➸Enamorándose del crimen➸ 《Vkook》

*일곱*

JungKook llevaba esperando veinte minutos en el pequeño y discreto bar en el que había citado a su mayor. Definitivamente, estaba preocupado por el retraso y todas las posibilidades de haberla cagado al haberle pedido aquello.

-KooK...

El menor levantó la mirada de sus manos jugando con una servilleta y suspiró aliviado al ver a JiMin con un grueso abrigo negro, los labios casi de color violeta debido al frío y un aura de cansancio muy pesada.

-¿Estás bien? Parece que un camión te arroyó...

-Déjalo, no ha sido un buen día... En fin, ¿qué querías decirme?

El menor suspiró por saber lo que vendría. Ese tipo de temas no eran del agrado del mayor, pero eran inevitables para él.

-Yo... Quería preguntarte si... Bobby está en la ciudad.

Definitivamente JiMin no se esperaba eso. Se tensionó y bajo la mirada, furiosa, por recordarle a ese hombre que le arruinó la vida.

-No es algo que te importe...

-Pues si lo hace. Encontré un documento suyo en el historial, pero estaba en blanco. ¿Qué significa todo esto?

-Córtalo ahí, JungKook. Lo que haga o deje de hacer no es mi problema. No te diré nada.

La barrera que había creado el mayor era enorme, pero Jeon no se rendía con tanta facilidad.

-Te está manipulando y lo sabes. Él debe tener algo para este ridículo chantaje y tú no haces más que seguir la corriente.

-¡Pues si! Así funciona mi vida ahora y hasta que no consiga lo que quiero, no me voy a ir.

-¿Por qué...? ¿Qué te ata a él?

JiMin quedó en blanco. Esa conversación había llegado muy lejos y no podía revelar más detalles.

-¡Oficial Jeon!

La atención de ambos se vio interrumpida cuando un oficial del departamento se les acercó con un rostro divertido.

-Oficial Nakamoto.

-Oh, por favor, solo dime Yuta.

-S-Seguro.

Jeon no podía creer que hubiera sido interrumpida su investigación por el atrevimiento de un hombre al que apenas y le había dirigido la palabra.

-¿Puedo sentarme con ustedes? Llevo esperando una hora a mi cita, pero creo que no va a aparecer.

Yuta ya se encontraba retirando una silla, en medio de los dos, para tomar asiento y regalarles una sonrisa.

JiMin apretó sus manos en nerviosismo y JungKook rodó los ojos. Tener otro policía cerca era, definitivamente, algo que no debía suceder.

-Iré por unas bebidas...

El azabache se levantó con parsimonia y dejó a su amigo y al oficial en la mesa para dirigirse a la barra. Al llegar, llamó al barman y le pidió tres botellas de soju. No creía que tardarían más de tres botellas en irse.

-Con gusto.

Mientras esperaba, su celular vibró con intensidad, obligándolo a tomarlo y contestar sin observar el remitente.

-Pastelito.

No podía ser. Su noche acababa de empeorar.

-¿Qué quiere sargento? Si es para que le compre algo de cenar lo siento, estoy ocupado y no soy su niñera.

-Oh, claro. Tan ocupado que esperas un par de botellas en un lindo bar.

JungKook se tocó la frente en desespero. Ni siquiera se tomó el tiempo de ver a su alrededor, pues con ese hombre las sorpresas ya no eran divertidas.