2. La Leyenda del Hada y el Mago

768 99 12
                                    

"Cuenta la historia de un mago que un día en su bosque encantado lloro, porque a pesar de su magia no había podido encontrar el amor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Cuenta la historia de un mago que un día en su bosque encantado lloro, porque a pesar de su magia no había podido encontrar el amor. La luna su única amiga, le daba fuerzas para soportar todo el dolor que sentía, por culpa de su tan larga soledad." - La leyenda del hada y el mago - Rata Blanca.
______________________________________

Uno, due, tre, quattro, cinque, sei...

Harry sentía todo su cuerpo arder.

Todo su cuerpo temblaba, desde sus manos hasta la punta de sus pies. Todo su cuerpo se contraía en pequeños espasmos que tenían al alfa retorciéndose en la gran tina llena de hielo de su baño. No era por culpa del frio, sin embargo. Cada parte de su cuerpo estaba perlada en sudor, sus piernas y brazos con marcas rojizas de tanto haberse hecho daño a sí mismo, su piel sonrojada y su largo cabello pegado a su frente, cuello y parte de sus hombros. Todo esto acompañado de largos jadeos y suspiros por parte del pobre alfa rizado que era víctima, una vez más, de otro de sus tan dolorosos celos.

El segundo dentro del lapso de un mes y medio.

Iría empeorando, Harry sabía eso. Sabía que con el pasar de los días, su problema iría empeorando inevitablemente, incluso pese a todos los esfuerzos del alfa sobre hacer algo al respecto. Harry lo sabía, pero prefería ignorarlo. Prefería vivir en la ignorancia, al menos para ser feliz.

Sin embargo, el estar dentro de una bañera llena de hielo, ya se había vuelto algo cotidiano. Un hábito.

Harry sabia como proseguía la historia, sabía de memoria el conflicto y el desenlace, él era el protagonista después de todo. Estaría ahí tal vez todo el día, hasta que los hielos se derritieran y se viera obligado a salir de la tina. Con pasos trémulos y su ropa totalmente empapada, Harry luego se dirigiría a su habitación, a su cama, en donde se revolcaría en su propia miseria y dolor hasta, con suerte, caer dormido al menos unas horas antes de que el ciclo comenzara otra vez. Tal vez con suerte, el dolor seria tanto que lo haría desmayarse. Harry ansiaba aquello más que nada en el mundo.

Sette, otto, nove, dieci, undici, dodici...

Sin embargo, incluso pese al dolor extendiéndose en cada pequeña parte de su cuerpo, Harry, aparte de desmayarse, sentía la irrefrenable necesidad de mantenerse ocupado. De no atrasarse. De no dejar de ser el mejor. Ahora mismo, Harry tendría que estar en su oficina, firmando contratos con la promesa de millones de dólares plasmada en tinta o convenciendo a inversionistas importantes sobre porque invertir en su empresa era una buena idea. Y ciertamente, revolcarse en agua helada no estaba ni por asomo en su lista. Pero allí estaba, perdiendo tiempo. Lo mínimo que podía hacer era seguir perfeccionando su italiano.

A Harry realmente le importaba el tiempo.

"Omega" - murmuro aquella voz ronca que aparecía cada tanto para hacer de la vida de Harry un infierno. Harry deseaba con todas sus ansias que algún día esa voz se esfumara - "Queremos a nuestro omega".

Purest Thing [L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora