"Andando así discurriendo de puerta en puerta, con harto poco remedio, porque ya la caridad se subió al cielo, topóme Dios con un escudero que iba por la calle con razonable vestido, bien peinado, su paso y compas en orden" El Lazarillo de Tormes – Anónimo.
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A Louis siempre le había gustado ver las casas de los ricachones.
Por alguno motivo, aquello siempre lo llenaba de una sensación de alegría y tristeza tan contradictoria, pero que de cierta forma apreciaba. Le gustaba mirar las casas, sus estructuras, colores, tamaños, jardines y el lugar en el que estaban ubicadas. Las juzgaba, criticando las elecciones de los dueños al elegir un color demasiado oscuro para pintar las paredes del exterior o alabando la decisión de poner ventanales en lugar de simples paredes para una mejor iluminación. También disfrutaba de ver las similitudes que todas ellas compartían, siempre un mismo rasgo, un mismo tipo de pared, un mismo tipo de puerta, un mismo tipo de maceta o farol. Era algo así como un ADN, todas compartiendo un mismo gen para diferenciarse de los otros hogares más humildes.
A Louis también le gustaba imaginar a las personas que habrían de vivir en aquellas viviendas.
Tal vez un alfa rico, muy rico, con el dinero suficiente como para vivir años sin mover un dedo, dueño de una gran empresa o emprendimiento, jefe de todos, poderoso. Galán seguramente, con el físico de un supermodelo y un cuarto destinado únicamente a su gimnasio personal. Todo un niño pijo. Luego estaría la omega, exitosa también, vestida con las más finas telas y con un bronceado de ensueño, sonrisa de dientes blancos y relucientes, envidiada por todo aquel que se cruzara por su camino. Luego estarían los niños, tal vez dos o tres, mocosos malcriados con todos los lujos habidos y por haber criados por sus niñeras, ama de llaves y/o mucamas, con su agenda cubierta por miles de actividades y deportes. Eso era el promedio.
A su vez, a Louis le gustaba imaginar cómo sería la vida de la pareja; una vida libre de preocupaciones o angustias. Imaginar cómo su vida de pareja burguesa perfecta habría de ser, yendo a reuniones de padres tomados de la mano, ganándose la mirada de todos. El respeto y admiración de todos.
Pero luego llegaba la parte sentimental de Louis, aquella vena omega que muy a su pesar salía de vez en cuando, aquella vena que lo incitaba a imaginarse a él como la omega de tal dichoso alfa. Imaginarse a él siendo aquel omega de ensueño, exitoso, poderoso, pudiendo cambiar todo con un solo movimiento de sus dedos. Su omega también era algo sadomasoquista cabe aclarar. Porque cuando Louis recordaba que nunca llegaría a ser aquello, su felicidad caía hasta el más profundo de los abismos.
Sin embargo, era en esos momentos cuando su lado malvado salía para animarlo, aquel que le afirmaba que aquellas parejas perfectas, no lo eran del todo. Sobre todo la omega, una estúpida. Porque mientras ella presumía a su perfecto esposo con las madres de la escuela de sus hijos, Louis se lo follaba en un motel de mala muerte en los límites de la ciudad. ¿Sufría? Sí, pero al menos era algo reconfortante saber que él no era el único que se llevaba la parte fea.
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Purest Thing [L.S]
Fanfiction"𝐄𝐬𝐭𝐚𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐛𝐢𝐞𝐧 𝐋𝐨𝐮, 𝐥𝐨 𝐩𝐫𝐨𝐦𝐞𝐭𝐨" Louis es un Omega con más problemas de los que una persona debería tener. Harry es un Alfa Puro con problemas hormonales. ¿Cómo es que siquiera llegan a conocerse?