• Capitulo 11. "Nuestra despedida" Parte 2/2.

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El jodido domingo había llegado, y con el, las últimas horas a su lado.

Se me escapó una lágrima, no quería irme, no quería dejarlo, pero tampoco podía permitir que lo destruyan.

Sequé mis lágrimas y me dediqué a mirarlo dormir por varios minutos.

Es tan perfecto, hermoso desde cualquier punto de vista

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Es tan perfecto, hermoso desde cualquier punto de vista.

Me levanté lentamente y vi aquella pequeña mancha roja sobre sus impecables sábanas blancas, que eran la prueba de que me había entregado completamente a él, en cuerpo y alma.

Entré al baño, y mientras me duchaba lloraba de impotencia, me sentía inútil y débil. Estábamos tan bien que me parecía injusto tener que desarmar mi lego por un capricho estúpido.

Al salir de la ducha, fui recorriendo casi toda la habitación, hasta que terminé de juntar toda mi ropa y las de Jungkook. Me vestí lentamente, mientras lo observaba dormir. Se lo veía tan tranquilo, él ni siquiera sabía lo que pasaría cuando nos despidiéramos y yo cruzara esa maldita puerta...

Bajé, y mientras hacía tostadas francesas, escuché el timbre.

¡Que no sea Woojin! —rogué, abriendo la puerta con cautela.

—Buenos días, Hannita.—me saludó la señora Jeon, con una agradable sonrisa.

—Buenos días.—le respondí amable.

—¡Mm! ¿Qué estás cocinando que huele tan bien?—fisgoneó, mientras disfrutaba el agradable aroma.

—Tostadas francesas y café.

—Amo las tostadas francesas y de seguro las tuyas son deliciosas—ella miró hacia todos lados—. ¿Y mi hijo?—escrutó seria.

—La última vez que lo vi estaba durmiendo, y eso fue hace unos cinco o seis minutos.

—Entiendo querida, él debe estar muy cansado si aún no despertó —comentó y automáticamente sentí mis mejillas arder, mientras ella reía.

—¡Vamos, quiero probar esas tostadas!

Le di un pequeño plato con una tostada y Elizabeth se fue a desayunar al jardín, ella dijo que quería absorber luz solar. Y agradecí que lo haya hecho, pues Jungkook apareció desnudo con la sábana envuelta en su cadera y sus cabellos muy despeinados, apenas tenía sus ojos abiertos. Me acerqué a él, rodeé su cuello con mis brazos y haciendo puntitas de pie llegué a su oído—Oye, debes volver al cuarto ahora, tu madre está en el jardín.—cuando terminé de pronunciar, ya era muy tarde. Mi corazón se aceleró debido a los nervios, la señora Jeon venía hacia nosotros, el idiota de Jungkook se quedó detrás de mí, usando mi cuerpo para cubrir el suyo, como si eso fuera posible.

—Jungkook, sal de detrás de Hanna y ven a saludar a tu madre.—ordenó sin haberlo visto bien, mientras cerraba la puerta.

—En un momento te saludaré madre, pero por favor, ahora no voltees.

ENEMIGO SENSU4L 💋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora