Día 13: Micrófono

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Ya casi iba a dar las siete de la mañana, el sol estaba por salir; Hermione estaría pronto en su habitación lista para dormir. La noche anterior tras haber cumplido con los ritos funerarios de la difunta muggle, ella acompañó a la familia hasta su hogar y fue a pasear por los bosques en busca de espectros y algo de cenar.

Por su parte Draco la esperaba en la habitación mientras observaba por la ventana, estaba asustado con la idea de que sus padres descubrieran el engaño sobre el "embarazo".

— ¿Cómo puedo embarazar a un ser como ella? — Preguntó en voz alta. Es decir, no creía conseguirlo por mucho empeño y ganas que le pusiera. ­­­

Theo que estaba leyendo una novela sentado en el piso, acotó—: Conozco una manera, primero se desnudan, se besan un poco y...

— ¿Quieres un micrófono y un altoparlante para explicarlo a todos los habitantes de Valle Normal? — Interrumpió con sarcasmo— tengo idea de cómo ocurre.

— Pensé que eras más activo que un conejo — Theodore cerró el grueso libro de un golpe y se puso en pie. — Te juzgué mal, y por mi culpa has conocido a un vampiro. Debí tener en mente que Pansy trataría de herirme de esa manera.

— Fue culpa mía, creí en las palabras de Pansy y bebí del afrodisiaco... Pedir perdón no iba a sanar la herida con solo decirlo — Draco giró para observar a quien era su mejor amigo desde la infancia — Querías asustarme y darme un escarmiento, por esto estoy aquí. Lo agradezco, de no ser así probablemente estaría celebrando mi boda con Astoria al final de este mes.

No necesitaban darse un discurso más largo o un abrazo, ambos se entendían perfectamente. El rencor fue olvidado en cuanto la vampiresa los hizo verse la semana pasada.

— Iré a preparar el desayuno para tus padres y luego dormiré. — Theo salió de la habitación, la mansión seguía manteniéndose impecable y el polvo que de la noche anterior desapareció, lo que se debía al pacto de sangre.

Un murciélago se posó en el marco de la ventana, ante la atenta mirada del mago se convirtió en Hermione.

Ella cerró las cortinas para evitar que la luz del sol matutino la calcinara, su ataúd no estaba en el centro de la habitación, se encontraba a arrimado contra la pared y Draco la estaba recostado en la cama.

— ¿Vas a darme el beso de las buenas noches, Adonis? — Inquirió divertida, le gustaba ponerlo incómodo y sería mucho mejor si lograba hacer que se sonrojara.

— Pensaba en cosas más fuertes, pero podemos empezar por eso y dormir juntos. — él le dio un guiño. — El bebé no se hará solo, Dulcinea.

— ¿Estás tratando de seducirme? — Reprimió una risa, era ella quien siempre se insinuaba a sabiendas de que él le daría un rotundo "no" ¿y ahora? — Lo estás haciendo fatal.

Draco se quitó la camisa para mostrarle sus bien formados abdominales — ¿Debo sacarme también los pantalones?

La vampiresa miró al extremo opuesto de la habitación — ¿Se puede saber porque estás desesperado por dejar de ser virgen? ¿Qué hice yo para merecer tal honor?

— Eres la madre de mi hijo ¿recuerdas? — la cuestionó, hizo a un lado las sabanas de la cama. — Eres guapa, supongo que por eso tendrás el honor.

Ella rodó los ojos, ahora él usaba el "encanto Malfoy" que se trataban de palabras y mostrar el cuerpo para seducir — Si estamos en este problema es porque tú mentiste. — Se retiró la capa roja, chasqueó los dedos y su vestido se convirtió en una camisola casi transparente. Las luces se apagaron de inmediato — Dormiré contigo para que tus padres no sospechen. — Él tragó grueso. La vio acercarse lentamente mientras hacía estiramientos — Hace tiempo que no uso una cama, son demasiado suaves y molestas.

— ¿En verdad dormirás conmigo? — Inquirió en cuanto ella se recostó en la cama.

— Tu ordenas, yo lo hago ¿lo olvidaste? — Lo miró a los ojos. — Dormiré contigo, no copularé, Adonis, son cosas muy distintas.

Se observaron por unos segundos y rieron a la vez.

— Saliste y no regresaste por mí. He estado esperando tu llegada durante la madrugada — Draco tomó la mano femenina en la que reposaba el anillo de plata. — Temía salir y encontrarme con el jinete sin cabeza o con el Kelpie; soy un humano que podría morir en cualquier momento si no tengo cuidado.

— Lo eres, pero yo te protegeré —La vampiresa llevó su mano frente a su rostro — Te amo mucho y me sacrificaría por salvarte.

— Lo sé, me salvaste del hombre lobo, me curaste y evitaste clavarme el diente. — él decidió probar suerte — y en ese entonces no tenías puesto el anillo.

— No iba a enviar un hombre lobo de regreso a casa y luego pedir al hijo menor — Rebatió indignada ya que temía que al sacarse el anillo terminara amándolo de verdad. Decidió cambiar el tema —: Bien, te llevaré conmigo encajado a mi como una garrapata.

— Si puedo verte despierta no me importaría ser una garrapata. — llevó la mano hasta su rostro para sentir la fría mano en su mejilla. — Es mejor pasear en compañía que estar solo; para mí es divertido bromear contigo que estar esperando a casarme con la primera loca que aparece. Es bonito compartir contigo.

Draco sintió como ella se colocaba a horcajadas sobre sí, para luego besarlo apasionadamente, iba a preguntar que demonios ocurría, mas la puerta de la habitación se abrió.

— ¡Por Merlín! ¡Es cierto! — Lucius exclamó al verlos en aquella posición comprometedora — ¡Voy a tener un nieto vampiro! Sigan, sigan... yo iré a desayunar.

Lucius estaba en la cocina en compañía de su esposa y Theodore, que continuaba insistiendo en que la vampiresa y su hijo eran una pareja, para comprobarlo subió hasta la habitación principal. 

 

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