Pesadilla

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Estoy completamente desnuda, atada a la cama de cuarto rojo, mis manos y mis tobillos están atados a los cuatro postes de la cama, estoy inmóvil y muy vulnerable. Naruto está recargado en el poste de mi tobillo derecho, trae puestos solo unos vaqueros y tiene un látigo de tiras color negro en su mano derecha.

–Hinata, no debiste provocarme, ¿Cuando entenderás que debes obedecerme siempre?– Me dice con una sonrisa y su mirada azulada se cruza con la mía.

–Lo siento.–

–Si, deberías.–

Naruto comienza a darme latigazos, primero comienza por mis muslos y yo me revuelco en la cama, duele, duele mucho y quiero que pare.

–Naruto detente por favor, me estás lastimando.–

El sonríe, le gusta verme suplicar adolorida, pero no se va a detener, lo sé, he suplicado antes y nunca se ha detenido.

–Nena no me voy a detener, firmaste un contrato, ¿recuerdas? Ahora puedo hacer lo que yo quiera contigo.–

Me sigue dando los latigazos por todas partes, mi cara esta llena de lagrimas, el no se detiene y me duele me duele mucho. Este dolor físico no lo puedo soportar.

-Esto no terminará ahora Hinata, voy a darte latigazos hasta que me sacie.–

Y sigue dándome latigazos, mi piel está completamente roja, estoy sangrando, me duele mucho lo que está haciéndome, por favor detente ya.

Despierto sobresaltada y empapada de sudor, Naruto esta a un lado de mi dándome la espalda y su respiración es tranquila, él está completamente dormido, todo ha sido una pesadilla, es solo eso.

Salgo de la cama desnuda buscando mi ropa, la encuentro tirada en la alfombra de la enorme habitación y me la coloco. Mi entrepierna duele, duele mucho. Pero la sensación satisfactoria de tener sexo con Naruto aún sigue exquisita en mi, me tambaleo al caminar y mis piernas aún tiemblan. Me detengo un momento y observo a Naruto dormir plácidamente. ¿Que hago ahora? ¿Lo despierto? ¿Le digo que he tenido la peor pesadilla de toda mi vida y que era el protagonista de ella? No Hinata, solo tranquilízate, me iré si es lo mejor, no quiero estar aquí cuando despierte.

Salgo de la habitación y estoy buscando mi móvil. Por lo que recuerdo lo dejé en la cocina, lo tomo y no me gusta lo que veo. Tengo más de siete mensajes, no tengo ganas de lidiar con mi familia, no ahora. Observó el hermoso piano que está en la sala principal, desde anoche tengo ganas de tocarlo, llevo meses sin tocar el piano, desde la última vez que visite a papá, no estará mal tocar el piano un poco antes de irme, es solo para no quedarme con las ganas.

Me acerco al piano y me siento en la pequeña banca que le pertenece, no sé qué pieza tocar, ¡Lo tengo! Tócate la canción de "Led Zeppelin", es el grupo favorito de papá y tocare la canción que le encanta, mis dedos comienzan a tocar teclado y la melodía que se escucha es la de "Stairway to heaven". La melodía llena la habitación, las teclas del piano son exquisitas, estoy completamente concentrada en las teclas.

Toco la última tecla para finalizar la canción y mis dedos están ahora apretando el puente de mi nariz, no sé en qué me he metido, es decir,¿Quiero esto? ¿Ser una esclava sexual?¿Por que Naruto piensa que tengo madera de sumisa? No la tengo, tal vez sea muy tímida pero ¿sumisa? No, no lo creo, esto está condenado al fracaso estoy segura.

Nueve DemoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora