Hecho el tutor de un niño recién nacido a los diecinueve años, Alastair ha hecho todo lo posible por ser el mejor padre que pudo para su hermano pequeño. Pasó las noches sin dormir con un bebé, dominó el cambio de pañales y la alimentación con biber...
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Las luces del club resonaban con la música. Alastair normalmente odiaba este tipo de lugares, pero tenía que admitir que la vista frente a él hacía que la horrible música de club fuera casi soportable. Alastair no podía recordar el nombre del hombre, pero eso apenas importaba y rara vez lo había detenido antes. Lo que importaba en ese momento era que el hombre era ridículamente atractivo y parecía tan interesado en Alastair como en él. El hombre sonrió, una sonrisa adorable que era lo suficientemente consciente de sí mismo como para no parecer un completo imbécil, pero lo suficientemente confiado como para que Alastair supiera que no estaría perdiendo el tiempo, y extendió la mano para agarrarle las caderas.
Alastair permitió que lo acercaran más al hombre. El hombre era varios centímetros más alto que Alastair y constituía mucho más ancho que el delgado cuerpo de Alastair, exactamente como a Alastair le gustaban, en verdad, y disfrutaba de las cálidas y fuertes manos que sostenían su cintura mientras comenzaban a bailar juntos, moviendo sus manos. caderas al ritmo de un golpe de club verdaderamente atroz pero pegadizo. Había pasado demasiado tiempo desde que tuvo un momento para sí mismo como este y Alastair se preguntó si sería demasiado atrevido invitar al hombre a algo más que a un baile. No podría llevarlo a casa, por supuesto, pero no sería la primera vez que hacía algo un poco atrevido en el baño de un club como este o la primera vez en este club en particular.
Justo cuando Alastair estaba a punto de inclinarse y susurrar su sugerencia al oído de su nuevo amigo temporal, sintió que alguien lo golpeaba con bastante fuerza en la espalda. Probablemente fue solo el codo de un bailarín demasiado entusiasta: Alastair siempre estaba siendo golpeado en lugares como este. Demasiados cuerpos demasiado juntos. Simplemente lo ignoraría.
Otro golpe. La persona detrás de él probablemente estaba borracha.
Otro. Y luego, de manera más peculiar, una voz débil lo llamó. Uno que sonaba muy familiar y muy fuera de lugar en un club nocturno ...
Alastair apretó los ojos aún más fuerte, resistiendo el impulso de dejar escapar un gemido de frustración en la almohada debajo de su cabeza. Ni siquiera en sus sueños pudo tener suerte. Parecía que estaba condenado eternamente a sentirse frustrado para siempre.
Otro golpe en la espalda, seguido de un pequeño y ferviente susurro. -¡Alastair! ¡Alastair!
-Vete-refunfuñó Alastair, volviéndose rápido para tratar de alejarse de la molestia que había perturbado sus sueños. -Cinco minutos más-agregó, aunque sabía que serían en vano. No había forma de que Alastair pudiera volver a su sueño y al hombre que había estado allí ahora.
