Sam

169 12 8
                                    

La Universidad contaba con una área de descanso enorme, era como una cafetería, habían muchas mesas, sofás, y mucha comida. Desde el primer día nos habiamos enamorado de ése lugar, casí siempre estabamos ahí reunidos tomando café o malteadas, y claro no podían faltar las hamburguesas de la casa, eran una adicción para todos.
Estabamos sentados en el lugar de siempre, un conjunto de sofás con una mesita en medio, la cafeteria siempre tenía música, y en la tarde ponían peliculas en las enormes pantallas de ahí. Las dos señoras que atendían ya nos conocían, siempre nos saludaban muy amables y nos daban papas fritas extra.
Sofía y yo estabamos calladas, era muy evidente que pasaba algo pero por suerte nadie preguntaba. Sam estaba enseguida de mi, él como siempre no paraba de hablar y trataba de incluirme a la conversación pero yo sólo sonreía y asentía.
Haru estaba del otro lado de mi, me abrazaba pero inconcientemente me quitaba, o tal vez era conciente.
—¿Van a ir a la fiesta de éste viernes? —pregunta Char—
—¿ahora de quién? —pregunta Alex—
—eso no importa, lo importante es que vamos a ir todos —reclama la rubia—
—no lo sé —dije desanimada— ya ha sido demasiado... —Sam pone su mano en mi rodilla y la acaricia, como diciendo "tranquila", Haru ve esto de reojo y se pone incómodo—
—¡nunca nos hemos perdido una fiesta! Así que vamos a ir... —sentenció— todos.—

Regresamos a los departamentos.
—¿Que sucede? —pregunta Haru al cerrar la puerta—
—¿otra vez?
—yo se que algo te pasa
—nada, es en serio —caminé hacía la habitación casí corriendo—
—ésta bien, si no me quieres decir... —se acerca a mi, me da un pequeño beso en los labios, después se pasa a mi cuello, ya se por donde iba ésto—
—¿quieres ver una película? —se detiene, y me mira un poco molesto— ¿que pasó? —pregunté al ver su rostro, hace mucho que no teníamos sexo—
—nada, pon la película que quieras, iré por palomitas —me da un beso en la frente, lo detengo del brazo antes de que pudiera dar un paso, él voltea y comienzo a besarlo, yo también extrañaba sentirlo, extrañaba ser lo que eramos. Nos dejamos caer en la cama y comenzamos a quitarnos la ropa desesperadamente. Haruka parecía estar muy excitado, tocaba y besaba todo, de pronto me penetra, cierro los ojos y siento mucho placer pero los recuerdos vuelven, sentí ese escalofrío que tuve cuando escuché la madera de la cerca crujir, cuando sabía que ya no había salvación, que iba a caer. Veía el rostro de Sofia preocupado dandome la mano, escuchaba su voz diciendo lo que me tendría más molesta. De pronto su rostro lleno de placer y Haru arriba de ella se vino a mi mente, ¿lo hacían cómo lo estába haciendo conmigo? Ella enseñadole todo lo que Haru me hace ahora...—
—detente —susurro y dejo de moverme pero él no—
—¿que? —pregunta confundido—
—detente —vuelvo a pedir, pero él seguía— ¡detente! —se detiene y sale de mi rápidamente, me levanto algo agitada—
—¿te lastime? —se acerca a mí, sudoroso y agitado también—
—no me toques —le digo entre lágrimas—
—¿que pasó? No entiendo —trata de tocarme y corro al baño, cierro la puerta con seguro y comienzo a llorar en silencio, toca suavemente la puerta—
—Haru —digo tratando de tranquilizarme— perdón, es sólo que... —me trago un nudo en la garganta— la verdad si me dolió, no se por qué —mentí, aún estaba sosoteniendome de ese acantilado—
—¿quieres ir al hospital?
—no no... Falta de lubricación tal vez —me seco las lágrimas y salgo-—
—podemos...
—recordé que tengo un trabajo en equipo, iré con Sam —comienzo a cambiarme rapidamente-—
—muy bien, ¿te acompaño?
—no, tú descansa, lamento ésto, pero en serio es importante éste trabajo —tomo mi bolso, le doy un beso rápido y salgo del departamento. No pude evitar llorar al salir de ahí, le marco a mi amigo— ¿estas en los dormitorios?
—si cariño, ¿estas bien?
—voy para allá —dije secando las lágrimas, no tardó nada cuándo ya estaba conmigo, abrazándome—
—creo que no estás conforme con tu elección
—ibamos a tener sexo
—muy bien... Quiero detalles
—me dio asco... —comienzo a llorar de nuevo—
—¿recuerdos? —asiento— vamos a mi habitación
—pero te van a regañar si me ven
—tú no te preocupes —caminamos hacía los dormitorios, nadie me prestaba atención, como si estuvieran acostumbrados a ver chicas ahí, que era lo más probable—
—¿Sam? —dice una voz suave, giramos y era un chico alto, delgado, moreno claro con cabello negro, era muy atractivo pero no tenía ninguna expresión en el rostro—
—Dan... —dice nervioso Sam—
—sabes que...
—lo sé, pero ella está en problemas, no vamos a hacer nada, lo juro —nos miró por unos segundos, su nula expresión era fría, como si no tuviera alma, mi corazón estaba a punto de explotar—
—si te ve alguién de Dirección yo no me haré responsable —era el cuidador, eligen a un estudiante de último grado para cuidar que se cumplan las reglas, si rompes una estas automáticamente expulsado—
—gracias —salimos casi corriendo—
—eso dio miedo —dije aún asustada-—
—él es... Agradable
—¿bromeas?, no tenía ninguna expresión en su rostro —entramos a su habitación— ¿y tu compañero? —pregunté al ver el otro lado de la habitación vacía—
—estaba reprobando y decidió salirse
—que mal por él
—más espacio y privacidad para mi
—eso si —me dejo caer en su cama—
—¿quieres hablar sobre tu problema?
—no quiero pensar en eso
—vemos alguna película, si quieres quedarte...
—gracias —le sonrío— pero tengo que volver, no quiero que Haru piense que tú y yo...
—¿estamos en una relación secreta dónde vienes a escondidas y follamos?
—...somos amantes
—mi descripción es mejor —comenzamos a reír, Sam era cómo una pastilla que aliviaba mis dolores, cómo un paracaídas cuando siento que caigo— ¿peliculas?
—claro —toda la tarde la pasamos viendo películas en su laptop, cuando ya estaba segura que Haru estaba dormido llegué al departamento, me acosté a un lado de él y al sentirme me toma la mano. Lo amaba, realmente seguía amandolo, por eso era que el dolor se me hacía insoportable, pero poco a poco saldría de eso—.

El Chico Asiático 三 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora