El día inicio demasiado temprano. A las 5:30 am en punto mi alarma sonó anunciándome que tenía que ponerme en pie. Había muchas cosas que hacer, tenía que preparar el desayuno y el bento para Ryuuji, adelantar la comida o al menos pensar en que haría más tarde. Atender algunos quehaceres de la casa. Prepararme para trabajar y preparar a Ryuuji para la escuela.
Después de un rápido baño y vestirme con una falda de lápiz negra y una blusa azul cielo, baje a la cocina amarrando un delantal en mi cintura cuidando de manchar mi ropa. La alarma del pequeño dragón sonó a las 6:45 am. Su uniforme ya estaba listo detrás de su puerta y después de unos momentos pude oír el agua corriendo seguido de su voz llamándome. Su voz sonaba alarmada sin llegar a ser un grito. Subí deprisa los escalones de dos en dos, viéndolo frente al lavamanos, pero viendo hacia la ventana.
- Hijo ¿qué pasa? – me aproxime a él lentamente sin despegar mi mirada de la ventana al igual que él.
- Hay alguien viéndome desde afuera – su voz a pesar de tener un tono infantil, me recordaba mucho a la de su padre, serena casi inexpresiva. Salvo por algunas ocasiones.
- ¡¿Que?! – pronuncie alarmada acortando la distancia que nos separaba. Al llegar a su lado lo jale detrás de mi cuerpo, aproximándome al cristal. Era el.
Sesshoumaru estaba viéndolo desde afuera, desde el otro lado de la acera. Una ligera sonrisa se pintó en su rostro, una sonrisa irónica. Levante la barbilla retándolo con la mirada.
- ¿Sabes quién es? – pregunte sin dejar de ver al demonio afuera.
- Es mi padre – el ambiente se tensó. Jamás le oculte la identidad de su padre a Ryuuji, más si su naturaleza. No sabía que tan seguro era confiarle a un niño de 5 años que su padre es un demonio de la era Sengoku. Además, el dibujo de los ojos de Sesshoumaru en la sala habría de confirmar cualquier sospecha. Ambos, padre e hijo tenían una expresión muy similar en su mirada. Esa solemnidad, derivada del poder. – Que hace aquí? – inquirió asomándose a la ventana.
- Vamos a averiguarlo – retrocedí sobre mis pasos, hasta llegar a las escaleras. Saliendo por la puerta principal y cruzando el patio llegue hasta el encarándolo. No dijimos nada por unos segundos, recibí su mirada fría inspeccionando mi rostro.
- Así que me reconoce – pronuncio.
- Eres su padre, ustedes dos son iguales. No es un niño tonto, es obvio que llegara la conclusión por si solo – estábamos de pie en la acera, un par de vecinos se asomaban desde sus ventanas escudriñando. –Pasa, no quiero dar un espectáculo. Ya bastante extraño es que es un hombre increíblemente perfecto este parado frente a mi casa a las 7 de la mañana – dándole la espalda camine hacia la casa sintiendo sus pasos detrás de mí.
Ahí estaba Ryuuji esperándonos a mitad del pasillo. Viéndonos fijamente, escondí mi mirada como si estuviera avergonzada con él. Me sentía culpable, me sentía mal por no haber sido suficiente para su padre. Si lo hubiera sido él hubiera permanecido con nosotros y no hubiera tenido que crecer solo. Quizás yo no tendría que haberme esforzado tanto, quizás todo hubiera sido más sencillo.
Sentí su cuerpo pasar a mi lado en la dirección de nuestro hijo, en menos tiempo de lo que me tomo levantar el rostro él ya estaba arrodillado frente a él inspeccionando su rostro. Ryuuji busco mi mirada, y con un simple asentimiento le indique que todo estaría bien. No había maldad en la presencia de Sesshoumaru. Al menos no una mayor a la habitual. Estiro su mano hasta alcanzar su pequeña cabeza, peino su cabello hacia atrás bajando por un lateral, lo observe pasar el pulgar sobre su oreja como inspeccionando.
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En sus manos
RomanceQue pasaria si Kagome no fue la unica que alguna vez atraveso el pozo? Y si esa persona se encontro con Rin y el Principe youkai? Asuka quien por accidente cae en el pozo mientras buscaba consuelo en el templo por la muerte de sus padres, aparece...