buen gusto para elegir mi ropa. Además de que siempre se asegura de que todo convine.

Me puse el vestido y los zapatos.

ENEMIGO SENSU4L 💋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora