Detrás de la mascara - Caché

Capítulo 11: Gusto caprichoso

¿Quería besar a Daniela?

Ella movió sus manos de mis caderas a mis brazos y empezó a hacer movimientos sutiles de arriba a abajo .

Me giré para quedar de frente de nuevo.

-te ves extremadamente sexy con ese vestido - susurró sobre mi boca y se volvió a morder los labios.-se me ocurren varias cosas interesantes.

¿Quería besar a Daniela?

HELL QUERÍA COMERLE LA BOCA.

*

Acerque mas mi rostro al suyo, podía sentir su respiración cayendo sobre mi rostro. Estaba tan agitada como la mía.

Cerré los ojos.

-¿Qué cosas se te ocurren?- pregunte suavecito queriendo que mi voz solo fuera audible para ella y para nadie mas en el universo en ese preciso momento.

Vi pasar por sus ojos miel una chispa de maldad, vi el deseo en ellos y sentí como creció el mío en tiempo tan corto que ni siquiera fui capaz de entender mis propios pensamientos.

Sus manos se volvieron a mover haciendo la sutil caricia sobre mis brazos.

Suspire con fuerza.

-Quiero besarte.- susurro sobre mi boca y fue en ese momento que pude sentir literalmente los latidos de mi corazón en mi garganta, las manos me temblaban y no entendía por qué, el corazón me saltaba y no entendía por qué.

Maldito alcohol me repetí mentalmente.

Tomé su rostro entre mis manos, sentí que perdía voluntad sobre mis sentidos. Acerque mi boca a la suya y como si se tratara del procedimiento mas medido del universo entero, mis labios se posaron por fin sobre los suyos.

Daniela movió sus labios contra los míos como si se tratara de poesía, y no de esa poesía que es escrita en los momentos mas inapropiados de la historia, sino de aquella que con cada verso pretende develar una nueva verdad de la existencia del autor.

La boca de Daniela pretendía develar mi propia existencia y mis propias vivencias.

Su beso era suave, encantador y apaciguaba y encendía todas las zonas sensibles en mi cuerpo, al mismo tiempo.

Sus manos me tomaron con firmeza por la cintura y deje caer completamente mi cuerpo a su voluntad, el beso siguió su ritmo unos segundos mas y conforme nuestro frenesí aumentaba y empezaba a sentir un calor envolviéndonos a ambas, nuestras lenguas hicieron presencia.

Lleve mis manos a sus caderas y plante con mas fuerza mis labios sobre los suyos.

Ella intensifico mas el movimiento de su boca contra la mía y por unos segundos mas pude saborear al universo en los labios de Daniela.

Nos alejamos un poco para tomar aire, sus ojos miel se abrieron para mirarme.

-Un gusto caprichoso- susurre

-¿Eso crees que soy?- sonrió con arrogancia.

-Si, un gusto caprichoso- reafirme.

-en otras palabras, un capricho- de nuevo una sonrisa arrogante se plantó en su rostro.-entonces, ¿eso haces?- pregunto esta vez enderezándose para poner distancia entre nuestros cuerpos.

Me aleje y me apoye de nuevo en la pared.

-¿Qué hago?

-creer que el mundo entero tiene que estar dispuesto a satisfacer tus caprichos- explico como si estuviera hablándome de octavas o entonaciones musicales.